Redacción Canal Abierto | El Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que encabeza Horacio Rodríguez Larreta suma una nueva polémica en torno a los protocolos y cuidados en función de la pandemia de coronavirus. A la discusión en torno a la vuelta a las clases presenciales se agrega una menor, pero con casos concretos en torno al funcionamiento del Anfiteatro Eva Perón del Parque Centenario.
Allí vienen realizándose conciertos pagos organizados por productoras que se vieron impedidas de funcionar desde marzo. El acuerdo con el Gobierno de la Ciudad establece que la Dirección General de Música porteña proporciona la infraestructura y el personal técnico mientras que la parte privada se encarga de la programación, logística y seguridad, y se queda con el total de la venta de entradas, que a su vez es repartida según el acuerdo que tenga con el número artístico. Así, un puñado de productoras cuyo criterio de selección nunca terminó de quedar del todo claro puede volver a trabajar.
Cuando se firmó el acuerdo, los gremios accedieron con la condición innegociable de que la prioridad era la salud y que, ante la sospecha de casos, se aislaría al personal levantando funciones de ser necesario. El propio ministro de Cultura, Enrique Avogadro, fue quien aseguró a las representaciones sindicales del personal del anfiteatro que así sería.
La semana pasada dos trabajadoras fueron reportadas positivo de Covid-19. Al informar a las autoridades y recordar los protocolos acordados, todas las personas que se desempeñan en el anfiteatro fueron hisopadas en la Rural y se definió suspender todas las actividades hasta el 17 de febrero.
Pero ayer, trabajadores y trabajadoras del espacio fueron convocadas para prestar servicio mañana, en función del concierto de la banda Árbol.
Desde los gremios ATE y SUTECBA advierten que además de las dos trabajadoras que están enfermas, la mayoría del personal que tuvo contacto con ellas se encuentra aislado y, con mucha suerte, podrían contar con cinco personas, un número irrisorio para desplegar todas las tareas necesarias para que la función se realice.
“Para poder funcionar deberían completarlo con personal de afuera, algo que se comprometieron a no hacer. Lo prudente y sensato es cerrar una sanitización, cerrar el anfiteatro y reprogramar después del 17 las fechas que estuvieran pactadas. Ahora, si hay otros intereses por fuera de la salud no lo sabemos”, sugirió Andrea López, delegada de la junta interna de ATE en la Dirección General de Música porteña.
Si las productoras incluyeran personal propio, romperían la burbuja sanitaria al interactuar con los trabajadores del estado.
La delegada también subrayó que las trabajadoras contagiadas se ocupan de la asistencia en el escenario a los artistas. Es una labor que implica mayor exposición e interacción, por lo que si bien es posible que se hayan contagiado cumpliendo sus funciones también lo es que hayan podido contagiar a otras personas.
A tal efecto, y pesando en la interacción de los compañeros cuyo trabajo implica tratar con el público, desde los gremios lanzaron un mensaje a la población recomendando hacerse testeos a quienes hayan asistido a espectáculos en el Anfiteatro del Parque Centenario entre el 3 y el 5 de este mes. “No queremos sembrar pánico, pero el Gobierno de la Ciudad sabe de esta situación y no lo está difundiendo”, explicó López.
Quienes trabajan en el anfiteatro manifiestan su preocupación y sostienen no estar sorprendidos por lo ocurrido, ya que los protocolos y controles que se pactaron nunca se cumplieron. “Si ves imágenes o videos de los recitales que se hicieron, vas a ver que hay gente sin barbijo. Y gritan, cantan y hacen pogo como en cualquier recital normal. La cosa no pasa por echarle la culpa a la gente. Pero la única vez que las medidas de seguridad se respetaron fue una vez que Avogadro citó a los canales de televisión. Ese día el personal de seguridad acompañaba a la gente a las burbujas y procuraba que cumpliera con el uso de tapabocas y distanciamiento. Pero eso fue una puesta en escena para las cámaras: cuando se apagan la situación es muy distinta”, concluyó López.