Por Inés Hayes* | El femicidio de Úrsula Bahillo, la joven de 18 años asesinada por el policía de la Bonaerense Matías Ezequiel Martínez, volvió a alertar sobre el mal funcionamiento del Estado: denuncias que no se toman, efectivos que no buscan, perimetrales que no se cumplen, botones antipánico que no se entregan. Y muertes que no paran.
Este miércoles, familiares de víctimas de femicidios estuvieron en Plaza de Mayo. Acompañados por el Observatorio de Violencia Patriarcal Lucía Pérez y luego de leer los 44 nombres de las mujeres muertas por femicidios en lo que va de este 2021, le entregaron una carta al presidente Alberto Fernández para que por fin el Estado se haga responsable.
“Le sigo poniendo un plato en la mesa”, dijo Mónica Ferreyra, la mamá de Araceli Fulles, la joven de 22 años asesinada en 2017 en San Martín. Araceli fue vista por última vez con vida el 2 de abril de 2017 a la madrugada, en una plaza cercana a su casa, pero su cuerpo fue encontrado el 28 de abril, 25 días después, debajo de unos escombros en el fondo de la casa de Badaracco, hermano del único detenido, en José León Suárez. “Nadie nos escuchó cuando pedimos que buscaran a mi hija”, dijo Mónica.
Este mediodía en Plaza de Mayo, familiares y amigos de víctimas participaron de la lectura de los nombres de las 44 víctimas de femicidio en los 40 días que van de 2021. #NiUnaMas #VivasNosQueremos @Fonzista pic.twitter.com/gcubb5iCce
— Canal Abierto (@canalabiertoar) February 10, 2021
Nadie buscó tampoco a Carla Sigou, cuando su papá Alfredo Barrera hizo la denuncia y la joven, que padecía de hidrocefalia, fue encontrada días después en el riachuelo.
También estuvieron presentes la madre, el padre y la hermana de Cecilia Basaldúa, la joven asesinada en Capilla del Monte, Córdoba, el 25 de abril de 2020 y que estuvo veinte días desaparecida. “Estamos tratando de que se investigue a quien se tenga que investigar y no a cualquier otro. Estamos acá para reclamar justicia y que no nos pase más”, dijo la hermana de Cecilia.
Mientras sostenía a su hija en su falda, la cuñada de María Esther Mamani, asesinada el 24 de enero de 2020, también pidió justicia. Y es que la joven del Bajo Flores había pedido ayuda al Estado, hecho la denuncia, tenía el botón antipánico y la restricción perimetral que no se cumplió.
Los familiares se organizaron en todo el país “para hacer oír el grito de #NiUnaMás y exigir que el Estado tome medidas concretas para parar esta máquina de violencia femicida que anida en la policía y el Poder Judicial, con amparo de políticas discursivas funcionales a la impunidad de estos crímenes”.
Luego que el actor Tomás Fonzi leyera los 44 nombres de las víctimas de femicidio en lo que va de 2021, los familiares se acercaron a la puerta de la Casa Rosada y entregaron, por quinta vez, una carta al presidente Alberto Fernández donde piden que el Estado garantice que no habrá más femicidios. “Ni una más”, dijeron entre lágrimas.
*Agencia ACTA-CTA.