Redacción Canal Abierto | En un documento filtrado por la prensa del Reino Unido, el primer ministro británico Boris Johnson expresó que las Fuerzas Armadas “mantendrán una presencia permanente en las Islas Malvinas, la Isla de Ascensión y el Territorio Británico del Océano Índico”.
Además, el texto de 100 páginas que se presentó frente al Parlamento reza que “disuadirán y desafiarán las incursiones en las aguas territoriales británicas de Gibraltar”, y se comprometen a utilizar las fuerzas armadas para “garantizar la seguridad de los 14 territorios de ultramar” en donde Gran Bretaña tiene presencia.
Malvinas había quedado fuera de la discusión del Brexit, lo cual generó malestar en los sectores más conservadores españoles. Ahora, el Gobierno afirmó que gastará 6.6 mil millones de libras durante los próximos cuatro años en áreas que incluyen espacio, cibernética, tecnologías cuánticas, biología de ingeniería, armas de energía dirigida y alta velocidad avanzada y misiles.
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Si bien el informe de seguridad nacional sitúa a Rusia como mayor amenaza exterior para su defensa, la cuestión Malvinas sigue latente. Actualmente, las negociaciones se encuentran frenadas y la ONU instó a ambos gobiernos a que las reanuden para encontrar “a la mayor brevedad posible una solución pacífica, justa y duradera de la controversia sobre la soberanía relacionada con la Islas Malvinas”.
Pese a que en 2019 Macri, mediante la Resolución 276 del Boletín Oficial, oficializó la adjudicación de 18 áreas del Mar Argentino a capitales extranjeros para exploración petrolera, poniendo así en mayor riesgo a la soberanía sobre estas aguas, hoy Argentina mantiene su reclamo legítimo de soberanía, tras 188 años de la ocupación ilegal por parte del Reino Unido y luego del conflicto armado de 1982.
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Luego de conocerse estas declaraciones, la Cancillería argentina emitió un comunicado en el que reivindicó su soberanía sobre las islas e instó al Reino Unido a “escuchar a la comunidad internacional que promueve el fin del colonialismo en el mundo”.
En el mismo, también expresaron: “Bajo el argumento no reconocido por las Naciones Unidas de defender el derecho a la libre determinación, Reino Unido sostiene la ilegítima presencia en el Atlántico Sur, con el objetivo de apropiarse de las riquezas que allí existen y controlar tanto el acceso a la Antártida como del pasaje bioceánico entre el Atlántico y el Pacífico”.