Canal Abierto Radio | La crisis económica, el desempleo y la precarización laboral dificultan las medidas restrictivas necesarias para contener la pandemia. Al respecto, Agustina Haimovich, economista del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas explicó: “limitar la circulación es imprescindible dada la situación epidemiológica que estamos atravesando, y se pueden sortear los inconvenientes si se analizan los ingresos fiscales”.
A su vez agregó: “Por un lado, se puede avanzar en fortalecer y mantener mecanismos como lo que fue el impuesto a las grandes fortunas. Hay que replantear la orientación excesivamente cauta respecto a las cuentas fiscales. Si miramos cómo evolucionó la recaudación en el primer trimestre del año, teniendo en cuenta la mejora de los precios internacionales de las commodities, hubo una mejora en la recaudación muy importante que no estaba prevista en el presupuesto original y que en cierta medida genera un margen fiscal que posibilitaría financiar medidas como un ingreso básico”, indicó.
El Ingreso Familiar de Emergencia durante 2020 fue una política provisoria bien recibida por los sectores populares. Si bien fue un ingreso casi bimensual, y que en octubre se dejó de pagar, sirvió para conocer la situación de muchas personas sin un trabajo fijo. Cuando concluyó, la idea del Gobierno fue generar puestos laborales e inyectar fondos en los sectores populares de otra manera, como por ejemplo una mejora en el programa Potenciar Trabajo del Ministerio de Desarrollo.
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Ante el avance de casos de coronavirus y el colapso sanitario, “es indispensable seguir llegando a la población que más lo necesita”, sobre todo si el contexto amerita una vuelta a Fase 1. Desde distintas organizaciones sociales y sindicales, así como desde el IPyPP señalan que ese tipo de ingreso debe planificarse y pagarse forma permanente, ya que “apunta a generar un umbral de dignidad, en una crisis gravísima arrastrada por los cuatro años de neoliberalismo de la gestión de Cambiemos y agravada por la pandemia”.
Haimovich remarcó que ya han presentado esas propuestas para el conjunto de la población porque veían que el IFE estaba teniendo problemas de cobertura y no llegaba al total de la población que lo necesitaba.
“En la medida que la situación epidemiológica pueda ir evolucionando favorablemente y la población pueda empezar a insertarse en el mercado de trabajo, esa propuesta tendría que adaptarse y entonces ahí pensamos en dos componentes: un ingreso básico con una cobertura muy amplia que por lo menos garantice un monto en torno a la canasta básica alimentaria, combinado con un programa de un salario social de empleo y formación que permita convertir el Potenciar Trabajo, para fortalecerlo garantizando un monto equivalente al salario mínimo con una contraprestación laboral”, destacó la economista.
La culminación del IFE en 2020 significó una contracción de la emisión monetaria, y a partir de allí también se aceleró la inflación. La economista subrayó que “la propuesta del IPyPP debe ir acompañada de un control y congelamiento de precios en un conjunto de bienes y servicios esenciales, así como del mercado cambiario, para que no se siga deteriorando el poder adquisitivo de los sectores populares”.