Canal Abierto Radio | El médico intensivista Arnaldo Dubín, integrante de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva analizó las últimas cifras de contagios e internaciones por la pandemia de Covid-19 y manifestó que “es absurdo que mientras la vida está amenazada por una pandemia con un índice de contagios enorme y con un sistema sanitario que está más allá de sus posibilidades el centro de la discusión sea el riesgo psicológico que puedan tener los chicos por determinados días de suspensión de clases”.
“Desde hace semanas el sistema sanitario y particularmente su eslabón más débil, la terapia intensiva, han colapsado. Significa el desborde de los sistemas hospitalarios, de las UTI, y esos recursos son insuficientes en términos físicos, tecnológicos, humanos y farmacéuticos para satisfacer las demandas epidemiológicas de la pandemia” remarcó.
Según la información de la Provincia de Buenos Aires, dos de cada tres pacientes que se internan en terapia intensiva fallecen. Incluso quienes requieren terapias intermedias “están horas dando vueltas en ambulancia o esperando en la casa antes de poderse internar” indicó el médico. El incremento estrepitoso de muertes da cuenta de la gravedad de la situación y a esto se suma “el cansancio terminal y la fatiga de enfermeros, kinesiólogos, médicos e intensivistas”.
En las unidades de terapia intensiva se realizan intervenciones invasivas y complejas, que requieren extremos cuidados como la intubación y ventilación mecánica. Hace varias semanas se registran estos tratamientos en camas comunes o fuera de las UTI en el AMBA, tanto en el sistema público como privado.
Dubín comentó que durante el 2020 realizaron un relevamiento en 1900 pacientes críticos sobre las determinantes de la mortalidad en la terapia intensiva durante la primera ola. El estudio, que próximamente se publicará en The Lancet, arrojó como resultado que por un lado, “estuvo vinculada a la gravedad de la enfermedad, el compromiso respiratorio, cardiovascular, renal, a la edad del paciente, las enfermedades previas”. Y, por fuera de la enfermedad, hubieron dos determinantes fuertes: “una fue la intubación fuera de la terapia intensiva y el otro fue el mes de internación”.
“Cuando aparece una enfermedad nueva, la mortalidad suele ir disminuyendo a lo largo del tiempo porque los equipos médicos adquieren conocimientos, experiencias, aparecen nuevos tratamientos. Acá fue al revés por la tensión del sistema. El estrés del sistema, aunque haya camas libres, ahora ha llegado a límites que son extremos” indicó.
El médico intensivista citó una publicación en la revista científica Nature, “que concluye que después de las restricciones de las reuniones sociales de pequeños grupos, las suspensión de las actividades de los establecimientos educativos es la medida más eficaz para limitar la propagación de la pandemia”. Por eso tanto Dubín como la SATI siguen enfatizando en la necesidad de las restricciones de la circulación, la suspensión de clases presenciales y critican al gobierno de Horacio Rodriguez Larreta por su resistencia a las medidas sanitarias tomadas por el Ejecutivo Nacional, cuando la internación en CABA está en un 78 por ciento en el sistema público mientras que en los hospitales privados en un 83 por ciento.