Por Roberto Orden* | “El Agente Topo” -disponible en Netflix- de la realizadora Maite Alberdi, competirá por el Oscar a la mejor película extranjera. La oportunidad en que ocurre dicha distinción se destaca, dado que este colectivo, durante la primera ola de la pandemia del COVID-19, fue definido como el sector más vulnerable desde el punto de vista epidemiológico y ha venido acumulando la mayor tasa de defunciones. Corresponde a los cultores de la Gerontología Crítica y a los sostenedores de una Perspectiva de Envejecimiento re-pensar lo sucedido aprovechando la oportunidad para poner en modo de inter diálogo a varios actores, dispositivos y sucesos referidos al envejecimiento.
Como parte de estos actores y también como integrante del colectivo de las personas mayores me tomo la licencia de escribir este artículo procurando dejar sentados los derechos de un Nos-otros…
Algunas categorías analíticas
En contradicción con el dicho popular “zapatero a tus zapatos”, los gerontólogos han de estar atentos a todos aquellos sucesos que desbordan nuestro campo específico y que permiten a nuestra comunidad reflexionar, tomar conciencia y sumar a la agenda de los decisores políticos, temáticas relacionados con:
- toda forma de exclusión velada o manifiesta de las personas mayores
- el advenimiento de mil utopías que deben prosperar en el campo complejo del envejecimiento
Un analizador puede ser algún hecho, acontecimiento, disrupción, modo de funcionamiento e incluso una persona que encarne algo que ponga de manifiesto situaciones veladas o silenciadas de gran peso socio-comunitario en las que se configuran como tal. El analizador como fenómeno social permite una percepción de la situación por parte de los actores institucionales y sociales involucrados.
La perspectiva del analizador abre a una dialéctica situacional propositiva de intervenciones no tradicionales, que cuestiona, sobre todo, la lógica dicotómica y positivista basada en una producción de saber con verdades puras o absolutas. En otro orden de ideas, INPEA (Red Internacional para la prevención de toda forma de abuso y maltrato a las personas mayores), define como maltrato los actos únicos o repetidos o la falta de medidas apropiadas que se producen dentro de cualquier relación donde hay una expectativa de confianza que causa daño o angustia a una persona mayor. Ello puede suscitarse en distintos contextos por ejemplo familiares y/o institucionales.
La realidad multidimensional del maltrato, tanto por el contexto donde se produce como por la cualidad del maltratador, ha impedido ofrecer una respuesta unívoca para prevenirlo. En particular el maltrato institucional alude a cualquier forma de abuso que ocurre en los servicios dirigidos a las personas mayores.
Muchas formas de restricciones, impuestas a los mayores, constituyen tratos inadecuados que afectan a personas especialmente vulnerables y se oponen a los principales objetivos de los cuidados prolongados, es decir, lograr el máximo grado de independencia, capacidad funcional y calidad de vida posibles.
El modelo psicológico y ético-moral centrado en la desatención familiar ha sido el más utilizado en las primeras investigaciones sobre maltrato a las personas mayores. Pero esta línea solo conduce hacia una explicación unívoca radicada en la personalidad del maltratador, sin considerar la complejidad del fenómeno, su pluralidad y el carácter multicausal del mismo. Otros enfoques han tratado de suplir estas carencias, como el denominado modelo socio-ecológico, centrado en las condiciones sociales, valores y prácticas culturales, como factores que estimulan la violencia social y el maltrato a los mayores.
El Agente Topo sale a escena
Desde lo personal hago un expreso voto de pobreza sobre conocimientos y herramientas para formular opiniones o críticas ceñidas a los aspectos estrictamente cinematográficos. No obstante ello, me parece indispensable el reconocimiento de una serie de elementos sobresalientes en el film analizado.
La información proveniente de la producción del film, aclara que no se realizó con el concurso de actores profesionales y con escenas desarrolladas predominantemente en el interior de una residencia para adultos mayores. El colectivo de los y las mayores de ese modo acredita presencia y palabras.
Constato un acercamiento no intrusivo con los sujetos involucrados y con el contexto institucional. Entiendo que se alcanzó un involucramiento personal muy grande con la temática, por parte del protagonista, de nombre Sergio en la ficción, cuyo personaje fue contratado originalmente por una agencia de detectives. Iniciativa que respondió a un pedido de la hija de Sonia, una residente, a fin de detectar eventuales situaciones de maltrato en la institución, sufridas por su madre y por otras personas mayores internadas.
Del análisis de las opiniones vertidas por la directora de la película así como por el propio desarrollo de la historia, se desprende un corrimiento de los objetivos iniciales, pasándose de la idea original de realizar una docuficción sobre una historia de detectives para luego retratar y analizar la situación de soledad de los mayores internados en una residencia de cuidados prolongados.
En las sucesivas escenas se proyectan situaciones de una intensa carga emocional a través de diálogos sobre temas personales, festejos y hasta el funeral de una residente.
Ya llegando al final del film, Sergio informa a su empleador, de nombre Rómulo, dueño de la agencia de detectives, que había llegado a la conclusión de que no existían situaciones de maltrato ni abuso para con los residentes en la Institución, dando lugar a lo que se puede caracterizar como el mensaje central de la película. En esta oportunidad, Sergio señala a Rómulo que la soledad de los ancianos internados es el problema más grave del lugar, atribuible a la falta de presencia y apoyo de familiares y amigos de los mismos. Infiere la inutilidad de la investigación encarada, cuando a su entender lo que no deja vivir a la hija de Sonia (contratante de los detectives) es su culpa por la falta de atención a su madre (con un marcado tono moralizador).
En un reportaje, la directora de la película refuerza la preocupación por la soledad de los ancianos institucionalizados y el peso del olvido como eje articulador entre residentes y allegados (conocidos y familiares) así como de la contradicción resumida en que “es terrible que aumente la expectativa de vida y no el deseo de vivir”. También opina sobre el tema de la muerte y, paralelamente, cómo se detecta a nivel internacional el incremento de las tasas de suicidios entre adultos mayores, por los dramas latentes que los subyacen.
La ampliación del arcoíris de opiniones
A poco de iniciadas las escenas del film dentro de la residencia, se produce un diálogo entre dos internadas en el que una de ellas, de buen nivel de autovalencia, señala que le da pena el ingreso de ancianos y ancianas que podrían permanecer en sus medios de origen. Este tema problematiza, interpela y analiza la falta de una oferta diversificada y actualizada de servicios y prestaciones gerontológicos en la gran mayoría de países latinoamericanos.
Ese abanico debiera cubrir desde internaciones sanitarias con plazas de mediana y larga estancia, servicios de internación domiciliaria, centros de día para mayores semidependientes, subsidios y apoyos para mantenimiento en el medio, e internaciones residenciales para diferentes niveles y grados de dependencia, además de prestaciones y servicios para familiares de los mayores con grados progresivos de dependencia.
En lo que respecta a las características de la oferta residencial de internación prolongada expuestas en el film caben varias reflexiones. Se trata de un modelo institucional de sesgo tradicional, vertical y paternalista, con una conducción centralizada en una mujer que hace las veces de encargada y convalida de modo indirecto el formato sexista, obrante en el desarrollo de ese rol, en este tipo de instituciones. En estas circunstancias, se cristaliza una serialización de las ofertas de servicios y con ella, los residentes van perdiendo su autonomía, su sentido de identidad, sus gustos y sus propios lugares.
Resultan interpelantes pero también dicentes, la profusión de imágenes religiosas en las que se suele detener la cámara en los planos de filmación dentro de la residencia correspondientes al santoral cristiano, lo que deduzco que se encuentra en línea con el estilo de institución que vengo detallando.
Al tiempo que el relato de la película concluye que el olvido resulta un gran ordenador del lugar, observo muy poca atención derivada hacia el mantenimiento cognitivo de los mayores. No se detectan áreas espaciales de actividades separadas del comedor que suele oficiar como sala multiusos, tampoco diversificación de ofertas de otras disciplinas además de la rehabilitación kinésica, esta última en apariencia muy precaria, con el agravante de que muchos residentes presentan cuadros severos de dependencia.
La ausencia de familiares y amigos es destacada de un modo moralista, atribuible a la culpa de los mismos sin evaluar el modo en que colabora con ello o, mejor dicho, deja de hacer, la propia institución, a fin de que el abandono se agrave progresivamente, sin que medien procedimientos institucionales para declararlo evitable o al menos abordable.
En lo que respecta a las alusiones al tema de la muerte y del suicidio debe diferenciarse en un análisis a mano alzada, la existencia de factores psicopatológicos precedentes en una persona (lo que amerita atención profesional) de lo que puede ser, la decisión autonómica de una persona mayor de elegir tal destino. Al respecto, en España se acaba de aprobar una legislación con la reglamentación sobre el ejercicio de la eutanasia como ocurre en otros países europeos, lo cual será un tema de agenda de discusión en el futuro latinoamericano.
También me cabe señalar que en los países del hemisferio norte se viene popularizando el modelo de la Atención centrada en la persona (ACP) para las prestaciones correspondientes a personas institucionalizadas en unidades convivenciales de larga estancia y en otros dispositivos. Dicho modelo cuestiona a la anterior cosmovisión, dominante en la película analizada, por la falta de respeto a la intimidad de los internados, la despersonalización, la rigidez en la vida cotidiana y la promoción de la dependencia. La ACP auspicia cambios en los diseños de las plantas físicas con un número acotado de plazas y en la disponibilidad de servicios integrales y personalizados, en las dinámicas organizacionales y en la implicación de los equipos profesionales.
En el contexto de nuestros países del sur se podría hablar del Modelo de la Comunidad Gerontológica que conlleva la movilización de todos los actores comprometidos con el dispositivo gerontológico a implementarse. Con el fin de re-pensar la institución para re-configurar un nosotros mismos entre los residentes con algún des-sujetamiento de las dimensiones verticales, visuales y paternalistas. Se trata de abrir horizontes compartibles que pongan distancia con todas las formas de exclusión, en un devenir de reformas y mejoras consensuadas por todos los actores institucionales.
De cómo sigue esta película
El enorme aporte de la película dirigida por Maite Alberdi al estar abocada a la vida de las personas mayores en una residencia de larga estadía, con sus expresiones sin filtros, permite abrir a públicos ajenos a esta problemática la comprensión de algunos de los hechos que allí suceden. Dichas manifestaciones constituyen un auténtico recupero de voces perdidas.
La realidad multidimensional del maltrato institucional, tanto por el contexto donde se produce como por las cualidades del ente maltratador, en muchas ocasiones termina quedando velado asumiendo el formato de violencia dulce o naturalizada. El Agente Topo con su generosidad de contenidos gerontológicos permite un encadenamiento de críticas para con muchas de las situaciones problemáticas analizadas y también un por-venir de soluciones tentativas
Estoy convencido que los prestadores de servicios de internación trabajan con la mayor honestidad a su alcance y son parte de los que pueden beneficiarse con un cambio del modelo vigente.
Me queda pensar que la industria cinematográfica es tan importante que no puede solo quedar en manos de los festivales, las academias de cine o los directores, del mismo modo que el envejecimiento no puede quedar en manos de los gerontólogos ni mucho menos de los políticos. Corresponde a todos, como un tejido social vivo trabajar en la construcción de nuevas entradas y salidas para las personas mayores aunque las mismas carezcan de alfombras rojas.
*Roberto Orden es Psicólogo Clínico, magister en Gerontología Social Universidad Autónoma de Madrid, docente, integrante del Espacio Gerontovida y coordinador de Investigación y Gestión de Proyectos y del área Adultos Mayores del Instituto de Estado y Participación de ATE (IDEP-Salud)
El Agente Topo se puede ver en Netflix
La nota fue publicada originalmente en Idep Salud