Canal Abierto Radio | Entre los avances de la tecnología, la irrupción de los feminismos y su cambio de paradigmas, y el aislamiento preventivo por la pandemia, las formas de conocer y relacionarse vienen transformándose constantemente. El psicoanalista y filósofo Luciano Lutereau abordó en su último libro El fin de la masculinidad. Cómo amar en el Siglo XXI algunas de estas cuestiones inspiradas en las consultas más frecuentes en su terapia.
“Muchos varones me escriben a partir de haber leído el libro, más bien tengo la impresión de que se sienten escuchados más que juzgados. La respuesta viene siendo muy buena porque les permite a muchos varones reconocer algunos temores que viven” comentó Lutereau.
En sus ejemplos aborda a hombres maduros que se encuentran con las aplicaciones de citas por primera vez, que pierden el interés a partir de algunos encuentros, que tienen buena relación con sus ex parejas y temen perderla o quienes tienen una vida muy rígida, basada en su trabajo y no se hacen tiempo en la agenda para llevar adelante una relación.
“Muchas personas quieren conocer el amor, conocer a alguien, y no pasa. Para que eso ocurra hay ciertas cosas que es preciso modificar en uno” subrayó. Citó al filósofo Jean Paul Sartre que en su ensayo Bosquejo de una teoría de las emociones dijo que el amor es una elección: “Muchas veces se dice “no me enamoro, no me pasa” y se objetiva porque trata de pensar que tiene que ocurrir de una manera espontánea, pero el amor es un esfuerzo, un trabajo. Tanto a nivel vincular como en el trabajo sobre uno” indicó.
Al mismo tiempo, el autor destacó que en muchos casos “seguimos atados a modelos vinculares que son muy adolescentes, muy juveniles”, con la idea de ‘el flechazo’ o el amor a primera vista. Eso es posible en la adolescencia, o juventud, cuando se comparten menos cosas, hay menos compromisos y están dadas las condiciones, y aún así “es un flechazo puramente proyectivo porque no se sabe nada del otro, es una proyección personal y narcisista” remarcó.
Y ejemplificó: “Ayer hablaba con una amiga y me contaba algo lindo: que estaba viviendo una historia de amor y que al principio mucho no le pasaba, dudaba, no sabía… Pasaron un par de meses y de repente le empezó a gustar el modo en que se llevaban, y cómo se descubren, y que se enganchó del vínculo que consiguieron”.