Redacción Canal Abierto | Formosa es hoy la provincia con la tasa de incidencia de covid más alta del país. Se mantiene en la cima del triste podio desde hace al menos cuatro semanas. El índice registra los casos nuevos confirmados en 14 días cada 100.000 habitantes. El dato sería uno más de todos los datos si no fuera porque la provincia estuvo casi exenta de pandemia hasta el arranque del 2021 gracias al -costoso y cuestionado- éxito de la estrategia sanitaria del gobierno de Gildo Insfran, que impuso un cierre total de fronteras, restricciones a la circulación con controles policiales férreos y prohibición de toda actividad no esencial, entre otras medidas.
La fallida versión formoseña del “modelo Wuhan” –la ciudad china en la que nació el coronavirus, que fue asilada, no tuvo segunda ola y hoy está virtualmente libre de contagios y es epicentro turístico del gigante asiático- obtuvo una relativa calma sanitaria pero el combo de la alarmante desatención a los sectores en crisis y el esperable oportunismo opositor, la mano invisible de la Justicia más el descontento por las dificultades laborales y económicas de las clases medias hizo que la burbuja provincial finalmente reventara en mil pedazos.
Canal Abierto dialogó con referentes de tres sectores golpeados por la emergencia que pincelan el panorama real de lo que vive la provincia, más allá de las puestas en escena de dirigentes de Cambiemos y los shows televisivos de repercusión nacional de las últimas semanas.
Las organizaciones sociales y los territorios
Cristian Castellano es el coordinador provincial de la Corriente Clasista Combativa, que en los últimos meses tuvo que aumentar la cantidad de centros de asistencia y constituyó un frente social junto a Somos Barrios de Pie, MTL, Octubres, y algunas cooperativas, para contener el avance del hambre. “Veníamos con 27 merenderos y comedores y hoy tenemos 69 en capital, antes iban los chicos a buscar la merienda y hoy van también los padres. Con las restricciones, que vivimos de Fase 1 en Fase 1, el sector changarín, el cortador de pasto, el que vive día a día, el trabajador de la economía popular es el que más afectado se lo ve”, cuenta sobre la situación actual, y completa sobre la actitud del gobierno hacia las barriadas más pobres: “Se nota un crecimiento de los casos, pero la pelea con el gobierno no es por las restricciones sino por la falta de ayuda para abajo, no es lo correcto que solo exista asistencialismo pero en este momento estamos para ayudar, nosotros felicitamos lo que está bien pero criticamos lo que está mal”.
“La ayuda no existe, lo que viene son algunos programas de ANSES y los Potenciar Trabajo a través de las organizaciones que estamos conteniendo. Si bien acá está el Plan Nutrir, que cada 15 días dan alguna verdura, de eso no pasa”, agrega.
“El impacto fue fuerte, porque de la noche a la mañana empezaron a crecer los casos, además teníamos gente varada en las rutas por el cierre, se ahogó un hombre y de eso se hizo un uso político y mediático”, describe el referente de la CCC.
“Nos hemos puesto a disposición desde el primer día –amplía sobre la relación con el gobierno-, porque más allá de las diferencias o coincidencias esto nos tiene que servir para unirnos, pero no tenemos ninguna relación porque no te abren. Todos los derechos que tenemos los hemos conseguido en la calle, pero en este momento no podemos exponer a los compañeros, hay que predicar con el ejemplo y todo esto pasa por la falta de diálogo con las organizaciones sociales, con los comerciantes y los distintos sectores”.
Durante el fin de semana Formosa extendió el aislamiento hasta el 18 de junio. La decisión responde a los 5.956 casos activos y se ampara en el DNU que faculta a los gobernadores a tomar medidas adicionales. Al 14 de junio, en la ciudad de Formosa se registran 24.880 casos de infectados desde el inicio de la pandemia. En la provincia de Formosa se registra un total de 37.897 infectados por coronavirus y 645 muertos.
“La tasa de incidencia acumulada por 100 mil habitantes en la provincia de Formosa es de 1.425, triplicando lo que prevé la norma nacional para determinar la alarma epidemiológica en el país”, y que «la circulación viral comunitaria de la variante P1 Manaos multiplica la capacidad de contagio del virus”, justificó el gobierno en el comunicado oficial. Como referencia, la provincia de Buenos Aires tiene ese indicador por debajo de 500.
Javier Paniagua, uno de los referentes del Movimiento Popular La Dignidad, cuenta que, entre otras cuestiones, el cierre del “comercio de frontera”, del que viven miles de familias que cruzan a Paraguay por Clorinda o Alberdi, amplió notablemente el número de desocupados, porque además la reconversión a otros sectores de la economía también esta imposibilitada.
“Formosa está en Fase 1 desde el 19 de marzo de 2020, con una política muy restrictiva que afecta mucho a los trabajadores de la economía popular, esta la policía en la calle, un Estado de control dentro de un gobierno conservador”, advierte.
“Se desborda esto después de la presentación de un habeas corpus en diciembre por formoseños varados en la ruta querían entrar a la provincia y no podían, a través de un sector de la oposición local se logra el ingreso masivo de personas y eso hace que empiecen a crecer los casos”, recuerda.
“La estrategia fue exitosa hasta que vino este brote fuertísimo, los recursos no se utilizaron en la gestión socio comunitaria”, lamenta el militante de La Dignidad, y cuenta: “Hasta hoy la actividad comercial de los rubros no esenciales está vedada, zapatería, ropa, revistas, artistas, gastronómicos, es muy complicado, más en una provincia en la que la tasa de informalidad laboral es muy alta, la matriz productiva de la provincia se basa en la obra pública”.
“Las organizaciones estamos bancando la parada –destaca-, con los recursos que vienen de Nación y los propios, con lo que nos autogestionamos a través de las unidades productivas estamos llevando alivio a los barrios. Nosotros tenemos 12 merenderos y 7 ollas populares que, en Santa Isabel, en la entrada de la ciudad de Formosa y en El Porvenir, en la Jurisdicción 5, son dobles”.
“Los compañeros que cobran Potenciar Trabajo hacen muebles de pallet reciclado, también tenemos fábricas de ladrillos, las compañeras tienen micro emprendimientos de alimentos como pastas, tapa para empanadas, pan casero, masa fina y después venden en las ferias que hoy están cerradas, tienen que laburar con entregas. Hay pequeños viveros, huertas comunitarias, chacras agoecológicas, todo esto nos da cierto respiro en este marco de incertidumbre para gestionar los merenderos. Hay apoyo del Gobierno Nacional a través del Salario Social Complementario, aumento de la Tarjeta Alimentar, Potenciar, pero vos necesitas 70 lucas para que viva la gente, y no se llega con eso”, completa.
El Formosa, para moverse de localidad en localidad hay que presentar un test PCR negativo, que vence cada 48 horas, además de justificar la desplazamiento por alguna actividad esencial en los controles policiales, aún para gente que ya esta vacunada.
Los asalariados y la inflación
Néstor Vázquez es secretario General de la Asociación Trabajadores del Estado provincial. Consultado sobre la situación general responde: “En nuestro caso, que tenemos un ingreso fijo, es una realidad bastante dura porque aunque tuvimos un 42% de recomposición salarial eso quedó totalmente desfasado por el costo de vida, pero de cualquier manera somos privilegiados en relación a la situación de aquellos vecinos y compañeros que tienen que salir a buscarse la vida día”
“El gobierno de la provincia ayuda con planes sociales, bolsones de mercadería, pero eso es insuficiente”, alerta.
Sobre la gestión de la emergencia sanitaria, el dirigente estatal cuenta que “Formosa había terminado el año con 54 casos y un muerto, un porcentaje muy alto de la ciudadanía acompañaba las medidas del gobierno, que eran duras, porque había gente que no podía ingresar a la provincia, por ejemplo, pero al mismo tiempo contenían el avance de la enfermedad. Eso se judicializó, hubo manifestaciones y a partir de ahí hubo una desobediencia y se empezaron a disparar los casos”
“La sensación general es que hubo una responsabilidad mayor de los que empujaron a ese comportamiento ciudadano. Yo en el gremio no encontré personas que estén de acuerdo con salir a manifestar, a hacer fiestas o andar sin cuidados, y así se daba en general, ese comportamiento del gobierno fue entendido por la gente, y ahora los testimonios de lo que significa esta enfermedad son diarios, hoy tenemos más de 500 muertos”, lamenta, y reclama: “A nosotros nos parecía que el gobierno tenía que generar ámbitos de diálogo con las organizaciones y los sectores que no estaban contenidos, por ejemplo los comerciantes, y gastronomía, que deberían haber tenido otro acompañamiento, en ese sentido el gobierno tiene una responsabilidad intransferible”.
“Esto es propio de un sistema que excluye, que enfoca en una minoría y deja de lado grandes multitudes de personas que no tienen ni para comer”, denuncia el titular de ATE Formosa.
Sobre la realidad particular de los distintos sectores de trabajadores estatales, Vázquez brinda detalles sobre dos casos de alta complejidad.
“Lo que desnuda esta pandemia es que nosotros somos esenciales, y estamos atendiendo todos los días casos de maltrato y acoso laboral de los trabajadores de salud, en ese sentido el gobierno tiene cuentas pendientes, porque no se entiende que son gente que está sobrecargada de trabajo y merece un trato humano. Nosotros como organización sindical lo único que tenemos es reconocimiento”.
“También en el caso compañeros municipales, los que andan en el camión recolectando los residuos, limpiando las calles, que son esenciales y no son reconocidos como tal porque en muchos casos, sobre todo en el interior de la provincia, hay salarios por debajo de la línea de pobreza de 10 mil pesos”.
“Hay una responsabilidad de la clase política, no solo del gobierno, hace 37 años que existen estas cosas, la democracia está en deuda”, denuncia el dirigente estatal.
Y finalmente, sobre el rol de la oposición concentrada en la UCR y el PRO, dice: “Su bandera es luchar por la libertad, para eso alientan la participación en la protesta y la gente los va rechazando cada vez más ante el aumento de los contagios y los muertos”.
“Ayer hubo una marcha que fue reproducida por los grandes medios de todo el país, y no había más de 50 personas, ese es el termómetro para medir el nivel de adhesión que tiene la oposición. Cuando eran gobierno despidieron gente, bajaron salarios, entonces son pocas las banderas que les quedan para mostrar”, concluye.
Los pueblos originarios y el abandono de siempre
Maximiliano González, de la comunidad toba qom en el barrio Namqom, ubicado a de 12 kilómetros de Formosa capital, cuenta: “Muchos hermanos se están muriendo a causa de este virus. Hoy en día la vacuna no alcanza”.
¿Se percibe el avance de la enfermedad?
– Sí, ya tenemos varios fallecidos. Hoy justamente se nos fue un compañero más de nuestra comunidad. Un amigo mío particular. La mayoría de nuestros jóvenes y nuestros ancianos transitaron esta enfermedad. Yo particularmente la transité. Gracias a Dios salí bien. Mi familia también. Pero el 70% de nuestro barrio ya están contagiados por esta enfermedad.
¿Encuentran muchas dificultades para las actividades laborales?
– La mayoría de nuestra gente que vive acá, vive de la artesanía, otros son changarines y a causa de estas restricciones muchos perdieron su trabajo. Y ahora se van a un basural que queda cerca de nuestro barrio y se alimentan de lo que encuentran. Es la realidad que estamos pasando. Y a las mujeres que hacían artesanía se les impidió ingresar a la ciudad para vender.
¿Están articulando acciones con las organizaciones sociales?
– Si, la CCC nos dio un espacio particularmente a nosotros como pueblos originarios, para por lo menos apaciguar un poco esta situación. Y gracias a la organización, nosotros tenemos jóvenes que se están incluyendo para poder tener un pequeño beneficio y trabajar, seguir subsistiendo en esta realidad.
De todas formas ya tenían una tradición de convivencia comunitaria, ¿no?
– Sí. Nosotros tenemos algo nuestro, algo cultural, que mucha gente no entiende, nuestras costumbres, nuestras creencias. Nosotros lo estamos perdiendo a causa de la influencia que tenemos alrededor nuestro, por decir así. Varias costumbres, varias culturas nuestras se nos está perdiendo y hoy prácticamente los ancianos que quedaron con nosotros siguen luchando para que esto se mantenga. Pero, por las influencias políticas que hay en nuestra provincia, esas cosas se están perdiendo. El 80% ya se perdió. Lo único que nos queda, más que nada ahora, es nuestra lengua. Porque ya a nosotros nos quitaron, por ejemplo, algo que nosotros consideramos cultura, ir a cazar, ir a pescar.
¿Cómo es el barrio Namqom?
– Hoy en día creció mucho. Hay prácticamente entre 2000 y 2500 habitantes. La mayoría son todas familias qom. Algunos están mezclados con gente criolla, que ya hicieron su familia, una mezcla general. La actividad más común que tenemos en nuestro barrio son los merenderos hoy en día. Hay comedores sociales también, de muchas banderas políticas. Pero no alcanza porque generalmente lo que se necesita acá es trabajo. Entonces, los chicos son los que van a esos lugares para por lo menos llevar un platito de comida a la casa. Y los padres se rebuscan en el basural, no solamente para buscar alimentos sino que también ellos trabajan vendiendo los plásticos que se encuentran, los cartones y todas esas cosas. En el mismo basural están los compradores. Es lo único que hay.
¿Qué ayuda reciben del gobierno?
– Yo lo que veo, es lo único que se ve en el barrio, es el centro de aislamiento que se utiliza en este lugar, que sería la escuela. Donde se la está llevando a la gente infectada. Yo estuve en ese lugar y hay una buena atención dentro de ese centro de aislamiento. Doctores, enfermeros, la comida nos llevan. El municipio prácticamente se olvidó de nuestro barrio, no se ve nada.
¿Qué opinión tienen sobre el manejo de la pandemia por parte del gobierno provincial?
-En mi opinión personal, al principio estuvo bien la estrategia que tuvo el gobernador. Pero se le fue de las manos. No sé cómo pasó realmente. Yo lo que veo es que es una competencia política. Creo que es responsabilidad de todos. Yo digo que la causa de esta explosión viral fue un orgullo político, yo lo veo así. Porque fue una pelea entre la oposición y el oficialismo de nuestra provincia. Entonces como que se descuidaron un poco de la salud de nuestro pueblo.