Redacción Canal Abierto | Con los números de reactivación que mostró la economía en los últimos meses –con un piso de crecimiento para todo 2021 del 7% en lugar del 5,5% previsto en el Presupuesto– y el alza internacional en los precios de las commodities que aumentó el stock de reservas, soplan vientos de entusiasmo luego de la recesión que se profundizó con la pandemia. Sin embargo, no son pocos los factores que complicarán el panorama los próximos meses.
Según un informe de coyuntura publicado este mes por el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) titulado Buscando contagiar la reactivación, los factores a tener en cuenta son los salarios, la inflación global, y la evolución del dólar en un año electoral.
Salarios y actividad
En lo que refiere a salarios, los acuerdos paritarios en su mayoría estuvieron por encima de la inflación proyectada en el Presupuesto 2021 (29%) y más cerca de la real (45%). La mayoría de las instancias de revisión contempladas en los acuerdos paritarios quedaron pautadas para después de las elecciones. “Esperar hasta estas fechas tenía (y todavía tiene) un alto costo. Sería esperable que, en los próximos meses, cada sector vaya adelantando estas instancias para poder concretar la recuperación del poder adquisitivo y no fundir uno de los motores que está traccionando la recuperación postpandemia: el consumo interno”, analiza el informe.
Por su parte, afirma el CESO, que los salarios acordados a comienzo de año no funcionaran como “ancla” de los precios “era esperable” y la estrategia de hacerlos funcionar como tal “entraba en contradicción con otro principio del programa económico que apuntaba a la recuperación de los salarios en términos reales como fuente de reactivación”.
Ante la disyuntiva “ancla o demanda” se impuso la decisión de privilegiar a los salarios como componente de esta última y el crecimiento de la actividad económica del primer trimestre fue algo mejor de lo esperado (2,6% respecto del trimestre anterior).
“El resultado fiscal acumulado hasta el mes de mayo da cuenta de que existe el margen de maniobra para impulsar todavía más la actividad”, sostiene el informe y advierte que “si el aporte del gasto público al nivel de actividad comienza a retraerse, también lo harán las ventas del sector privado que comenzará a posponer decisiones de inversión (una vez más) y el incipiente proceso de recuperación del empleo se verá comprometido”.
En el sector privado se observa es un nivel de actividad creciente, tanto si consideramos sólo el efecto COVID (febrero 2021 versus febrero 2020), como si tomamos de referencia el período de las crisis COVID+Macri combinadas (marzo 2021 versus marzo 2019). “Los altos niveles de inflación de los primeros meses dan cuenta de una rápida recomposición de la ganancia que se produjo ni bien recuperó mínimamente el nivel de ventas”, agrega.
Con la actividad, también comenzó una lenta recuperación del empleo, aunque quedan por recuperar 140.000 trabajos formales para retornar a los valores prepandemia, y más de 430.000 para ubicarnos en valores similares a 2017. Y el consumo masivo todavía no logró recuperarse.
“Son números que hablan, en el mejor de los casos, de una economía que recién comienza a ‘entibiarse’ antes que encontrarse recalentada”, asegura el informe.
Dólar e inflación
En lo que refiere a la estrategia cambiaria, el informe señala que ésta está teniendo un comportamiento esperable en un año electoral, y similar al de los años impares de la última década. Y la inflación, el flagelo que Martín Guzmán intenta domar, “es una norma en prácticamente todos los países” como consecuencia de las economías pinchadas por el COVID el año pasado.
En este sentido, el CESO destaca que el “aislamiento” financiero de nuestra economía producto de la crisis de deuda provocada por la gestión de Mauricio Macri genera que nuestra conexión con el ciclo global sea principalmente a través de los precios de las materias primas antes que por los flujos de capital.
“La expansión monetaria histórica de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) indujo a un ciclo de valorización de activos financieros y commodities como contrapartida de la desvalorización del dólar. El impacto directo de esas políticas sobre nuestras cuentas externas es el elevado precio de nuestras materias primas de exportación, fuente principal y casi exclusiva de divisas para nuestra economía”, explica el CESO. Y agrega: “el precio seguirá estando asociado en parte a las condiciones reales: la demanda china y a los problemas que tenga para abastecerse internamente”.
En este marco de tasas de inflación elevadas en el resto del mundo, el informe detalla que nuestra economía se ha vuelto más competitiva, aunque “nuestras condiciones externas pueden deteriorarse rápidamente” si las tasas de inflación tardan en descender y se gira hacia una política de subas de tasas. “Para todas las economías periféricas, que incrementaron notablemente sus niveles de deuda, el cambio en las condiciones financieras globales es un riesgo para el que no cuentan con una vacuna a la vista luego de décadas de desregulación financiera”, concluye.
“En Argentina, si bien enfrenta cuellos de botellas sectoriales y la presión inflacionaria del alza global de las materias primas, el límite central para poder sostener procesos de crecimiento son las divisas”, asegura el estudio.
Y finaliza: “En 2022 será barajar y dar de nuevo. Las presiones internas sobre el dólar irán in crescendo a la par de los estímulos económicos a los segmentos de altos ingresos vía devolución de ganancias y los propios excedentes de la actividad económica que se va recuperando. Por parte del gobierno, lo más probable es que se retome una intervención cambiaria similar a la de 2020 en la cual el tipo de cambio iba levemente por arriba del índice de precios. Los precios de commodities pueden dar algo de aire aunque esperar los récords de este año nuevamente es demasiado optimista. La clave está en administrar dos frentes: la salida de divisas por la tradicional dolarización electoral y turismo que, gracias a la pandemia, todavía no incidió pero puede ser más relevante a medida que avanza la vacunación en Argentina y en el mundo, y la estructural dependencia de las importaciones para mantener los niveles de crecimiento”.
Ilustración: Marcelo Spotti