Redacción Canal Abierto | El proyecto de ley que establece un marco regulatorio de la cadena de producción, industrialización y comercialización de la planta de cannabis, sus semillas y sus productos derivados para uso industrial y medicinal cuenta con media sanción del Senado y espera su aprobación definitiva en Diputados.
La iniciativa avanzó gracias al impulso del oficialismo luego de la reglamentación de la ley 27.350 de Investigación Médica y Científica del Uso Medicinal de la Planta de Cannabis y sus Derivados que amplía el acceso para quienes necesitaran tratamientos con el célebre botánico. Tan sólo unas semanas antes se había dado a conocer el primer acuerdo público-privado entre el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la compañía Pampa Hemp, que tendrá como objetivo impulsar la producción nacional, el desarrollo de técnicas de cultivo, variedades genéticas y un banco de semillas.
“Es una de las industrias emergentes más importantes del mundo y abre una agenda de producción, inversión y desarrollo regional que promete generar muchos puestos de trabajo y exportaciones”, aseguró en aquel entonces Pablo Fazio, el presidente de la Cámara Argentina del Cannabis (ArgenCann).
Hoy la entidad que busca agrupar a los privados del sector dio a conocer la primera encuesta nacional de cannabis realizada en conjunto con la consultora CIO Investigación, y que recopiló la opinión de 1518 personas y 80 médicos y farmacéuticos.
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Según el estudio, casi todos los consultados afirmó conocer los usos medicinales de la planta y casi no hubo registros de opiniones negativas. A su vez, siete de cada diez médicos y ocho de cada diez farmacéuticos reconocieron haber recibido consultas de pacientes al respecto.
Los principales efectos que tiene el cannabis en el organismo son antiinflamatorio, analgésico, neuroprotector, anticonvulsivante, relajante muscular, estimulante de la formación y crecimiento óseo; además, puede funcionar como anti-náusea, antiespasmódico intestinal, estimulante o inhibidor del apetito, ansiolítico, antipsicótico, facilitador del sueño, inmunomodulador, antioxidante, preventivo de la recaída y del síndrome de abstinencia en dependencias químicas. En función de dichos efectos, esta sustancia -cuyas presentaciones son aceite terapéutico con extracto de cannabis, cremas de uso tópico y aceites tópicos para masajes- se puede utilizar para tratar grupos diversos de enfermedades. Dentro de las patologías neurológicas, las más frecuentemente tratadas de esta forma son la epilepsia y muchos trastornos neurodegenerativos, como el Alzheimer, el Parkinson, la esclerosis múltiple, la Corea de Huntington, la esclerosis lateral amiotrófica, el síndrome de Tourette y el autismo.
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Entre el 70 y el 80% de los encuestados, tanto de opinión pública como de los profesionales de la salud, están de acuerdo con que en la Argentina se desarrolle el cultivo de cannabis como materia prima productiva. El cannabis y sus derivados disrumpen en un montón de industrias verticales: se pueden fabricar alimentos, bebidas, productos cosméticos y veterinarios, fibras con las que se pueden desarrollar bioplásticos, textiles, calzados y hasta ladrillos para la construcción.
Ante la consulta sobre la posibilidad de abrir el debate en torno a la legalización del consumo, el Presidente exhortó a que se produzca un intercambio «sin hipocresías» y dijo que es necesario preguntarse por qué «dos (sustancias, en relación al tabaco y el alcohol) son legales» y la «ilegalidad» está puesta únicamente en la marihuana. En este sentido, más del 60% de los encuestados -incluidos los médicos y farmacéuticos- se pronunció a favor de la despenalización.
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