Redacción Canal Abierto | El 28 de agosto se cumplieron 8 años de la aprobación por parte de la legislatura neuquina del llamado pacto Chevron – YPF, con una represión en las calles de la capital provincial sobre quienes se movilizaban para oponerse a la propuesta como escenario. Esta decisión legislativa daba vía libre a la instalación del fracking en Argentina y en Latinoamérica con eje en la formación Vaca Muerta, meca y desvelo de la clase política y empresarial nacional y sus socios multinacionales.
En la Argentina de la grieta, si hay un consenso sin disidencias es el de la explotación de Vaca Muerta, cueste lo que cueste, tanto en inversión o estímulo estatal vía desgravaciones de impuestos y regímenes preferenciales como en el pasivo ambiental y social que genera.
Para contrarrestar estas consecuencias ambientales ya se desarrollan acciones desde la sociedad civil como la denuncia que inició la Asociación de Abogados y Abogadas Ambientalistas de Argentina (AAdeAA) sobre Comarsa una de las tantas empresas que gestiona los basureros del fracking que acumulan millones de metros cúbicos de material de descarte a cielo abierto y sin ningún tratamiento, provenientes de las perforaciones de Vaca Muerta.
“El fracking es una técnica de perforación que comenzó a instalarse en Argentina a partir del pacto YPF-Chevron que marcó un punto de inflexión en la política energética sobre hidrocarburos no convencionales. La técnica de la fractura hidráulica tiene dos grandes momentos: una perforación vertical de 2000 a 3000 metros de profundidad y una segunda perforación de carácter horizontal de 1000 a 1500 metros de longitud”, explica Rafael Colombo, abogado ambientalista de la AAAA. “En esas perforaciones, a la vez se lleva a cabo un proceso de inyección de millones de litros de agua y de una gran sopa química de entre 500 y 900 componentes y de remoción de muchos metros cúbicos de tierra y rocas. Después, cuando se lleva a cabo el proceso de extracción de los hidrocarburos no convencionales es importante mencionar el fluido de retorno, todo lo que regresa: el agua, las arenas, la sopa química, que se lleva a sitios de deposición y de tratamiento (entre comillas) que es lo que precisamente nosotros estamos denunciando sobre la empresa COMARSA”.
Ubiquemos la escena. Estamos en la estepa patagónica, en la que el agua es un bien escaso, ¿de dónde se extraen esos millones de litros de agua para la fractura hidráulica?
-Este agua sale de los ríos y de los acuíferos y se utiliza de forma indiscriminada sin ningún tipo de control por parte de las autoridades competentes de Irrigación. Estamos hablando de millones de litros de agua que se utilizan por cada pozo fracturado. Para que tengamos dimensión de lo que estamos hablando, según estadísticas oficiales, hoy en Vaca Muerta hay unos 2200 pozos fracturados: de los cuales 1900 se concentran en Neuquén, unos 200 en Río Negro y unos 24 en Mendoza. Si hacemos una operación simple podemos dimensionar los enormes volúmenes de agua que utilizan estas empresas, que es agua que cuando vuelve a la superficie está contaminada por la sopa química y contiene metales pesados y minerales radiactivos. Todos esos residuos son transportados por miles de camiones hacia los sitios de deposición y tratamiento.
Gran parte de los pozos se hacen en territorios indígenas, ¿es así?
-Algunos procesos de fractura hidráulica se llevan a cabo en territorios que pertenecen ancestralmente a comunidades indígenas. La afectación sobre estas comunidades y las familias campesinas se hace vulnerando todo el armazón legal, constitucional y convencional en materia de derechos de los pueblos indígenas como el derecho a la consulta previa, libre e informada.
Como respuesta se ha generado un importante proceso de movilización por parte de las comunidades y de la sociedad civil con organizaciones como la Confederación Mapuche o la Asociación Permanente de Derechos Humanos (APDH) de Neuquén, y muchos otros que resisten el avance del fracking en Vaca Muerta y cuestionan esta matriz energética extractivista y fosilista que no posee licencia social.
¿Cuáles son las consecuencias ambientales y sociales del fracking?
-En primer lugar, estamos hablando de la remoción de millones de toneladas de tierra. Mencionábamos previamente la utilización y contaminación de un enorme volumen de agua. Por otro lado, está lo que denominamos el lado B de Vaca Muerta: los basureros petroleros donde se acumulan a cielo abierto millones de toneladas de residuos, que en este momento son objeto de una investigación penal sobre empresas como COMARSA, Treater, Indarsa y muchas otras que forman parte de un conglomerado empresarial con respaldo del establishment político de Neuquén y Río Negro, en relación a generar un negociado millonario.
La basura no se trata, los residuos se acopian a cielo abierto en montañas en las plantas de tratamiento. Hay, a la vez, un blanqueo de residuos, no se declara efectivamente lo que se recibe y lo que producen las grandes corporaciones petroleras que operan en Vaca Muerta. Buena parte de los impactos provienen de responsabilidades concretas de compañías como YPF, Shell, Pluspetrol, Vista Oil, Chevron, Pan American Energy (PAE).
Otra afectación es la que produce el transporte de los residuos por miles de camiones que levantan muchísimo polvo impactando en el ecosistema y en la salud de la población, afectando la calidad del aire. Estas plantas producen contaminación sobre el agua, la tierra y la salud de la población, ya que están ubicadas a escasos metros de asentamientos precarios y en localidades donde hay gravísimos problemas ambientales.
La estepa tiembla
“En Sauzal Bonito (Neuquén), por poner un ejemplo, hay un significativo aumento de los niveles de sismicidad. Esta es otra de las grandes consecuencias del fracking: los movimientos sísmicos que producen las perforaciones.”
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“Hay un cuestionamiento global del fracking, sobre todo en Estados Unidos y Europa, a raíz de estudios que demuestras sus consecuencias en la sismicidad, por la utilización de millones de litros de agua que contaminados vuelven a las napas y el sinfín de accidentes laborales para los trabajadores del sector.”
Causa Comarsa
“El 17 de diciembre de 2020 presentamos una denuncia penal. Son 160 páginas que revelan el lado B de Vaca Muerta: este gran negociado millonario en torno a la basura petrolera. Tenemos que diferenciar los impactos del uso de esta técnica. La técnica del fracking generalmente aparece invisibilizada por las características técnicas que posee y nosotros entendimos que los basurales son el lado más visible de este modelo insustentable que tanto daño produce”.
“Interviene Maximiliano Breide Obeid, fiscal jefe de la unidad de delitos ambientales del Ministerio Público de Neuquén, con quien nos reunimos en abril y le ratificamos la voluntad de continuar avanzando con la investigación y colaborando con la fiscalía aportando información, testimoniales e inspecciones, e incluso la realización de una prueba pericial para probar que existe un daño en las dos plantas que denunciamos de Comarsa que son la que está en el Parque Industrial de Neuquén, emplazada a pocos metros del corazón de la ciudad, cerca del edificio municipal, y la planta de Añelo, ciudad a la que se la presenta como la cuna del boom petrolero”.
“Añelo es una prueba evidente de las grandes inequidades del modelo fosilista y extractivista que representa Vaca Muerta, una ciudad donde abunda la precarización laboral y la explotación sexual mientras las grandes corporaciones generan miles de millones de dólares”.
“En materia de extractivismos, no hay grieta política”
“En materia de extractivismos, no hay grieta política. Esto quedó en evidencia con las transiciones gubernamentales entre Cristina Fernández y Mauricio Macri, y ahora con la llegada de Alberto Fernández. Pueden haber matices, pero en líneas generales los funcionarios de más alto nivel coinciden en presentar a Vaca Muerta como la gran salvación de la Argentina. Sin embargo, los últimos 20 o 30 años demuestran que estos modelos de mal desarrollo no sólo han incumplido las promesas de erradicación de la pobreza sino que han ayudado a la profundización de las desigualdades.”
“No vemos que Argentina esté avanzando en un proceso de diversificación de su matriz energética. Por el contrario, vemos una profundización de un modelo que implica –entre otras cosas– subsidios por más 78 mil millones de pesos para la explotación de combustibles fósiles.”
La resistencia en Neuquén
“Además de la comunidad mapuche, hay muchas organizaciones como la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y el Observatorio Petrolero Sur que hace años vienen investigando y comunicando sobre los efectos y consecuencias de este modelo extractivista. También hay muchas voces de la política, concejales y concejalas provinciales que alzan su voz, pero la lucha es muy desigual frente a los partidos políticos tradicionales”.
Agradecemos los materiales utilizados para la edición de la entrevista producidos por:
Cartago TV, KVME FELEN, Síntesis. y a Alejo Di Risio de la Asociación de Abogados y Abogadas Ambientalistas de la Argentina. Muchas gracias.