Redacción Canal Abierto | A la hora de pensar el fútbol como deporte y negocio dentro de la estructura social que habitamos identificamos, además de juego, entrenamiento y pasión muchas presiones en torno a la construcción de identidades, capacitismo corporal y lógicas machistas que repercuten en la salud mental de los jugadores. “Cuerpos que (no) importan: masculinidades, cuerpo y biotipo del jugador de fútbol profesional”, es un libro escrito luego de una investigación de campo, por Rafael Crocinelli. En el mismo, vislumbra las construcciones, presiones y violencias que implican pertenecer y triunfar en este deporte.
El autor, atravesó en carne propia el rechazo de Sarmiento de Junín por una cuestión de “porte”, club al que perteneció hasta los 18 años con aspiraciones de jugar profesionalmente. Crocinelli, problematizó en esta obra la construcción de masculinidades en el futbol: “Fui desnaturalizando todo eso porque inmerso en ese ambiente uno no se da cuenta, pero enseguida te lo hacen notar a través del chiste o de la sanción cuando uno se corre un poquito de la norma. Capaz es un chiste, pero te permite delimitar y analizar la forma que se espera entre los futbolistas en lo físico, y por otro lado, en los sentires: tener que aguantársela, no ser mina, maricón, porque si llorás no te la aguantás. Está clausurado el tema de compartir las emociones”.
#Ahora en CA📻| Dialogamos con @RafaCrocinelli sobre su libro Cuerpos que (no) importan. Masculinidades, cuerpo y biotipo del jugador de fútbol profesional: «A los jugadores no se los prepara para vivir fuera de la burbuja del futbol».
Hasta las 20, por @r_cooperativa pic.twitter.com/jEaCk4p8tn
— Canal Abierto (@canalabiertoar) October 15, 2021
“Hay que parar un poco la pelota, desnaturalizar y empezar a tomar acciones”, planteó luego de señalar “las presiones por los mandatos de masculinidades”, por los que “en el peor de los de los casos se llega al suicidio”, y recordó los casos de Santiago “Morro” García de Godoy Cruz, Leandro Latorre del Club Atlético Aldosivi de Mar del Plata, y Alexis Ferlini de Colón de Santa Fe. Según el autor del libro, “sucede eso al no preocuparse por la salud mental de los jugadores. Los chicos caen en un precipicio porque no saben qué hacer una vez que la pelota deja de correr porque no se los preparó para el mundo que está por fuera de esa burbuja futbolística”. “Uno busca visibilizar esto para para empezar a promover un cambio”, manifestó Crocinelli.
En el libro, el autor utiliza el concepto de “biotipo” y cómo ésto moldea los tipos de cuerpos que se necesitan en el campo de juego a través de “relaciones de poder”. “A través del concepto del biotipo definen el discurso biopolítico que tienen en las categorías juveniles para promover a primera división”, explicó subrayando “no es el mismo en todos los clubes”, pero refiere al “tipo de cuerpo que se espera en el jugador en función de la posición que ocupa en la cancha».
Por ejemplo, en Estudiantes de La Plata “el arquero tiene que medir 1,90 mts. y sin grasa corporal, tiene que ser esbelto y tener cierta velocidad con los pies para promover el modelo de juego que busca el equipo. Lo mismo con los defensores y los laterales, que no tienen que ser altos pero sí rápidos con la pelota en los pies y así en cada posición”, ejemplificó. “Estudiantes tiene la particularidad de qué busca vender chicos al extranjero porque Europa es a lo que apunta la institución”, agregó.
En esta línea, remarcó que “en el título del libro cuerpos que (no) importan, ese ‘no’ entre corchetes invita a esa doble lectura de que los que importan serían los profesionales y los que no serían los chicos amateurs y, de alguna forma, también los del ascenso que quizás no llegan a vivir toda la vida del fútbol. Al final de cuentas en ambos casos hay una misma manera de ser futbolista, y desde los clubes no pasa esto de preocuparse por la formación integral socioafectiva de los jugadores y su salud mental”.
Según estadísticas del INDEC, “del 100% de jugadores que se inicia en la primera división tan solo entre el 2 y 3% llega a firmar contrato como profesional. Quiere decir qué entre el 97 y 98% de los chicos no llega a dar con ese objetivo”, informó el escritor, problematizando los datos en relación al “peso cultural que tiene el fútbol en nuestro país dónde es un vehículo de ascenso social”.
En este punto, hizo hincapié en el “empleo discursivo” y la “cultura exitista” dentro de este deporte que “lo único que hacen es exprimir a los chicos y clausurarles la parte lúdica” al introducir el sentimiento de “fracaso” por no lograr objetivos deseados, pero al mismo tiempo impuestos por las lógicas competitivas y comerciales.
También aseguró que hay que revisar “los límites que ponemos con el tema del cuerpo” porque “se traducen en valores como la gordofobia y el rechazo a las personas de menor estatura”. “Hay que buscar otro fútbol, porque en el fútbol actual vemos cada vez a menos Bochinis, a menos Riquelmes, tipos que capaz juegan más lento pero con una riqueza muy importante que hoy en día está muy desvalorizada por lo que se resume en el biotipo”, sostuvo Crocinelli.
Otra de las temáticas que aborda el libro, no de manera aislada sino desde la integralidad, es “el tema de la sexualidad, la homosexualidad y de la heteronorma” y “la presión” para los chicos. “Escribí con un objetivo muy ambicioso, encontrar a dos mundos que parecían disociados y que en verdad tenemos que abordarlos de manera integral: el mundo del fútbol super machista, cerrado y conservador, y el mundo del género a través de las áreas que habilitan espacios para aunque sea poder abordar esto”, concluyó.
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