Por Melissa Zenobi | El Mundial de Escritura se trata de un juego en equipos. Podes anotarte con conocidos, o si no el sistema te ubica en un grupo aleatorio. La pertenencia a este equipo, que suele estar acompañada por un grupo de WhatsApp, ayuda al compromiso con el objetivo, pero también da ánimo esos días que no se te cae una idea.
Desde su primera edición, en abril de 2020, más de 15.000 personas de 50 países vienen siendo parte de la experiencia, y la plataforma ya tiene versiones en inglés y en portugués. De estas competencias surgieron libros como La caja Topper, de Nicolás Gadano: La sal, de Adriana Riva; La música que llevamos adentro, de Julia Moret; y Estás muy callada hoy, de Ana Navajas.
Un escritor o artista propone una consiga, que puede cumplirse o no, y a escribir. Si bien la consigna no es obligatoria ni estricta, solo pueden presentarse textos que sean de ese día. Al finalizar la etapa de escritura, el equipo vota y elige el texto preferido, que será leído en varias instancias por jurados de preselección hasta que quedan diez textos finalistas, que son evaluados por un jurado final. Los premios son simbólicos, y nadie se anota para ganar, el objetivo siempre es incentivar la escritura.
“La presión de los pares, y también compartir, ayuda a desarrollar el hábito”, explica Santiago Llach, que además de ser escritor y profesor literario, dirige su propia “Escuela de escritura” que ofrece más de 30 talleres.
¿Por qué un mundial de escritura? ¿Cómo surge la idea? ¿Cómo deciden llevarla a cabo?
-Surge de un juego que había en mis talleres que tiene que ver con alimentar el hábito, ponerse a escribir y dejar de lado las excusas. Y la forma es hacer que si fallas en tu escritura diaria y no lo haces, perjudicas a tu equipo. Comenzamos en 2013, y se convirtió en un hit de mis talleres, y en pandemia lo abrimos. Convocamos con un tuit y le pusimos mundial ambiciosamente. De todos modos es bastante mundial, porque hay participación de 50 países. Aunque en su mayoría son hispanohablantes, ya tenemos plataforma en portugués y en inglés. Queremos que sea cada vez más mundial. Desde marzo del 2020 hasta ahora fuimos profesionalizando la plataforma y hemos crecido mucho.
¿Cuál es el objetivo del mundial?
-El objetivo del mundial es brindar una plataforma para que los participantes se vean incentivados a escribir y también a conocer a otras personas que escriben, y participar de la conversación literaria a través de cursos, talleres, entrevistas, que se ofrecen también durante los mundiales. Es una especie de gran red social de escritura o un taller literario gigante, que busca encontrar el propio estilo en relación con la de otros.
¿Cuántas personas participaban cuando empezó y cuántas ahora? ¿A qué se debe el crecimiento?
-En mis talleres, antes de ser mundial, participaban unas 150 personas. En el primer mundial participaron 3 mil personas y después fue creciendo hasta ser más de los 10 mil que son hoy. Yo creo que hay margen para seguir creciendo, sobre todo si se va conociendo en otros países. Yo creo que es una buena idea que fuimos creando con varios alumnos, porque te hace escribir, olvidándote de las excusas. A mí me pasa que me anoto –aunque claro que no puedo ganar- y me obliga a escribir. El crecimiento se debe justamente a eso, y al esfuerzo de mucha gente que trabaja para que puedan llevarse a cabo.
Hay gente que publicó un libro tras el mundial ¿Qué sabes de esos procesos creativos?
-El mundial de escritura lo siento como las páginas de la mañana del famoso libro “El Camino del Artista” de Julia Cameron, que sugiere que escribas cada día, y como la práctica habitual de los escritores diaria o casi diaria en la que surgen ideas. Escribir es un trabajo, demanda tiempo. Mi libro que está por salir se llama justamente “La vida como borrador”, y es sobre el proceso de escritura, y tiene que ver con darle un tiempo a esta actividad. Escribir es una especie de forma de vida, es una aventura que tiene muchos sacrificios, pero también mucho goce. En este hábito surgen ideas y libros. En mis talleres también mucha gente comenzó sus libros.
¿Qué necesita una persona que quiere escribir y no se anima?
-Es simple, una persona que quiere escribir y no se anima solo necesita sentarse a escribir. Lo que sea. Por eso ese es el espíritu del mundial. No importa la consigna, no importan los disparadores, no importa la gran novela, ni el qué dirán. Hay que mandarse y expresarse. Es hábito y es valentía.