Redacción Canal Abierto | El próximo domingo 29 de mayo se llevará adelante la primera vuelta en las presidenciales de Colombia. El exalcalde de Bogotá y actual senador Gustavo Petro, favorito en las encuestas, informó la semana pasada la conformación del binomio presidencial: lo acompañará Francia Márquez Mina (39 años, abogada) de Soy Porque Somos, mujer, negra, ambientalista y feminista.
En las recientes elecciones primarias del 13 de marzo de 2022 Petro recogió 4.495.831 de votos ganando con su partido Colombia Humana la candidatura presidencial acumulando el 80,5% de los votos de la interna de su frente, el Pacto Histórico. A su vez, en el mismo frente Francia, al frente del Polo Democrático, obtuvo 785 mil votos, más de los que obtuvo el primer candidato del frente de la Coalición Centro Esperanza, Sergio Fajardo (723 mil votos). Por su parte el primer candidato de la centroderecha, Federico Gutiérrez, recogió 2.161.000 de votos.
Para conocer el escenario electoral y la situación social desde el Cauca, una de las regiones más convulsionadas y empobrecidas de la nación andino-caribeña –ocupa el primer lugar a nivel nacional con más líderes y defensores sociales asesinados–, Canal Abierto dialogó con María Jiménez, militante de Colombia Humana en Popayán, capital del departamento .
“El Cauca es un departamento (equivalente a provincia en nuestro país) ubicado en el sur occidente colombiano con costa en el Pacífico. Cuenta con población indígena, afro y mestiza. Tiene todos los pisos térmicos, es una región muy biodiversa, muy privilegiada en términos de lo que es la fauna y la flora y, su propia geografía, la hace un lugar muy favorable para la concentración de la producción de pasta de coca; también muy favorable para la concentración de grupos al margen de la ley, de guerrillas y de grupos organizados territorialmente por el narcotráfico al margen de la ley que se financian con el narcotráfico tanto con la producción de coca como con su comercialización a Estados Unidos y países de Latinoamérica y Europa por el puerto de Buenaventura (al norte) y la costa del Pacífico.
Hace seis años se firmaron los acuerdos de paz que conllevaron la desmilitarización de las FARC, ¿igualmente hay guerrillas en el Cauca, siguen viviendo un clima de guerra?
-Recientemente se firmó el acuerdo de paz en el Teatro Colón en Bogotá –el Acuerdo para la Terminación Definitiva del Conflicto se rubricó el 24 de noviembre de 2016– pero luego de la firma venía la implementación del acuerdo que eran los compromisos que adquiría el Estado con la guerrilla de las FARC-EP, una de las guerrillas más antiguas de Latinoamérica. Pero la plena implementación de ese acuerdo de paz no ha sido posible, muchos de los excombatientes volvieron a tomar filas, volvieron a levantarse en armas y se han reagrupado en lo que se llaman las “disidencias”. Están la Nueva Marquetalia, la Carlos Patiño y hay otras. Al mismo tiempo, está la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que también es muy antigua, al igual que las FARC.
Por otro lado, están los paramilitares como el clan del Golfo –también conocido como Clan Úsuga y Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), el grupo armado organizado más grande y con mayor poder de fuego del país–, y los carteles mexicanos que han llegado a Colombia y se concentran en el Cauca.
En síntesis, hay guerrillas que podríamos llamar de izquierda, que defienden la sublevación en armas para lograr el control del Estado y al mismo tiempo están los grupos paramilitares y los grupos alzados en armas que defienden el negocio del narcotráfico.
En este escenario conflictivo ¿qué sucede con la población civil?
-Como te mencionaba, el Cauca cuenta con población afro, con población indígena de diferentes etnias –los misak, los siapidara en el Pacífico colombiano, los nasas–, mestizos campesinos y los que permanecen en los cascos urbanos. El Cauca ha recibido mucha migración de departamentos vecinos como Caquetá, Putumayo, Tolima y se ha producido también la llamada “colonización paisa” que baja de Antioquía. En medio de todo este conflicto, dada la Constitución de 1991 que incentiva la organización por grupos étnicos, las comunidades negras se organizaron en consejos comunitarios, una figura que les da la posibilidad del acceso a sus tierras. En el caso de los indígenas están los cabildos que son organizaciones propias, de acuerdo a su cosmovisión, a su forma de ver la vida. En el caso de los campesinos, que no han tenido este mismo incentivo de organizarse a partir de la Constitución ya que no fueron reconocidos como sujetos particulares de derechos, también se han venido organizando. Estas diferentes formas de organización tienen que ver con cómo estos grupos dan respuesta al conflicto armado, cómo intentan vivir en medio del conflicto, criar a los hijos, educarse, intentar alimentarse, generar su sustento.
Básicamente se responde, en primera instancia, tratando de ubicarse en un lugar en donde no lo asocien a uno u otro de los actores del conflicto, intentando quedar al margen. Para este fin son útiles las organizaciones sociales, son un poco un refugio para poder dar un paso al costado del conflicto. Pero también están todas las familias que no han podido asociarse a una organización y están en medio, tratando de generar diálogos con tal de que no los molesten, con tal de que los dejen vivir. Por ejemplo, hay un lugar del norte del Cauca, El Palo, muy afectado por el conflicto; es un lugar de tránsito y por ahí pasan todas las organizaciones armadas y es bastante especial como sus pobladores han logrado pervivir a pesar de ser un lugar de tránsito.
Me decías antes que así como está toda esta situación candente en el Cauca, también pueden estar las soluciones para el conflicto en toda Colombia.
-El sociólogo Alfredo Molano, ya fallecido, era de una de las diez personas que estaban reconstruyendo la historia del conflicto armado desde la Comisión de la Verdad. Él decía que si la guerra se soluciona en el Cauca, se soluciona en toda Colombia. Y es así porque como están las grandes dificultades, están también las propuestas para salir del conflicto. Aquí, en el Cauca, están ubicadas algunas zonas donde están los excombatientes en donde están los proyectos productivos de quienes dejaron las armas y están intentando retomar su vida al margen de la subversión. Están las organizaciones sociales que intentan generar economías que sustenten a sus familias y a sus comunidades que no tengan que ver con el narcotráfico en una región donde el conflicto también está sustentado en un abandono estatal histórico.
En el Cauca se ven unos márgenes de pobreza muy grandes. En este momento muchas instituciones educativas del departamento están en huelga, han salido a las calles a manifestarse en sus propios municipios, porque todavía no se les asigna docentes, ni el plan de alimentación escolar que es obligación del Estado. Hay muchos municipios sin acueductos ni alcantarillado, sin carreteras en un departamento fundamentalmente rural, cosa que dificulta la salida de la producción a los centros urbanos. Pero las comunidades se han organizado para generar proyectos que les permitan la supervivencia de sus territorios: proyectos económicos, productivos. El Acuerdo de Paz también ha generado oportunidades para inyectar recursos a los territorios. Hay una capacidad de autogestión y de resiliencia muy alta.
La candidata a vicepresidenta del Pacto Histórico, Francia Márquez, es una mujer negra del Cauca, ¿es un símbolo no?
-Claro que sí, Francia es una bandera, en primera instancia, para nosotras las mujeres feministas porque es una mujer que ha sido forjada en la lucha por la defensa de sus territorios. Ella sale de La Toma, un corregimiento de Suárez, un municipio del Cauca. Su comunidad se organizó para defenderse de la minería ilegal que estaba contaminando los ríos que eran su sustento.
Francia viene de esa lucha para que ellos pudieran seguir “viviendo sabroso” que es el concepto que viene visibilizando Francia. “Vivir sabroso” es que las comunidades puedan vivir de su territorio. Francia viene de la lucha porque su comunidad sea reconocida como consejo comunitario; estuvo en diálogos con Juan Manuel Santos diciéndole que hay que reglamentar la Ley 70 que le da a los afros, a los negros, la potestad sobre sus territorios y que les permite reconocerse como consejos comunitarios.
Francia es un estandarte que pone arriba nuevamente el valor y la dignidad de la gente que viene resistiendo en sus territorios, en contra del abandono, en contra de la guerra, en contra del narcotráfico y es decir merecemos y tenemos que luchar por vivir sabroso.
En este contexto que nos venís contando ¿cómo ves el escenario electoral, qué posibilidades ves de que el Pacto Histórico gane estas elecciones?
-El viernes (25 de marzo) se estaba firmando ya la candidatura como tal de Gustavo Petro y su vicepresidenta Francia. Yo creo que muchos y muchas lloramos, estamos con el sentimiento a flor de piel porque vemos que tal vez esta pueda ser la posibilidad de que gente como nosotros, como nosotras, gente del pueblo, sea por primera vez una opción que no ha sido asesinada. Estamos cruzando los dedos porque esta fórmula del pueblo tome las riendas de esta casa tan bonita, que es Colombia.
Ha sido un proceso de evolución política muy interesante porque a pesar de que en el 91 se firmó la Constitución que dice que Colombia es una república democrática, la verdad es que todas las instituciones han sido cooptadas por las familias que vienen gobernando hace 200 años o han sido cooptadas por los clanes del narcotráfico que es lo que vemos en los ‘90 con los Ochoa que logran llegar al Senado.
Gustavo y Francia son para nosotros una oportunidad de soñar con una Colombia diferente, de poder decir sí se puede, de decir ‘el tiempo es ahora’, ya no decimos solamente ‘va a ser para nuestros nietos’, sino que nosotros también vamos a tener la posibilidad de soñar y de ver. Es empezar ese sueño que se concreta hoy con el Pacto Histórico que ya es mayoría en el Congreso en senadores y en la Cámara de Representantes y también con una presidencia que lidere un programa de gobierno para que Colombia recupere su rumbo.
¿Es necesario para el triunfo que se gane en primera vuelta?
-Sí, esperamos que sea así. En las elecciones que acabaron de pasar, dada la experiencia negativa que se tuvo en el 2018 en donde nos robaron las elecciones, en estos comicios se hizo un ejercicio muy fuerte de tener la mayoría de las mesas de votación copadas por testigos electorales fiscalizando el conteo de los votos por parte de los jurados. Gracias a ese ejercicio se lograron recuperar más de 200 mil votos en toda Colombia lo que nos permitió recuperar cinco curules (bancas) en el Senado.
Tenemos que ganar en primera vuelta ya que sabemos que si hay segunda vuelta se va a repetir el fraude que se dio en 2018. Ahorita estamos en campaña todos y todas, la meta es lograr doblar los 5 millones de votos que tuvo Petro en la primera vuelta del 2018 para vencer en estas elecciones.
Por último, ¿nos podrás describir el surgimiento de Colombia Humana y la figura de Gustavo Petro y la construcción del Pacto Histórico?
-En el año 2018 cuando Gustavo Petro se lanza a la presidencia lo hace a través de una coalición entre dos partidos: la Unión Patriótica y MAIS (Movimiento Alternativo Indígena y Social) que es un movimiento político de base indígena; esa coalición se llamó Colombia humana. A partir de esa coalición y del caudal electoral de 5 millones de votos en la primera vuelta y 8 millones en la segunda vuelta se consolida Colombia humana.
Desde ese primer momento se han venido realizando asambleas nacionales, regionales y locales generando un movimiento político de ciudadanías libres, que es como nos denominamos nosotros como militantes de Colombia humana, ya que independientemente de nuestro credo, independientemente de si hemos militado no en otros partidos, nos ponemos de acuerdo en el programa de gobierno de Colombia humana. El movimiento ha seguido creciendo y nos conformamos como una red.
En este momento, estamos dando la pelea jurídica para obtener el reconocimiento de nuestra personería jurídica como partido Colombia humana. El abogado Augusto Ocampo, una mano derecha de Petro, lleva adelante una tutela frente a la Corte Constitucional ya que tenemos todos los requerimientos para ser un partido contando incluso con Gustavo como Senador, que es uno de los requisitos para el reconocimiento.