Redacción Canal Abierto | “Nosotros constatamos que realmente hay un cambio de época, un cambio de época profundo, o sea, que la realidad en la cual estamos viviendo no se corresponde más ni al paradigma, ni a la cartografía, ni a los métodos de análisis que hasta ahora teníamos. La profundidad de esto no toca solamente algo que nosotros como sujetos podemos mirar, sino que justamente, al contrario, nos modifica a nosotros como sujetos, nos disuelve como sujetos”, describe Miguel Benasayag (psicoanalista y filósofo devenido investigador en biología y neurofisiología), el punto de partida de un trabajo entre distintas personas de Brasil, Argentina, Uruguay, Italia, Bélgica y Francia, país en el que el ex militante del ERP se exilió luego de estar preso en los ‘70.
Junto a Ariel Pennisi y Florencia Carbajal se acercaron al estudio de Canal Abierto en el stand de ATE en la Feria del Libro de Buenos Aires, para presentar un documento titulado “Convocatoria en las postrimerías del contrapoder”, elaborado por el Colectivo Malgré Tout (Europa) / A Pesar De Todo (América Latina). “Somos un grupo de personas de diferentes nacionalidades y experiencias; educadorxs, artistas, científicxs, abogadxs, investigadorxs, feministas, militantes de la antipsiquiatría, el ambientalismo, la contracultura… Desde esas experiencias, ligadas a diversos modos de compromiso social, nos hemos encontrado buscando analizar cuáles serían, hoy en día, las posibles pistas para comprender y actuar en la complejidad de nuestras diversas situaciones. Es decir, cómo comenzar a salir de la impotencia frente a los graves problemas y desafíos que se nos presentan a una velocidad inusitada”, describen al inicio del escrito a la vez que invitan a su lectura y posterior participación con críticas y aportes.
“Esta disolución, para decirlo así, sin ningún melodramatismo, sería porque la idea cartesiana, occidental, de que los humanos somos los sujetos y el mundo, la naturaleza, el objeto, eso se acabó. Ahora, la cuestión es: ¿cómo establecemos nuevas relaciones una vez que volvemos dentro del sistema? Nosotros, los occidentales, no sabemos pensarnos dentro del sistema; hay otras culturas que siempre se pensaron dentro del sistema, pero son culturas minoritarias y que no corresponden al 75-80 por ciento de los habitantes del planeta que viven en ciudades”, retoma el hilo Benasayag.
“Pero ese es el desafío: una vez que uno dice ‘cambió el contexto’, cambiamos nosotros, la cuestión es: cómo se actúa como sujeto si no se actúa como el que va a dominar y a poseer, como quería Descartes. El fin de esta visión viril, conquistadora, guerrera, no puede dejarnos desarmados y haciendo la “V” de la paz. Tenemos que encontrar también una manera de actuar una vez que estamos dentro del sistema. Esto es muy complicado porque, si no somos más el sujeto de la historia, si nosotros cohabitamos, tenemos que reaprender a cohabitar con los otros vectores: animales, climáticos, vegetales; actuar dentro de esta complejidad no se sabe muy bien cómo es y a la vez es urgente encontrar maneras de frenar la destrucción, maneras de inventar y de crear nuevas formas de habitar el mundo”, cierra Miguel la descripción del concepto disparador del documento.
“Este fin de época, es el fin del dominio patriarcal sobre los territorios y sobre los cuerpos, al mismo tiempo, con estrategias muchas veces similares. Cuesta dar cuenta de esas estrategias, de cómo operan estos niveles de conquista sobre cuerpos y territorios. Cuando damos cuenta de las luchas, tanto las socioambientales como las feministas, y vemos el modo del extractivismo de los cuerpos, ya sea a través de una crisis ecológica como el extractivismo de combustibles fósiles, o el extractivismo de los cuerpos y el no reconocimiento de la importancia de los cuidados materiales y afectivos, sobre todo de las mujeres y de las poblaciones más vulnerables. Es muy interesante pensar ahí cuáles son esos dominios de opresión, de extractivismo, de interrupción”, señala desde una mirada feminista Carbajal, investigadora, ecofeminista, activista menstrual y licenciada en Filosofía (UBA).
“En mi investigación aporto el tema de la ciclicidad menstrual, ovárica, de los cuerpos –generalmente femeninos– y cuáles son las formas –a través de los chips, de los anticonceptivos, a través de los procesos de hormonización, a partir de los procesos de fertilización asistida–, cómo un ritmo y un rito biológico que veníamos atravesando hoy está médica y científicamente interrumpido a través de todas estas sustancias y prácticas médicas. Entonces, pensar cuáles son los niveles posibles de autonomía o de gestión en estas instancias que nos permitan, no sé si actuar pero muchas veces no actuar, poder decidir no intervenir, es un montón y es complejo”, concluye el concepto Florencia.
En el diagnóstico de arranque, el documento señala que “vivimos el tiempo de la post-democracia, el período en el cual los centros de poder se han desplazado de las instituciones representativo-democráticas hacia los lugares de poder fáctico financiero-tecnológico-militar, superpuestos con los fascismos de la hora y distintas formas de refeudalización de la producción y los vínculos”; para luego señalar que “es urgente repensar la cuestión de las prácticas de resistencia, contrapoder e invención de otros modos de percibir y vivir”.
“Resistir no es un medio para conseguir un fin, sino el modo de vivir que aprendimos de nuestros antepasados, con los que mantenemos un diálogo del que aprendemos los modos de seguir siendo”.
“Hay una necesidad de actuar fundada en el no actuar, como decimos en el documento, pero no hay un sujeto disponible de la acción. Entonces, ahí aparece la pregunta: ¿qué es lo que se compone, qué es lo que componemos que esté a la altura de esa necesidad de un actuar en la complejidad sin sujeto”, señala Pennisi, a la vez que nos interroga para darle pie a Benasayag: “¿Qué hace singularidad, que hace unidad, qué hace a lo común?”.
“Si no hay más sujeto de la historia, ¿cuál es la entidad? ¿Cuál es la unidad que actúa? Una unidad que ya no tiene más un adentro y un afuera. Es una instancia que existe, pero que no es totalizante. Hoy en día se está desregularizando todo; se desregularizan los ciclos de la naturaleza, los ciclos biológicos, los ciclos menstruales, todo se desregulariza en una idea, muy neoliberal, de la desregularización porque no se trata más de existir en el sentido de la complejidad, sino de funcionar. Cada uno de nosotros debe funcionar y evaluamos nuestro funcionamiento con toda pérdida de sentido. No hay más sentido”, reflexiona Miguel.
“Nosotros no es que querramos con nuestro documento, con nuestro grupo, ni armar un grupo, ni un partido, ni un movimiento; lo que decimos es: hay urgencia de pensar profundamente porque la gente está tan mal, tan en la tristeza, que actúan dentro de una urgencia irreflexionada. No tenemos tiempo de pensar y nosotros decimos: hace falta acompañar las prácticas con un pensamiento que se toma el tiempo de ver lo que está pasando”.
“Entonces no se trata de incorporar etiquetas: ecofeminismo, ecología crítica, se trata de pensar realmente este cambio profundo y nosotros no sabemos cómo se puede actuar porque, efectivamente, lo que actúa es la situación, es el ecosistema. Entonces la cuestión es cómo, dentro del ecosistema, nosotros como un vector entre vectores, podemos actuar. Esto no niega la singularidad del ser humano en su relación con el pensamiento articulado, pero exige también que veamos el pensamiento articulado como lo que produce todo el ecosistema, no sólo el ser humano. Estos temas son temas que no son temas políticos clásicos, pero son temas fundamentales para la época de hoy”, concluye Benasayag quien junto a su compañera Angélique del Rey presentaron en estos días el libro “El compromiso en una época oscura” (Red Editorial).
El documento, publicado al pie de esta nota, “seguramente va a sufrir transformaciones y va a haber cosas nuevas, pero es un documento que invita desde la fraternidad a incorporar elementos, a sumar herramientas para ampliar el registro de lo que podemos pensar”.
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[mks_toggle title=»Florencia Carbajal» state=»open»]Investigadora, ecofeminista, activista menstrual. Actualmente coordina programas de “Ecofeminismo: Género y Ambiente” en Eco House Global. Licenciada en Filosofía (UBA), Máster en Diseño y Gestión de Políticas Públicas (FLACSO), fundó y dirigió MeLuna S.A, la primer pyme importadora y distribuidora de copas menstruales en Argentina, es puente de diversas tramas activistas y articulaciones entre organizaciones territoriales e instituciones.[/mks_toggle]