Redacción Canal Abierto | En los últimos días, se sucedieron diferentes ataques a los movimientos sociales. Primero, comunicacionales, desde las usinas mediáticas hegemónicas y también de referentes políticos de la derecha; pero fueron los que provinieron del propio gobierno nacional los más preocupantes, en las palabras de la vicepresidenta Cristina Fernández y del Ministro de Desarrollo Juan Zabaleta, entre otros.
Con el terreno allanado, llegaron los ataques de la Justicia, que sabemos vienen acompañados de la violenta mano de las policías. Así, más de 40 operativos que incluyeron inteligencia previa y, en algunos casos, balas de goma, gases, patadas en endebles puertas, cayeron sobre comedores populares y locales de la CCC en el barrio de Saavedra de la Capital y en La Matanza y, con diferencia de horas, a los domicilios de varios dirigentes barriales y locales de distintos movimientos en Jujuy, donde la orden judicial utilizaba los términos “asociación ilícita” y “extorsión”, achacados a estas organizaciones.
“Evidentemente hay un sector del establishment y de los sectores del poder que han identificado que los movimientos sociales dentro de la clase trabajadora somos un problema. Porque estamos en la calle, porque estamos organizados, porque luchamos por nuestros derechos; y han definido que para implementar este plan de ajuste, que es lo que está planteando el Fondo Monetario en sus últimas comunicaciones, se debe avanzar fuertemente con una represión judicial y una estigmatización mediática”, sostiene Charly Fernández, del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) en la Coordinadora por el Cambio Social.
En la orden judicial en Jujuy se hablaba de “asociación ilícita”, de bandas de gente que se reúne para cometer ilícitos. ¿Qué actividad ilícita comete el FOL? (cabe aclarar que uno de los locales allanados en Jujuy era de esta organización).
-Eso que decís de las carátulas que se pone es muy importante, porque lo que se nos plantea es lo mismo que planteaban algunos sectores en la época más oscura de nuestro país, en la época de la dictadura, de que las organizaciones populares extorsionamos, somos asociaciones ilícitas. O sea, que somos espacios donde nos relacionamos para cometer delitos y no que somos una respuesta a décadas de malos gobiernos, de políticas de ajuste, de políticas para beneficiar las ganancias de unos pocos a costas del sufrimiento de las grandes mayorías de nuestro pueblo. Eso, justamente, es una de las definiciones que ha planificado el Poder Judicial en cómo atacarnos.
¿Qué delito cometemos las organizaciones sociales? El principal delito, terriblemente penado por el capital, es organizarnos, es luchar, plantear derechos, autogestionar comedores populares, realizar emprendimientos productivos, generar jardines populares, generar bachillerato populares. Recuperar a las pibas y a los pibes de la falopa y decirles que hay posibilidad de un país distinto, donde ellos sean parte y que tengan un destino distinto donde sean parte de nuestras comisiones de vivienda, de salud, de educación, de géneros y toda la cantidad enorme de iniciativas que desarrollan compañeras y compañeros en todo el país, con las distintas características de cada una de nuestras provincias.
Eso es lo que hoy realmente les preocupa, les preocupa a los intendentes, les preocupa a los gobernadores, les preocupa a los ministros, porque esos compañeros que, como dice Freire, recuperan su palabra, que recuperan su dignidad, que recuperan la posibilidad de pelear por sus derechos, no se dejan doblegar fácilmente. Un pueblo organizado, un pueblo que conoce sus derechos y que pelea por ellos es un pueblo al que no se le dobla fácil el lomo. Yo creo que eso es lo que vienen a buscar.
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Me gustaría aclarar algunos lugares comunes a los que se acude para desprestigiar y estigmatizar a los movimiento. El primero, me parece que es: les pagan por no hacer nada, los piqueteros son vagos. ¿Qué podés responderles?
-Principalmente, la gran mentira es la idea de que un programa social implica un no trabajo. Las organizaciones trabajamos y lo que son los programas sociales, hoy en día, son complementos al empleo. Hay estudios de la Universidad de Córdoba donde demuestran que los programas sociales, estructuralmente, tanto a los compañeros que están organizados en los movimientos sociales, como a los compañeros que por ahí son parte de la economía popular, gente tiene un puesto en una feria o tiene una changa o laburan digamos a fason en un campo, les representa el 30% de su ingreso. Nadie puede vivir con 20 mil pesos que es lo que cobra un compañero y compañera en el Potenciar Trabajo.
A su vez, los movimientos sociales generamos nuestros planes de actividad, peleamos para que esos planes de actividad salgan adelante y eso implica muchísimo trabajo. Nuestros compañeros organizados no solamente tienen la changa o ese empleo informal sino que a su vez tienen los planes de actividad para generar todas nuestras nuestras iniciativas socio comunitarias, nuestras iniciativas políticas en los barrios también. Porque nosotros recuperamos esa palabra, para nosotros generar una comisión de Salud popular es una definición política. Entender que que nosotros tenemos que ir a discutir la salud, que nosotros tenemos que ir con los centros de salud, con los trabajadores de la salud, a generar Promotoras de Salud, promotoras contra la violencia de género, promotoras por la vivienda. Hemos dado una fuerte lucha en todas las ciudades del país donde hay promotoras discutiendo la cuestión de la vivienda. Los compañeros y compañeras trabajan el doble o trabajan el triple de lo que trabaja un trabajador que está en un empleo formal.
Es muy importante venir a los barrios y verlo porque la preocupación que tienen muchos es cómo, con tan pocos recursos, hemos generado tanto y eso es un problema, eso les preocupa. Hemos generado tanto despliegue de organización, tanta territorialidad con tan poco. Entonces, es mentira que no trabajamos, eso sin trabajo no se puede hacer y eso se hace con mucho esfuerzo de compañeras y compañeros.
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Otro mito es que le sacan plata a la gente. Eso se escucha todo el tiempo, “se quedan con la plata de la gente”. De hecho, algunos fiscales trasnochados están poniendo esa excusa como posible delito para allanar a compañeros y compañeras.
-Ayer, recordábamos en la conferencia de prensa en el Congreso a un compañero que lamentablemente falleció hace muy poco, el compañero Freddy Mariño de la CCC. Para muchos de nosotros fue una referencia cuando empezamos a militar allá por los 2000-2001. El compañero murió en la pobreza total. Él era, después de Juan Carlos (Alderete), el principal referente a nivel nacional de la organización. Un compañero que te pasaba a buscar por una toma de tierras con un auto destartalado.
Me acuerdo, en Villa Celina, estábamos peleando contra los punteros y las mafias del barrio; yo era un joven militante y el primero que apareció fue el compañero Freddy con un auto destartalado a dar una mano. Esos son y así es como viven los compañeros, cómo vivimos los compañeros y compañeras de los movimientos sociales. Entonces es muy triste que gente que vive en Puerto Madero, que vive en grandes barrios de lujo privado, hable así de los movimientos sociales.
Los compañeros, como en cualquier organización popular, generan recursos para poder sostener sus actividades. Esos recursos los generan en los barrios, porque cuando uno consigue mercadería no se cocina sola, no le llega a la casa de cada familia sola o a la copa de leche para que el pibe tome un vasito de leche a la merienda. Esas copas de leche funcionan todos los días en nuestro país, hay una gran cantidad de pibes y pibas y viejitos, que que cada vez son más, que comen en nuestros comedores. Entonces, como ha sido una tradición en nuestra clase trabajadora organizarse y juntar finanzas, se autoorganizan y se genera algún tipo de cuestión para bancar un local, para alquilar una piecita y poder hacer una copa de leche para comprar el detergente, comprar una olla y poder garantizar la comida.
También hay financiamientos que generan las actividades productivas que generamos las organizaciones y los compañeros logran alquilar algunos polos productivos, logran sostener alguna camioneta. Lo logran con todo ese trabajo que hacemos, que tiene que ver con una recuperación de empleo silenciosa, que vamos haciendo. No tienen todos los derechos laborales y creemos que hay que pelear por los derechos de esos espacios que logramos organizar y que generamos como fuente de trabajo y que eso también está totalmente legalizado porque cualquier cooperativa tiene su cuota social, hay balances públicos, etc. Todo el tiempo, para cualquier presentación que hacemos al Estado vienen muchísimas auditorías. Que nos investiguen a ver qué van a encontrar.
Una compañera de uno de los comedores allanados –Julia Rosales– nos comentó que en el allanamiento que hace la policía, le agarran el listado de los pequeños aportes que dan los vecinos para para comprar detergente, la esponjita para limpiar los vasos para que los chicos tomen la copa de leche y eso lo llevan como material para generarle una causa a una organización popular acá en el Barrio Mitre, en Saavedra
Es realmente una vergüenza que sectores de la política, sectores del progresismo, gente que dicen haber bancado las luchas por los derechos humanos, y que algunos siguen bancando nuestras luchas por la verdad, la memoria y la justicia, hoy no estén acá en la primera línea.
Entrevista: Nahuel Croza