Redacción Canal Abierto | El ministro de Economía Sergio Massa anunció un ordenamiento fiscal por el que se recortan 128.000 millones de pesos en partidas de distintos estamentos del estado. Así, diversos ministerios y programas gubernamentales verán reducido sus márgenes de acción y alcance.
Un repaso de los números arroja que los recortes son de 60.000 millones de pesos para el Fondo de Garantía Recíproca (FOGAR) y el Fondo de Desarrollo Productivo (FONDEP). Se trata de líneas de crédito cuyos principales destinatarios se encuentran en el universo PyME.
Le sigue el programa PROCREAR, dependiente del Ministerio de Desarrollo y Hábitat Territorial cuya partida se reducirá en 50.000 millones de pesos. Dicho programa de construcción de viviendas fue lanzado en 2012 durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner y desde ese momento se resaltaron dos virtudes: la posibilidad de un sector importante de la población de acceder a la vivienda propia y el aspecto contracíclico en materia económica.
El mismo número es el que recorta en el programa Conectar Igualdad. La justificación oficial se sostiene en la escasez de dólares en las reservas para la adquisición de las computadoras a repartir entre alumnos iniciales. Al igual que el PROCREAR, también se trata de una iniciativa insignia del gobierno de la vicepresidenta.
Le sigue el Ministerio de Obras públicas. La cartera que encabeza Gabriel Katopodis verá recortadas sus partidas en 20.000 millones de pesos. Llama la atención que se determine este recorte al tiempo que la obra pública es uno de los ejes en los que el gobierno sale bien parado, tando desde la cobertura territorial como desde mejoramiento de la estructura del país y su aspecto dinamizador de la economía.
El Ministerio de Salud recibe un recorte de 10.000 millones de pesos. El argumento es que al no comprarse vacunas Sputnik V por razones geopolíticas y haber bastante stock de las otras vacunas. El mimo importe se recorta de Transporte.
Estas medidas coinciden con la gira del ministro por Estados Unidos, que incluye entre sus visitas una con el board del FMI en vísperas de su revisión trimestral. “Massa quiere ir a con algunos deberes hechos en materia de ajuste. Lo primero que dijo al asumir fue que se iba a cumplir con el Fondo, organismo que a partir del acuerdo aprobado en marzo, impuso una meta de 2, 5% de déficit”, sostuvo ante Canal Abierto Horacio Fernández, director del Instituto de Estudios Sobre Estado y Participación (IDEP).
Y recordó que “para esto ya impulsó un tarifazo muchísimo mas fuerte que el que planteaba Guzmán, planteó que no se va a gastar más que lo que se recaude, congeló la planta del estado y ahora estos recortes. Todavía no está discutida cual va a ser la política de salarios y la compensación que los trabajadores van a tener en función de la inflación galopante que padecemos. Si vemos el Salario Mínimo Vital y Móvil acordado esta semana vemos que va muy por detrás de las proyecciones de inflación”.
“Esto no es un ordenamiento, porque esas partidas no se pueden ejecutar. Ordenar seria asignar esas partidas a otras necesidades que el estado debe atender. Si no podés comprar Sputnik, podés asignar esas partidas a mejorar hospitales o comprar otro tipo de insumos. Porque no es que el resto de la salud pasa por un momento de esplendor absoluto”, agregó Fernández.
“Lo mismo con Educación, amén de que la pregunta de por qué no hay dólares para computadoras si hay record de exportaciones amerita una discusión aparte. Si no se pueden comprar computadoras, sí se podría usar esa plata para mejorar las universidades o los institutos que dependen del Estado Nacional. Ni que hablar del PROCREAR, cuando vemos que la vivienda es un problema que aqueja a muchos argentinos”, resaltó.
“A partir de la decisión de cumplir con las imposiciones del acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional y `corregir los desvíos´ de las metas allí acordadas, la política oficial abraza los principios de una declarada ortodoxia. Obviamente la combinación de tarifazos, tasas elevadas y devaluación sumada a la supresión del fomento del crédito no hacen más que profundizar un sendero de enfriamiento de la economía, receta de la ortodoxia para conseguir algún freno a la carrera de precios”, concluyó Fernández.