Redacción Canal Abierto | La primera vuelta en las elecciones presidenciales de Brasil, este 2 de octubre, arrojó resultados inesperados si uno se guíaba por los sondeos electorales publicados. Luiz Inácio Lula Da Silva ganó, pero se impuso con una diferencia mucho menor de la que se esperaba sobre el actual primer mandatario Jair Bolsonaro y habrá una segunda vuelta aún incierta.
Para charlar sobre el escenario electoral y también sobre cómo se fue gestando esta –hoy podemos decir– construcción política que es el bolsonarismo, que pasó de ser una sorpresa a convertirse en algo ya instalado –en la elección obtuvo el 43% de los votos, 51 millones de votantes–, convocamos a Lucas Paolo Vilalta, magíster en Filosofía de la Universidad de São Paulo, docente e investigador de filosofía, tecnologías digitales e información.
Lucas y Bruno Cava publicaron en 2019, en nuestro país, “Bolsonaro, la bestia pop” (Red Editorial), analizando el fenómeno Bolsonaro lejos del espanto progresista tras la inesperada victoria del ex capitán. La conversación entre los dos intelectuales y activistas –acicateada por Ariel Pennisi– teje un recorrido que va de las revueltas callejeras de 2013, la impotencia del lulismo, las diversas formas de descontento, la “corrupción”, los megaeventos, los desalojos y la emergencia de esta nueva derecha que las elecciones del domingo confirman consolidada.
“Podemos hablar de una nueva derecha que aprendió a trabajar con los flujos desterritorializados del capitalismo”, decía Bruno Cava; “tal vez preferimos ‘me gustear’ a votar y la democracia quizás nunca haya sido tan popular como ahora, cuando la clase política es más odiada. ¿Qué hacer si nos negamos a ser parte de este espectáculo?”, desafiaba Lucas en esa “conversa”.
La sorpresa: “Fue completamente inesperado lo que pasó el domingo; lo que tuvimos, se puede decir, fue una victoria del bolsonarismo. Por más que Lula tuvo más votos que Bolsonaro y estuvo próxima su perfomance a lo que las encuestas decían, lo que vimos fue un crecimiento muy grande de Bolsonaro; no sólo por ese 43% de las preferencias, sino por todos los senadores que eligió ayer. Nos sorprendió mucho a todos, estamos intentando comprender todavía lo que pasó porque las encuestas no daban este escenario, en ninguna parte.
Por ejemplo, en Río de Janeiro (el reelecto gobernador bolsonarista) Claudio Castro obtuvo la victoria en la primera vuelta, algo que nadie esperaba, sacó 10 o 12 puntos más de lo que preveían las encuestas.
En São Paulo, Tarcisio (Gómes de Freitas – Republicanos), un bolsonarista, también estaba en segundo lugar en las encuestas, y (Fernando) Haddad, el candidato de Lula, iba a la delantera en los sondeos y por mucho, y fue sobrepasado, obtuvo casi 10 puntos de diferencia de lo que decían las encuestas. Es muy raro lo que pasó”.
[mks_toggle title=»Candidatos a gobernador de São Paulo» state=»open»]TARCISIO GOMES DE FREITAS (Republicanos): 9.881.995 de votos | 42,32%
FERNANDO HADDAD (Partido de los Trabajadores): 8.337.139 de votos | 35,70%.[/mks_toggle]
Una mala lectura del progresismo: “Hay una conciencia esclarecida o supuestamente esclarecida, iluminada del progresismo que se equivoca nuevamente en lo que preveía, pero me parece que es con una vuelta más de lo que Bruno (Cava) y yo apuntábamos en el libro (Bolsonaro, la bestia pop) y se comprobó ahora; en aquel momento de 2018 había pasado algo por el subterráneo que nadie de la izquierda pudo ver con la verdadera dimensión, lo que estaba pasando.
Lo que es más raro todavía es cómo las encuestas, todas, se equivocaron. Tenemos que pensar por qué los datos no captaron la realidad, ¿qué pasó? Yo creo que la pregunta sería qué ha pasado que las encuestas no están captando lo que buscaban.”
Bolsonarismo popular: “Bolsonaro es ese personaje que es responsable por la muerte de tanta gente en Brasil, que hizo atrocidades. En 2018, uno podía decir ‘no le conocen’. ‘El tipo hace apología de torturadores, hace todo eso, pero no le conocen, no toman en serio lo que dice y por eso lo votan’. Ahora me parece que es distinto, tuvimos cuatro años de él como presidente y le conocen, saben lo que hace y lo valoran por eso.
Hay un bolsonarismo popular, un bolsonarismo de masas. Yo lo que consigo ver es una identificación con la clase media, eso es lo que dicen las encuestas también. Bolsonaro perdía mucho en las clases populares, en los sectores de menores ingresos, pero no sé qué pasó, como creció 6 o 7 puntos de lo que decían las encuestas. Esos 7 puntos tienen que haber venido de alguna parte y de dónde aún no lo sé.”
¿Hubo un triunfalismo desmedido? Creo que no hubo. Hubo una confianza que se podría decir desmesurada. Pero, nuevamente, me parece que no capta el fenómeno porque perdimos en muchas partes, muchos gobernadores, en Senadores, en muchas partes. Entonces no era solo un exceso de confianza, fue una derrota gigantesca.
Te doy un ejemplo: acá en San Pablo, el candidato de Lula, Márcio França, en la última encuesta del sábado, un día antes de la elección tenía un 45% de intención de voto. Fue sobrepasado por el candidato del Bolsonaro (Marcos Cesar Pontes) que obtuvo el 49% y França terminó con el 35%. O sea, cayó un 10% y Pontes sacó un 14% más de votos que los estimados.
Eso yo no sé de dónde buscar información para interpretar cómo paso eso. Por la abstención no se explica, no se puede explicar una diferencia tan grande. En otro lugar, un senador ganó con una diferencia en las encuestas de algo como el 25%. No es el 2% del margen que las encuestas informan como posibilidad de error… un 25%.”
Nuevos referentes de la izquierda. “Es verdad que las figuras más representativas de la izquierda siguieron siendo las mismas, pero a la izquierda le fue bastante bien, creció un poco en el Congreso y con otras figuras, son figuras que crecieron mucho en estos cuatro años con liderazgo en las redes sociales. Se puede constatar que los liderazgos más antiguos del PT, del PSOL, de PSB, de los partidos de izquierda y de centro izquierda no se reeligieron y entonces tuvimos una renovación en la izquierda en el Congreso”.
Entrevista: Nahuel Croza