Para declarar a Luis Majul, Gustavo Sylvestre, Eduardo Feinmann, los dos Wiñazki, Víctor Hugo Morales y Pablo Rossi; Roberto Navarro, Osvaldo Bazán, Franco Merculiari, Pablo Duggan y Viviana Canosa (entre decenas), personas estrafalarias y descuajeringadas que cada día, a cada hora, a raíz de esa continua expresión cargada de aterradora ignorancia, estreñimiento intelectual, evidente soterramiento del sentido común, y, por sobre todas las cosas, una axiomática propensión al cinismo, en tanto sueltan al aire palabras desprovistas de vitalidad, ingenio o, al menos, una pizca de sensatez. Alquimistas del acontecimiento, digamos. O, por qué no, víctimas de un extravío de naturaleza acaso atávica que conduce, de prisa, y sin pausa, hacia el desmoronamiento de la razón. Hacia la nada.
Ilustración: Marcelo Spotti