Redacción Canal Abierto | A un año de los comicios y con una interna abierta y supurante, el éxito del plan económico representa para el gobierno del Frente de Todos una condición necesaria, aunque no necesariamente suficiente, para tener oportunidad electoral. Sin embargo, distintos análisis no son alentadores a la hora de evaluar ese futuro.
Desde el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), un informe titulado ¿Hay alternativas al “Plan Aguantar”? sostiene que el Gobierno parece “resignado” a un programa que lo conduzca a “una derrota ordenada”.
Según el estudio, se trata de una encrucijada donde el ajuste fiscal y monetario imperante y proyectado para sostener el acuerdo con el FMI, sumado a las concesiones a sectores exportadores para que liquiden divisas y una política exterior más alineada a los Estados Unidos para obtener financiamiento de organismos internacionales “tiene escasas chances de sostener la expansión de la economía con una mejora distributiva que permita sumar apoyos electorales”.
Distribuir o no distribuir, esa es la cuestión
Luego del discurso de la Vicepresidenta en la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), quedó claro que el espacio kirchnerista dentro del Frente de Todos respalda la gestión de Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía, a quien Cristina Fernández le reconoció estar haciendo “un gran esfuerzo, administrando las consecuencias de lo que pasó”. Sin embargo, recalcó que “el Gobierno tiene que terciar en la distribución del ingreso“.
Si bien es cierto que este programa de corte ortodoxo es más alentador que la desestabilización cambiaria de hace unos meses, luego de la salida de Martín Guzmán y el consiguiente golpe de mercado, hacer la plancha hasta las elecciones de 2023 sin mejoras significativas en los ingresos está lejos de ser un buen ariete de campaña en un momento de ánimos y bolsillos pinchados.
Para los economistas del CESO, incluso en este escenario y en el marco del acuerdo con el FMI, “hay espacio para llevar adelante medidas que mejoren la perspectiva macroeconómica hacia adelante”. Sostiene que, en rigor, “se trata de utilizar los márgenes, aunque acotados, que deja el propio acuerdo”.
Según el informe, el anuncio del Plan Ahora 30 para la adquisición de electrodomésticos “se inscribe en esa larga tradición de buscar mejorar el humor social por medio del consumo de bienes durables”. “Dado que se trata de alternativas, entendemos que esos mismos instrumentos pueden destinarse a financiar la mejora en las condiciones de vida y en el humor social por medio de otros canales que tengan un menor impacto en la demanda de dólares y un mayor impacto en el empleo”, consideran. Y enumeran entre esas alternativas a los “créditos hipotecarios, infraestructura social, de cuidado, de salud y medioambiental” que si bien no estuvieron ausentes durante esta gestión, “es preciso identificar qué sectores se necesita fortalecer para avanzar más expeditivamente”.
La restricción de divisas, ese viejo enemigo externo
En lo que refiere a exportaciones, desde el CESO hacen foco en que los pronósticos de la Bolsa de Comercio de Rosario no son buenas. Las lluvias llegaron muy tarde en octubre y afectaron la campaña de trigo, lo que redujo el saldo exportable en US$ 2.000 millones respecto de la campaña pasada.
“De acuerdo a las intervenciones del Banco Central en el mercado de cambios, se observa que las liquidaciones de soja volvieron a comportarse con el ritmo que venían antes del dólar soja -detalla el informe-. Con esa medida se logró cerrar la brecha que venía teniendo la liquidación y ubicarla en un nivel normal para esa altura del año. Sin embargo, ahora se empieza a generar una nueva demora en las liquidaciones de soja”.
Sin embargo, el nivel actual de reservas netas en torno a los US$ 7.000 está muy cercano a la meta de diciembre establecida con el FMI por lo que “para cumplir el acuerdo durante este año, alcanzaría con mantenerse en niveles de reservas muy similares a los actuales o con un incremento marginal”.
En este punto, “todos los huevos están puestos en la canasta de los organismos internacionales que circundan la órbita de Estados Unidos: FMI, BID, Banco Mundial”. Pero esta estrategia “podría diversificarse si se avanza en la ejecución de proyectos de infraestructura que cuentan con financiamiento por parte de China”, advierten desde el CESO.
Sucede que no se avanza en ellos para lograr el beneplácito de Estados Unidos y respetar el acuerdo con el Fondo, que se convierte así en “una limitante de la estabilidad, frenando proyectos que cuentan con financiamiento externo, a cambio de una promesa dudosa de estabilidad macroeconómica”.
“Como tantos otros momentos de la historia argentina, la fragilidad del sector externo está atada principalmente al contexto geopolítico que puede ser el desencadenante de una inestabilidad macroeconómica más aguda aún”, finaliza.
Ilustración: Marcelo Spotti