Redacción Canal Abierto | En el marco de las reuniones que por estas horas se vienen dando en Buenos Aires tras la VII Cumbre de Jefas y Jefes de Estado de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC), Alberto Fernández compartió un encuentro bilateral con el primer ministro de Haití, Ariel Henry.
Así, el Presidente hizo caso omiso a los reclamos de residentes de la isla caribeña en Argentina que en el día de ayer aprovecharon la movilización de cierre de la Celac Social para expresar su repudio a quien califican de “usurpador”.
“Es un primer ministro de facto, ilegal e ilegítimo que fue designado a través de un tuit de la jefa de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (Binuh), Helen la Lime”, denunció en diálogo con Canal Abierto el académico y referente del Comité Democrático Haitiano Argentino, Henry Boisrolin. “Los organismos multilaterales y los medios de comunicación dicen estar preocupados por la presencia de otros mandatarios a quienes llaman dictadores, pero aquí miran para otro lado y ningunean al pueblo haitiano”.
La nación latinoamericana lleva décadas sumida en una crisis económica y política que recrudeció con el asesinato de Jovenel Moïse, presidente desde 2017 del Partido Haitiano Tèt Kale (PHTK), a manos de un comando de mercenarios colombianos el 7 de julio de 2021.
El magnicidio abrió un vacío de poder que fue aprovechado por su sucesor de facto, pese a este contar con un amplio rechazo en fueros políticos y sociales. Pendiente de confirmación parlamentaria, Henry fue nombrado primer ministro por Moïse tan solo dos días antes de un magnicidio que hasta la fecha, pese a la detención de sus autores materiales, no ha sido esclarecido.
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Incluso el propio primer ministro ha sido objeto de investigaciones judiciales por sus vínculos con el máximo sospechoso de la autoría intelectual del asesinato, el ex funcionario prófugo Joseph Félix Badio. “Henry no ha hecho ningún esfuerzo porque se conozcan los verdaderos responsables de este crimen”, señaló el emigrado.
Desde hace un tiempo, pero fundamentalmente en los últimos años, la violencia armada y los secuestros extorsivos son moneda corriente en la capital Puerto Príncipe. “Hoy por hoy es quizás una de las industrias más prósperas del país, y en parte se lo debemos al descalabro económico y la miseria que se profundizaron en este año y medio de Henry en el poder”, apuntó Boisrolin.
A la escalada violenta y una fuerte suba en los precios de los combustibles como parte del programa económico impuesto por el Fondo Monetario Internacional, el regreso de la enfermedad del cólera a Haití -luego de su erradicación hace 10 años- ha complicado aún más la situación en la nación caribeña.
“Estamos en un momento en el que los de abajo no pueden seguir viviendo como antes y los de arriba no pueden seguir mandando como antes, es una situación explosiva y potencialmente revolucionaria”, opinó.
Miseria y miserias
«Hay una propaganda que señala a Haiti como el país más pobre del hemisferio, cuando en la realidad más que pobre es el más empobrecido: digo esto porque, por ejemploe, tenemos reservas de oro y la empresa que lo extrae pertenece al hermano de Hillary Clinton, mientras que en la división internacional del trabajo nos asignan el lugar del país proveedor de mano de obra super barata”, explicó el residente haitiano en nuestro país. “Pero hay otros intereses geopolíticos en juego, por ejemplo, que somos la nación más próxima a Cuba y un punto estratégico del Caribe, una región considerada como el primera patio trasero para Estados Unidos”.
Sobre las razones que explicarían la crítica situación en su país de origen, el militante social señaló: “Hay otro tema, el histórico: Haiti es la primera república negra independiente del mundo, la única revolución anti esclavista y anti capitalista victoriosa, y por eso debe ser controlada y castigada”.
En octubre del año pasado miles de haitianos tomaron las calles de las principales ciudades para protestar contra la potencial intervención extranjera que horas antes había solicitado el propio Henry. Desde sectores de la oposición salieron a cuestionar la decisión gubernamental, entre otras cosas porque un pedido de esa naturaleza sólo podría tener validez por vía parlamentaria. «El Poder Legislativo también está fuera de la ley, todos los mandatos de sus integrantes están caducos; en este momento ningún funcionario ha sido electo como demanda nuestra Constitución”, apuntó Boisrolin.
Futuro
Sobre las alternativas para desandar la crisis política, económica y social, el referente del Comité Democrático Haitiano Argentino aseguró: “Las organizaciones populares haitianas hoy cuentan con mayor legitimidad que el autoproclamado primer ministro y reclaman un gobierno de transición de dos en el que tengan participación y sin dictámenes de las potencias extranjeras que tanto daño causaron; en el camino, debemos avanzar en una Asamblea Constituyente y recuperar la soberanía y autodeterminación”.
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Henry tiene 71 años, se formó como médico en universidades de Francia y Haití y tiene experiencia en la administración pública: formó parte del Gobierno de Michel Martelly, el antecesor de Moise, durante 14 meses marcados por la inestabilidad política.
Entre enero y septiembre de 2015 Herny se desempeñó como Ministro de Interior y después estuvo al frente de la cartera de Asuntos Sociales y Trabajo hasta marzo de 2016.
Diez años antes, en 2004, tras la forzada dimisión del expresidente Jean Bertrand Aristide, Henry conformó junto con otras seis personalidades, el llamado Consejo de Sabios, órgano encargado de proponer a la presidencia provisional de Haití un nuevo primer ministro.
Fue miembro del Partido Social Demócrata, luego del Partido Nacionalista Progresista Revolucionario Haitiano, fundado por su mentor Serge Gilles. El médico también se unió a la estructura Fusión de los Socialdemócratas Haitianos e integró hasta 2014 la Unión Patriótica, creada por el expresidente René Preval (1996-2001 y 2006-2011).
Como profesional de la salud presidió la junta directiva de la Sociedad Ecuménica de Bienestar de 1992 a 1999, y fue subdirector encargado de los programas de la agencia humanitaria Adra-Haití de 1992 a 1996.
También formó parte del Gabinete del Ministro de Salud Pública de junio de 2006 a septiembre de 2008, y ocupó la jefatura de Recursos Humanos de septiembre de 2008 a octubre de 2011.
Henry fue una de las autoridades sanitarias al momento de responder a la epidemia de cólera que se desató en Haití después del terremoto de 2010 que mató a 300 mil personas. El brote, adjudicado a la misión de paz de la ONU, causó otras 10 mil víctimas, de acuerdo con cifras oficiales.
En 2020 integró la comisión multisectorial para la gestión de la Covid-19, que hasta el momento suma 19.553 enfermos, 510 fallecidos, y más de 3.000 hospitalizados desde marzo del año pasado.
A la par, dirige el servicio de neurocirugía del hospital Bernard Mevs, uno de los más reconocidos del país.
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