Redacción Canal Abierto | Como en toda campaña electoral, candidatas y candidatos salen a besar bebés, proponer inversiones y pavimentos, trazar planos de obras que nunca se realizarán, a prometer balas que algún día volverán. Tiene raigambre histórica también denunciar la extranjería de pueblos que habitan este territorio desde antes que fuera parte de un Estado y siglos antes de que los abuelos de estos ilustres patriotas bajaran de algún barco huyendo de alguna guerra o hambruna.
Es el caso del auditor general de la Nación Miguel Angel Pichetto que el pasado 22 de febrero declaró: “El pueblo mapuche es un pueblo invasor, no es originario de la Argentina, es originario de Chile”, y celebró el genocidio indígena producido por el Estado en la denominada Campaña del Desierto. “En Argentina por suerte apareció (Julio Argentino) Roca y la Patagonia es argentina por Roca”, señaló. No es la primera vez que este funcionario público proclama estos argumentos.
A raíz de estos dichos, comunidades mapuches junto a organizaciones de afrodescendientes y migrantes denunciaron al ex compañero de fórmula de Mauricio Macri ante el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo).
En la misma le imputan “llevar adelante e impulsar una campaña racista, discriminadora, negacionista, difamatoria y de violencia psicológica y verbal contra el Pueblo Mapuche, y a través de él, hacia todos los pueblos originarios”.
La denuncia fue presentada por el Encuentro Plurinacional de Argentina y acompañada por más de 220 firmas de representantes de comunidades originarias, artistas, académicos, organizaciones de derechos humanos, sociales y políticas.
Para contrastar la perorata sobre el republicanismo, es interesante reponer el texto del Artículo 75, inciso 17 de la Constitución Nacional que reconoce la preexistencia de los Pueblos Indígenas al Estado nacional y establece la posesión y propiedad comunitaria de sus tierras:
“Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible, ni susceptible de gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afectan. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones”.
Investigadoras e investigadores repudian la campaña racista hacia el pueblo Mapuche
“Denunciamos y repudiamos la campaña estigmatizante y racista que se viene produciendo día a día hacia el pueblo originario Mapuche. Además de desconocer y vulnerar la legislación existente y los tratados internacionales que reconocen derechos particulares a los pueblos indígenas, estos discursos promueven y replican todo tipo de falacias y tergiversaciones mediante la recuperación de trabajos que carecen de rigurosidad científica, o bien de entrevistas a personas que no son especialistas en el tema”, señala el comunicado que investigadoras e investigadores de diferentes universidades nacionales y extranjeras y de centros del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), publicaron a fines de febrero.
Estos especialistas en la materia señalan la necesidad de responder a las falacias esgrimidas y destacan que estos mensajes buscan generar sentimientos de odio y racismo en la población. También ponen en relevancia el desconocimiento y la vulneración de la legislación existente y los tratados internacionales con status constitucional que la Argentina suscribe. “Este tipo de razonamientos pseudocientíficos promueve discursos supremacistas que ya han demostrado su peligrosidad a lo largo de la historia”, destacan, y reclaman que los vapuleados derechos de los pueblos indígenas, reconocidos y legislados, se hagan efectivos.
“La función real del racismo es la distracción. Te mantiene explicando, una y otra vez, tu razón de ser, de existir. Alguien dice que no tienes lenguaje y tú pasas veinte años probando que no es cierto, que sí tienes uno. Alguien dice que tu cabeza no tiene la forma apropiada y tú dedicas tiempo y recursos en investigaciones científicas para probar que sí. Alguien dice que no tienes arte, y tú escarbas y expones la verdad. Alguien dice que no tienes reinos, así que escarbas y demuestras la verdad. pero nada de esto es necesario –y nada es suficiente–, pues siempre habrá algo más”.
Esta cita de la escritora estadounidense Toni Morrison, Premio Nobel de Literatura en 1993, es de 1975, treinta y cuatro años antes de que Barack Obama, un afroamericano, fuera elegido presidente de su país.