Redacción Canal Abierto | En febrero de 2020, la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC) posicionó a la Argentina dentro del grupo de países con incidencia “media-alta” de casos de cáncer en el mundo, unos 218 casos por 100.000 habitantes. Un estudio reciente publicado en la revista científica Clinical Epidemiology and Global Health revela que en el sector agroindustrial santafecino, debido a la alta exposición a los plaguicidas, el número crece más de un 10 por ciento.
Para conocer las causas y orígenes de estos datos, Canal Abierto consultó a Matías Blaustein, doctor en Ciencias Biológicas, investigador del CONICET y coordinador del laboratorio de Biología de Sistemas y Filosofía del cáncer de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.
“Ya en 2009 Andrés Carrasco, investigador de CONICET, advertía con sus propias investigaciones lo que sucede en nuestro país: que la forma de aplicación de pesticidas es casi un experimento masivo; creo que ahora ya le podemos tachar el casi”, señaló. En la actualidad son más de mil las publicaciones a nivel mundial que demuestran los efectos tóxicos del glifosato (el menos tóxico de los herbicidas que se aplican en nuestro país).
El grupo de biología de sistemas y filosofía del cáncer
“La propuesta del grupo que integro es trabajar el cáncer de manera compleja, no solo a nivel biológico sino filosófico, social, ambiental, de manera multi o interdisciplinar, y una de esas patas una partes es el abordaje de la biología de sistemas”
“La biología de sistemas trabaja con una idea integral, analizando el sistema en sí; porque muchas veces el todo resulta más que las partes que lo componen. Esto implica también el análisis de una cantidad de datos muy grande a través del uso de bioinformática, Big Data, Data Mining, microscopía, espectrometría de masas, secuenciación de ADN y ARN. Toda esa información la pasamos también a través de modelado con computadoras que nos permite ir más allá de los límites que propone la intuición humana. Hoy por hoy, a diferencia de la biología de los 60, 70 y 80, la cantidad de datos es tan abrumadora que necesitamos la ayuda de estas herramientas computacionales para poder explicar y predecir cosas que van más allá de la capacidad de procesamiento humano”
El modelo médico hegemónico
“Los países centrales y las grandes farmacéuticas van imponiendo una agenda que muchas veces nosotros, como comunidad científica argentina, la importamos de manera acrítica y la reproducimos; no solo en nuestras propias investigaciones, sino también en nuestras formas, en nuestro modelo educativo, a la hora de ir al hospital. El cáncer básicamente está tratado como un conjunto de genes, proteínas o cuestiones biológicas que se desregulan, y básicamente en términos de qué fármaco o tratamiento yo te puedo dar para tratar de paliar o -en el mejor de los casos- curar»
“Nosotros tenemos un enfoque más dialéctico, más filosófico. Tratamos de incorporar también las claves sociales, las claves ambientales. ¿Qué es lo que pasa que hoy que en vez de tener menos casos tenemos cada vez más casos de cáncer, siendo que la medicina y la ciencia ha avanzado tanto? ¿Qué pasa a nivel ambiental, a nivel social a nivel ético a nivel político? ¿Qué es lo que pasa cuando tiene cáncer una persona que es el CEO de una gran empresa en comparación con el mismo caso en una persona que vive en un barrio marginado? No es lo mismo tener cáncer en Estados Unidos que tener cáncer en un país pobre de África, esas son algunas de las cosas que nosotros trabajamos en nuestro grupo”
Extractivismo del conocimiento
“Con un colega canadiense, justo antes de que arranque la pandemia, analizamos 20 años de producción científica a nivel global particularmente las 30 revistas de mayor impacto a nivel mundial. (…) en lo que tiene que ver con la investigación en salud y biomedicina y analizando quiénes son los autores y las autoras de estos papers y sus principales filiaciones a nivel mundial, Harvard, Oxford, el MIT, pero también lo que aparecía mucho eran efectivamente personas que firmaban como parte de de farmacéuticas, Astrazéneca, Pfizer, Roche, distintas empresas en la misma publicación”
“Hace varios años la farmacéuticas financian fuertemente la investigación, incluso la investigación pública, pero lo que nosotros vemos es una profundización en este vector. Las corporaciones farmacéuticas no solamente financian sino que ya directamente copublican con las principales instituciones públicas científicas. Lo que empezamos a ver es que cada vez con mayor fuerza las corporaciones farmacéuticas aparecen en nodos centrales influyendo en la agenda de investigación”
“Otra investigación que hicimos fue fijarnos en todas las publicaciones de biomedicina y salud en nuestro país en esos mismos 20 años, diciendo bueno capaz que nosotros tenemos una agenda autónoma, independiente, con nuestras propias prioridades. Pero efectivamente lo que encontramos es que aparece mucho de esto que se denomina dependencia académica, colonialidad de saber, lo que nosotros llamamos extractivismo de conocimiento. Efectivamente la agenda de investigación del CONICET parece ser una suerte de combinación lineal, una mezcla entre elementos de dependencia académica en donde copiamos acríticamente la agenda global que venía justamente del primer trabajo”
Entrevista: Juan Alaimes