Redacción Canal Abierto | Hoy se presenta Capto impresiones. Atlas fotográfico – Virus 1980/1987, un libro en el que la fotógrafa Silvia Bordoni refleja el trabajo de toda su etapa al lado de la mítica banda platense encabezada por Federico Moura.
Se trata de una selección de 157 imágenes, muchas inéditas, en las que Bordoni recorre los primeros años del grupo de amigos que luego formarían Virus, del que ella misma formaba parte, hasta los últimos shows y la época final del ya icónico cantante del conjunto.
Bordoni es también oriunda de la ciudad de las diagonales. Estudió en Bellas Artes entre 1973 y 1975 y en plena dictadura conoció a Mario Serra, baterista y fundador de Virus, y luego líder de Aguirre, cuando ella apenas tenía 19 años. Desde aquellos días comparten la vida, el trabajo y la familia. Desde 1992 trabaja como reportera grafica de distintos medios de Editorial Perfil y Grupo La Nación.
“En los principios no fue fácil para la banda, había rechazo, hasta que empezaron a conectar con las generaciones que vinieron post dictadura”, cuenta en esta charla en la que vuelve a las épocas del terror, a los primeros acordes, los shows emblemáticos y las ideas que culminaron en la producción que se estrena esta tarde.
Vos ya los conocías de antes a ellos…
-Mi mejor amiga salía con un hermano de Mario, ahí empezó el vínculo, veníamos de La Plata escondiéndonos y terminamos en una casa en Gonnet. Uno de esos días me encontré con Federico en la panadería, Virus no existía todavía, le dije que estaba con Mario, ellos ya se conocían, lo invitamos a comer a casa y ahí empezaron a generar música. Primero fue Violetas, una formación que armaron, después Federico se fue a Río, había un proyecto de ir a España con Mario pero él se quedó pegado en Río, después los hermanos viajaron, Mario seguía haciendo música con Julio y Marcelo, con (Enrique) Kike Mugetti, le muestran estas cosas que habían grabado, Federico se entusiasmó, volvió y ahí surgió Virus.
¿Cómo vivieron esa época?
-Yo conocí a Mario en tiempos oscuros, allí comenzó el vínculo con Federico y los hermanos Moura. En un viaje que ellos iban a comprar equipos a Nueva York compré mi primera cámara Pentax.
Yo cursaba en Bellas Artes y empezó a desaparecer gente, llegabas y te enterabas que se habían llevado a alguno, pibes que venían de estudiar de todos lados. Jorge Moura fue uno de ellos. De La Plata desapareció mucha gente. Había en nuestra generación una cabeza de transformación, veníamos haciendo un cambio, de tener una noción de la política que antes los chicos no la tenían.
¿Cómo fueron esos primeros momentos de la banda?
-En los principios no fue fácil para la banda, había rechazo, hasta que empezaron a conectar con las generaciones que vinieron post dictadura, porque ellos en las letras tenían un mensaje bastante irónico de todo lo que estábamos viviendo y de cómo estábamos en ese momento, esa cosa tensa que nos quedó a todos y la necesidad de cambios, y yo creo que la gente fue captando eso entre otras cosas, porque también hablaban del cuerpo, de sexo, de todo lo que no estábamos pudiendo hablar en esa época.
Una de las primeras presentaciones fue en Del Siglo, una cueva en San Telmo, hicieron una performance con Lorenzo Quintero que hizo una puesta en escena tremenda con las chicas de Las Bay Biscuits, y en la mitad de la actuación cayó la cana.
También está el histórico Prima Rock del 81, cuando les tiraron naranjas…
-En Prima Rock yo estaba allí, y después pasó en un Obras compartido con otros artistas, ellos estuvieron muy valientes, pusieron el pecho, les dieron la espalda a los naranjazos y me sorprendieron.
¿Cuál fue el click?
-Yo creo que fue Relax (1984), y después Locura (1985), donde salieron a hacer giras por Chile y ahí explotaron. Con Agujero interior (1983) cambiaron el estilo, hubo un productor (Michel Peyronel) y a ellos les gustó ese cambio, fue necesario y rockearon, en el libro hay un capítulo de la presentación de Agujero y es impresionante porque se ve como rockean de verdad.
¿Extrañas los 80?
-No. Pero sí reconozco que nos marcaron otros rumbos, todo lo que sucedía era una necesidad creativa, aun para el que no era artista, el lookearse, los recitales, las performances, los artistas plásticos, me parece que ahora pasa algo así en la post pandemia, hay una necesidad de una cantidad de gente de mostrar arte y música, y eso está buenísimo.
¿Cómo surgió la idea de hacer un libro?
-Hay un amigo que es argentino pero vive hace muchos años en Suiza, fan de Virus y de Aguirre, él tenía un proyecto de hacer algo, venía haciendo entrevistas y yo empecé a darle material, así empecé a desempolvar lo que tenia y en uno de sus viajes me dijo que por el momento no lo iba a hacer pero que el material estaba bueno, que generara algo yo, y así surgió. La pandemia nos dio el tiempo y junto a mi hija, María Serra, que es diseñadora gráfica e hizo un tremendo laburo, armamos este relato.
Son fotos de cuando yo estaba estudiando fotografía, tenía mucho cuidado de los negativos que revelaba y copiaba, y los guardaba en los portanegativos de papel de seda, así quedaron guardados y sobrevivieron a mudanzas, inundaciones, incendios. Tienen un valor agregado.
Después se hizo un trabajo muy importante con un fotocromista, Ricardo Farías. Había diapositivas, negativos en blanco y negro y color y él se tomó ese laburo de lavarlos, limpiarlos y luego digitalizarlos para ir a imprenta.
Está dividido en capítulos por etapas…
-Yo lo acompañé a Mario a Río cuando estaba grabando Superficies de placer (1987), el último disco de Federico, donde ya se sentía la ausencia, él estaba muy mal, muy enfermo, entonces hay imágenes de esa vivencia. Ahí empieza a contarse la historia, y también comienza en Río, porque Federico se había quedado allá y le escribe una carta a Mario contándole lo que era Río para él en ese momento. Y todo eso lo volcó en su carrera. Luego viene el capitulo Agujero, que es el rocanrol de la banda. Luego el capítulo Camarines, que son secuencias del Teatro Astros y del Opera de Locura. Luego viene Federico solo, unas imágenes de él; él generaba una estética y una imagen muy importante. Y después viene Relax, donde lo acompañan Celsa Mel Gowland e Isabel de Sebastián, y la imagen de ellas fue muy importante plasmarla porque era la presencia de la mujer en los 80. Y finalmente Opera, del show de Locura, y el último es Obras.
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Esta primera edición limitada de 300 ejemplares de cuenta con un prólogo a cargo de Alejandro Bordaisco, periodista y coleccionista de Virus, y con otro de Pablo Tapia, cantante de Aguirre.
Ambos hablarán además en la presentación de hoy, miércoles 29 de marzo, que se realizará desde las 18 en el Museo del Libro y de la Lengua (Avenida Las Heras 2555, CABA), anexo a la Biblioteca Nacional, en la que además se anunció una sorpresa.
El libro se podrá conseguir en la actividad de esta tarde y también en el punto de venta que habrá en el show de Virus en el Luna Park el próximo 31 de marzo. Dos ejemplares quedarán para consulta en la Biblioteca Nacional.
También está disponible en la preventa exclusiva de la productora Zorn Records: @zornrecords
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Entrevista realizada por Silvio Soler en AM 530 Somos Radio para el programa TDK y para Canal Abierto.