Redacción Canal Abierto | “Este proceso ha significado, para quienes hemos tenido el doloroso privilegio de conocerlo íntimamente, una suerte de descenso a zonas tenebrosas del alma humana, donde la miseria, la abyección y el horror registran profundidades difíciles de imaginar antes y de comprender después”. Ese privilegio del que hablaba el fiscal Strassera en su trascendental alegato ante los jueces del Juicio a las Juntas es, efectivamente, algo de lo que solo un puñado de personas en el mundo puede ufanarse. Ni siquiera los nueve comandantes acusados participaron de las 90 audiencias del proceso desarrollado en 1985. Sin embargo, el reconocido cineasta Ulises de la Orden se convirtió en uno de esos pocos que vieron el juicio completo, a través de las 530 horas de registro audiovisual que fueron conservadas y resguardadas durante 35 años. De esa búsqueda –que se desarrolló no sin obstáculos- y de ese material surgió El Juicio, un impactante documental de una importancia ineludible, basado exclusivamente en las filmaciones originales del proceso judicial que cambió para siempre la historia argentina y que podrá verse desde abril en el cine del MALBA.
El juicio a Jorge Rafael Videla, Orlando Ramón Agosti, Emilio Eduardo Massera, Roberto Viola, Omar Graffigna, Armando Lambruschini, Leopoldo Fortunato Galtieri, Basilio Lami Dozo y Jorge Anaya, acusados por delitos contra la humanidad, fue enteramente filmado a dos cámaras en cintas U-matic. La totalidad de las audiencias fueron registradas por la televisión pública. Los medios cubrían el juicio y el canal público Argentina Televisora Color (ATC) transmitía tres minutos diarios de imágenes sin audio. Sólo la lectura de la sentencia fue transmitida de manera completa con imagen y sonido. Ahora, esta película recupera, en una síntesis neurálgica, ese material fundamental prácticamente inédito. Solo 11 horas estaban disponibles y son las que circularon durante todo este tiempo.
En una conferencia de prensa brindada esta semana, el director, el montajista Alberto Ponce y la directora de Producción Gisela Peláez describieron el fenomenal trabajo de archivo y compaginación que resultó en un resumen de alto voltaje de poco más de tres horas dividido en 18 bloques temáticos que abordan, por ejemplo, la desaparición de los cuerpos, el trabajo esclavo en la ESMA, la violencia sexual contra las mujeres en los centros clandestinos –algo que no fue abordado como delito especial en el juicio pero que los realizadores condensaron en un capitulo de enorme peso para los debates actuales-, el robo de bienes, el robo de bebes, etc.
Contaron que realizaron 33 versiones de guión, en el marco de nueve meses de visualización y catalogación y dos años de edición.
“La película empieza a gestarse hace unos 10 años, en 2013, -comenzó narrando Ulises de la Orden- y lo primero que aparece es que había 530 horas de material audiovisual, prácticamente inédito, que había una copia que habían llevado los jueces a Noruega en 1987, e inmediatamente también llegué a saber que había una copia digital de ese material hecha en 2010, y ahí empecé a buscar”.
Tal vez, lo más intrigante del camino que llevó a la concreción del film sea la búsqueda de las grabaciones. En el 88, a partir de los alzamientos carapintadas, los jueces copiaron todo el material a VHS hogareños y lo llevaron al Parlamento de Noruega. De hecho, algunas escenas de la película fueron halladas en esa copia y no estaban en el original que se encuentra en Argentina.
La puerta se terminó destrabando gracias a Memoria Abierta, una sociedad de organismos de derechos humanos que gestiona el archivo del juicio y que realizaron la digitalización en 2010. Pero el comienzo, en pleno gobierno de Cambiemos, no fue sencillo.
“Lo primero que supe era que lo había filmado ATC, entonces fui a la TV Pública en 2016, y en ese momento el director era un colega, (NdA: Horacio Levin), que se negó rotundamente a colaborar con el argumento de no saber cuáles eran mis intenciones. Entonces fui al Archivo General de la Nación, que tiene el material en custodia, y en esa época el director era Emilio Perina, hijo de un historiador de la derecha peronista (NdA: el ex asesor de Martínez de Hoz y Carlos Menem, Moisés Konstantinovsky). Terminó diciéndome lo mismo, que no podía facilitármelo. Y me mandó a buscarlo a la Universidad de Salamanca, que son los que habían financiado la digitalización de 2010”, contó el documentalista.
“Después, un amigo abogado de derechos humanos me presentó a Memoria Abierta y nos entendimos inmediatamente. Ahí nomás conseguimos la declaración de interés del INCAA y nos pusimos a trabajar”.
Los nueve represores imputados solo estuvieron todos juntos el primer día durante la lectura de acusación. Luego, en las audiencias testimoniales no estaban obligados a estar. Y no estuvieron. Regresaron para el alegato de la fiscalía, que duró seis días. Y finalmente cada uno estuvo presente durante el alegato de su defensa. En total, los acusados participaron de nueve jornadas cada uno.
“Una de las primeras tareas era ver si había una película posible, yo sabía que las cámaras estaba atrás, pero había que verlo todo, y pensé que el hecho de no poder verle la cara a los testigos era una cualidad negativa del material, pero hoy tengo una sensación distinta. Hay un juego que llama a la imaginación del espectador, y todo a flor de piel”, dice de la Orden.
Sobre la organización de los bloques, el director explicó que “una de las ideas era que no fuera un catálogo de casos, fácilmente tiraba para ese lado porque cada caso amerita una película en sí mismo. Lo que más nos organizó en la estructuración de los temas fue la acusación de la fiscalía”.
Sobre el caso de Videla -que desconoció el juicio, no declaró en todo el proceso y tuvo como defensor al abogado de oficio Carlos Tavares-, recordó: “Nosotros llegamos a odiarlo a Tavares, era un desagradable muy importante, pero después, hace poco, Moreno Ocampo me contó que los ayudó un montón, que era muy importante lo que él decía” en el juicio para robustecer la acusación.
“Empiezo a trabajar pensando que el juicio a las juntas militares estaba completamente fuera de agenda y para mi es un hecho fundamental de nuestra historia”, le dijo el realizador a Canal Abierto.
“Los jueces, previendo que si se daba un golpe en medio de las asonadas carapintadas ese material iba a ser destruido, llevan una copia a Noruega”, cuenta Ulises de la Orden sobre las grabaciones que sintetizó en su impactante documental sobre el juicio a las juntas militares. pic.twitter.com/ufaZ7RxeZE
— Canal Abierto (@canalabiertoar) March 30, 2023
Por su parte, Alberto Ponce, encargado del montaje, detalló el meticuloso trabajo de archivo realizado: “Anotamos qué día del juicio era cada escena, que clip, time code, quién declaraba, respecto de qué caso, con palabras clave, a qué organismo o institución representaba, frases importantes, y los vestuarios, porque nos dimos cuenta que en algún momento la continuidad iba a jugar y íbamos a tener que usar planos de distintos lados, entonces apuntamos cómo iba vestido cada uno cada día. Dos años después, cuando necesitamos un plano de Arlslanian con corbata verde, en la superplanilla lo teníamos. En el cuarto armado ya estábamos en cuatro horas, y después de eso seguimos hasta el armado 21 y quitamos apenas 50 minutos más”.
Gisela Peláez, la directora de producción, sintetizó: “Por un lado fue un privilegio enorme poder ver ese material, hay pocas personas en el mundo que pudimos presenciar el juicio completo, pero también es algo muy duro de atravesar, es encontrarse con cosas que son incomprensibles”.
El profundo trabajo de análisis realizado sobre ambos archivos también puso en evidencia la necesidad de una nueva digitalización, tanto del archivo U-matic como del VHS en Noruega. Polo sur Cine, la productora de Ulises de la Orden, en conjunto con Memoria Abierta desarrollaron un proyecto, actualmente en marcha, que coordina esfuerzos entre la Cámara Federal en Argentina, el Parlamento y la Biblioteca Nacional Noruega, con el apoyo económico de la Ford Foundation, para la digitalización y unificación de una copia máster del archivo del Juicio a las Juntas en 4K, con los estándares actuales de procesamiento, y que estará disponible al público a través de Memoria Abierta.
[mks_toggle title=»El Juicio» state=»open»]
El Juicio ya fue presentada en la 73° edición del Festival de Berlín, en febrero; en el MoMA’s International Festival of Nonfiction Film and Media (Nueva York); en el Human International Documentary Film Festival (Noruega); y en el Cinéma du réel (Francia). En Argentina ya se pudo ver en el Foro Mundial de Derechos Humanos que se realizó en la ESMA, y en el Centro Cultural Haroldo Conti, también en el ex centro clandestino de la Armada, en el marco de la Semana de la Memoria.
A partir del viernes 7 de abril, se podrá ver todos los viernes del mes a las 20 en el MALBA Cine, Avenida Figueroa Alcorta 3415, CABA.
El documental es una coproducción entre Argentina, Italia, Francia y Noruega. Memoria Abierta preservó, copió y garantiza el acceso a las grabaciones originales de las audiencias de este juicio histórico, a pedido de la misma Cámara Federal que lo llevó adelante. Además, Memoria Abierta es productora asociada del film.
[/mks_toggle]