Redacción Canal Abierto | La ex presidente brasileña Dilma Rousseff asumió el jueves pasado en China la dirección del Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS (NBD BRICS). Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica fueron bautizadas así en los 2000 cuando eran consideradas las cinco economías nacionales emergentes más pujantes.
La economista y referente del PT, destituida del Planalto tras el impeachment de 2016, anunció en el acto de toma de posesión del cargo –Brasil tiene la presidencia rotativa del organismo hasta julio de 2025– una serie de objetivos trazados en conjunto con el actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que pueden resumirse en la frase: “Liberar a los países emergentes de la sumisión a las instituciones financieras tradicionales”.
“Me pregunto todas las noches: ¿por qué todos los países están obligados a comerciar en dólares?”, dijo durante su intervención Lula, presente en Shanghái, en la que fue su primera aparición pública en la gira que realizó por China. “¿Por qué no podemos comerciar en nuestra propia moneda? ¿Por qué no apostamos por la innovación? Un presidente no puede gobernar con un cuchillo al cuello”, sostuvo, en referencia a las condiciones de las instituciones financieras multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). “No se puede estar asfixiando a los países como lo está haciendo ahora el FMI con la Argentina y como hacían con Brasil y otros países”, concluyó.
El tres veces presidente brasileño que anunció recientemente un acuerdo con Beijing para comerciar con sus propias monedas –dejando de lado al dólar–, realizó una visita oficial a China entre el 12 y el 14 de abril, para impulsar los lazos económicos con el coloso oriental, su principal socio comercial y reafirmar de esta forma que su país se reinstala en la escena internacional, tras la intrascendencia del gobierno Bolsonaro y su alineamiento automático con los Estados Unidos.
La delegación oficial de la visita incluyó a diecinueve diputados federales, siete senadores –incluido el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco–, cinco gobernadores y siete ministros, entre ellos Fernando Haddad, de Hacienda, Marina Silva, de Medio Ambiente, y Paulo Teixeira, de Desarrollo Agrario y Agricultura Familiar.
El NBD: un banco del sur global
El NBD fue creado en 2014, en la sexta conferencia de los BRICS en Fortaleza (Brasil). Tiene un capital inicial autorizado de USD 100 mil millones. En octubre pasado, sus autoridades definieron prestar USD 30 mil millones para favorecer el crecimiento de los países que financia y sus proyectos de desarrollo sostenible, en un período de cinco años.
El 40% de estos préstamos de la entidad debe destinarse a proyectos de mitigación y adaptación al cambio climático. Otras áreas de financiamiento son la energía limpia, la infraestructura de transporte, el desarrollo urbano, la gestión de los recursos hídricos y el saneamiento y la infraestructura social y digital. Cerca del 30% de los préstamos se realizarán en las monedas de los países miembros del bloque.
“El Nuevo Banco de Desarrollo reúne todas las condiciones para convertirse en el gran banco del Sur Global. Por primera vez se establece un banco de desarrollo de alcance global sin la participación de países desarrollados en su fase inicial. Libre, por lo tanto, de las cadenas de las condicionalidades impuestas por las instituciones tradicionales a las economías emergentes. Y más: con la posibilidad de financiar proyectos en moneda local”, sostuvo Lula en un discurso leído de cerca de 15 minutos, que se extendió otros 15 minutos sin guión.