Redacción Canal Abierto | El frustrado proyecto de traslado de la sede administrativa nacional está narrado en Viedma, la capital que no fue, documental en el que el realizador Jorge Leandro Colás revisita aquellos primeros años de la recuperación institucional con testimonios de los protagonistas y vecinos de la capital rionegrina.
En poco más de una hora, la película recoge las voces de arquitectos vinculados al proyecto, funcionarios como la ex gobernadora bonaerense Elba Roulet y el ex gobernador de Río Negro Horacio Masachessi, periodistas que cubrieron el hecho desde la localidad patagónica y vecinos que vivieron en el momento. También recurre a fuentes documentales como diarios, grabaciones de televisión y documentos del proyecto.
Pero uno de los puntos fuertes es el trabajo de campo que hace en la actualidad que se refleja en imágenes de las huellas que dejó aquella iniciativa inconclusa y el impacto que tuvo en quienes habían elegido esas localidades para llevar una vida apacible que se vería amenazada tras el anuncio de Alfonsín.
En diálogo con Canal Abierto, Colás contó: “cuando en Buenos Aires cuento que soy de Viedma, mucha gente me habla de la capital de Alfonsín, la capital que no fue. Entonces, sentía que había que hacer ese documental. Ahí empezamos a contactar a todas esas personas que fueron un poco testigos y protagonistas de aquellos años que podrían haber cambiado un poco la morfología argentina con algunas cuestiones como el federalismo y la descentralización”.
“Una de las cuestiones que nos sorprendió al hacer toda la investigación en Viedma fue todo lo que había avanzado en el proyecto. Mucha gente piensa que fue el discurso de Alfonsín en los jardines del Ministerio de Economía ante mucha gente y nada más. Pero aparte de hacer ese anuncio, todo el proyecto avanzó: hubo obras arquitectónicas, hubo gente gente que empezó a llegar a Viedma, hubo una ley salcionada por consenso en diputados y en senadores para el traslado de la capital”, agregó.
“La película se centra en tres ejes -describe el director-: uno tiene que ver con lo político, ya que se entrevistó a los gobernadores, los intendentes de entonces, diputados. Después está la parte arquitectónica, con los testimonios de los arquitectos de Viedma y de Buenos Aires. Y por último está la parte más social. Ahí hablan los vecinos, los que estaban de antes, los que vinieron buscando trabajo y una mejor vida en esta nueva capital, y también los que estaban en contra porque no querían resignar la calidad de vida que hoy por hoy hay en Viedma, con esta ciudad que mira al río, con las escapadas al mar y con todo eso. La película busca mostrar esas tres miradas”.
Una de las marcas que quedaron palpables hasta el presente es el Barrio 1016. El nombre lo toma de la cantidad de viviendas que se construyeron para que vivieran los obreros y arquitectos que trabajarían en el proyecto. En el documental pueden verse las consecuencias que aún viven sus habitantes merced a que quedaron como viviendas definitivas cuando el plan original es que fueran transitorias.
“Estaba hecho con materiales provisorios y se iba a demoler una vez construida la capital. Pero, obviamente, el proyecto no llegó, la capital no llegó y ese barrio está hoy por hoy con mucha gente, con muchos problemas de infrastructura por su estilo de construcción y es un como una triste en metáfora de aquel proyecto que no fue”, narró Colás.
La epopeya del pasado convive en el documental con una nostalgia de aquellos años y hasta cierta tranquilidad de los viedmenses porque el proyecto no prosperara. “Hay mucha gente que después de ver la película me dice `menos mal que la capital lo llegó´, porque no tendría este río, no tendría esta paz, esto estaría lleno de gente y de ruido. Entonces, también hay gente que vuelve, que lo mira con un poco de nostalgia, pero también con un poco de disfrute, de la pequeña ciudad que es Viedma hoy”, contó el cineasta.
“La película tiene un enrarecimiento y a la vez esa nostalgia que genera la década del 80 hoy. Son esos primeros años de los que justamente se cumplen 40. Entonces aparece la nostalgia por esos primeros proyectos después de los oscuros años de la dictadura”.
“El proyecto era muy grande y ambicioso y puede sonar raro desde el presente. Pero a la vez, cada tanto vuelve a aparecer esa idea. Los dos últimos presidentes hablaron de la cuestión de la descentralización y de pensar en otros espacios geopolíticos para Argentina. Entonces nos parece que también sirve revisitar lo que fue aquel proyecto de Alfonsín y pensarlo desde el presente y reflexionar, a la vez, sobre el espacio geopolítico que tenemos en Argentina”, concluyó Colás.
«Viedma, la capital que no fue» se proyecta los viernes 16 y 30 a las 19, el jueves 22 a las 20:30 y los domingos 25 y 2 de julio a las 17 en el Centro Cultural General San Martín (Sarmiento y Paraná, CABA).