Redacción Canal Abierto | La derecha tradicional española, el Partido Popular (PP) se impuso en las elecciones generales de este domingo, cosechando 136 de las 350 bancas totales del Congreso de los Diputados, pero no le alcanzó para hacerse de la mayoría absoluta necesaria para llegar al Palacio de la Moncloa. Ni siquiera un pacto con la ultraderecha de VOX -obtuvo 33 escaños, 19 menos que en 2019- le bastaría para para alcanzar los 176 parlamentarios necesarios para formar gobierno.
El resultado de las urnas fue motivo de celebración en las filas antifascistas, que recuperaron terreno luego de la paliza histórica recibida en los comicios municipales y regionales de mayo. Pero lo cierto es que la coalición de izquierda y centro izquierda que gobierna desde 2019 tampoco tiene asegurada su continuidad en el poder, ni mucho menos.
El bloque progresista, integrado por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Sumar -espacio heredero de Unidas Podemos- se quedó con 153 bancas este domingo. A la hora de pactar una nueva coalición, a estos se podrían sumar algunos aliados naturales, como Esquerra Republicana de Cataluña (7), los vascos de EH Bildu (6) y el Bloque Nacionalista Galego (1); y otros como el Partido Nacionalista Vasco (5), cuyo posible acercamiento tendría más que ver con el espanto a un avance neofascista.
Así, con una derecha lejos del guarismo y un progresismo sumando 172 diputados, se abre un escenario complejo con tres alternativas posibles: el bloqueo y nuevo llamado a elecciones para enero de 2024; un improbable acuerdo de gobernabilidad entre PP y PSOE; y por último, la incorporación a alguno de los dos grandes bloques del centroderechista Junts per Cataluña, liderado por el expresidente catalán Carles Puigdemont, exiliado en Bruselas después de organizar un referéndum de autodeterminación en Cataluña en 2017.
Hasta el momento, los dos grandes partidos reniegan de esta última posibilidad por el rechazo de sus bases a la demanda histórica de independentismo que Junts no pareciera resignar. Incluso si llegara a mostrarse flexible a la hora de negociar sus pretensiones, parece difícil ver a un Puigdemont acordando con los ultranacionalistas de VOX ni con el PP, durante cuyo gobierno sus líderes sufrieron la persecusión, represión y carcel.
Por lo pronto, los socios minoritarios en el oficialismo, Sumar ya anticipó que en las prócimas horas iniciaran las negociaciones con la dirección de Junts. Estos ya afirmaron que el precio que podría para facilitar la investidura del actual presidente y líder del PSOE pasaría por la “amnistía y la autodeterminación”. Lo segundo parece casi imposible, pero habrá que ver qué sucede con lo primero: en junio de 2021, el propio Pedro Sánchez había indultado a los líderes catalanes encarcelados en 2017 por los delitos de desobediencia y sedición.
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