Redacción Canal Abierto | Haití lleva décadas sumida en una crisis económica, política y social que recrudeció con el asesinato de Jovenel Moïse, presidente desde 2017 del Partido Haitiano Tèt Kale (PHTK), a manos de un comando de mercenarios colombianos el 7 de julio de 2021.
El magnicidio abrió un vacío de poder aprovechado por su sucesor de facto, Ariel Henry, cuya debil legitimidad de origen se vio aún erosionada por distintas medidas económicas que generaron un fuerte descontento social.
Haciendo oídos sordos a numerosos reclamos de creación de un gobierno de transición que convoque a elecciones, Henry se aferra al poder y apela a una ayuda internacional que hasta el día de hoy sólo se tradujo en el envío de vehículos blindados por parte de Estados Unidos y Canadá.
En las últimas horas, Estados Unidos ha emitido una alerta. El 27 de julio, el Departamento de Estado ordenó la salida de los familiares de los empleados del Gobierno de EE.UU. y de los funcionarios que no sean de emergencia.
🇺🇸🇭🇹 | URGENTE: Estados Unidos ordena al personal del gobierno que no sea de emergencia y a los familiares que abandonen Haití lo antes posible, citando "secuestros, delitos, disturbios civiles y una infraestructura de atención médica deficiente".
— Alerta News 24 (@AlertaNews24) July 28, 2023
“La administración de Joe Biden apoya a quienes están en el poder, todos presuntos asesinos del presidente Jovenel Moïse”, denunció en diálogo con Canal Abierto uno de los aspirantes a la presidencia de Haití, Jean Clebert Eloius.
Integrante de la organización Mundo Haití y referente del colectivo 18 de noviembre de 1803 (en referencia a la fecha de la última batalla en que las tropas haitianas expulsaron los ejércitos napoleónicos), el militante social haitiano denuncia la “ilegitimidad e ilegalidad” del gobierno de Henry: “desconoce la voluntad y voz del pueblo”.
A principios de noviembre de 2022, el propio Eloius recibió tres balas al ser interceptado por bandas armadas mientras se dirigía al Aeropuerto internacional Toussaint Louverture. Dos de sus acompañantes murieron en ese ataque.
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“Hoy todo el mundo habla de pandilleros que controlan las calles de Puerto Príncipe, pero en Haití no tenemos fábricas de armas ni municiones; todas esas armas vienen de Estados Unidos”, apunta Jean Clebert Eloius.
Desde mediados de los 70, diversos estudios han señalado el gran potencial minero que existe en el subsuelo haitiano: petróleo, gas, oro, e iridio, mineral muy escaso utilizado en tecnología espacial.
Ante la consulta sobre cuál podría ser una alternativa a la crisis, asegura: “el pueblo haitiano siempre ha estado en condiciones de pensar y crear sus propias vías como nación, pero desde su nacimiento es objetivo de embargos para que no se desarrolle”.
“Basta de injerencias en los asuntos de Haití”, reclama.
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