Redacción Canal Abierto | Luego de unas PASO que dejaron en shock a gran parte de la sociedad y de la clase política argentina, el escenario económico de lunes comenzó con una devaluación oficial y una reacción nada positiva a los resultados electorales de lo que el imaginario financiero llama “los mercados”.
Miguel Pesce, al frente del Banco Central, subió el dólar oficial al 22%, y lo escaló a $365,50. Al mismo tiempo subió la tasa de referencia de la economía —de un 21%, que la llevó al 118% nominal anual—, y que apunta a que la tasa de interés sea lo suficientemente seductora para que los pesos de los plazos fijos no salgan disparados al dólar.
Es así que el Banco Central, que intenta hacer equilibrio con su política monetaria para no alimentar la inflación, había subido la tasa por última vez en mayo, cuando la llevó al 97%. La devaluación del tipo de cambio oficial seguramente impactará sobre el rubro más sensible de la economía, que es alimentos y bebidas.
El dólar ilegal (o blue), en tanto, pegó su propio salto y este lunes se negoció a $685 para la venta, $80 más que el viernes.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció que se reunirá el 23 de agosto para analizar un desembolso para la Argentina de 7.500 millones de dólares, que estaba atado a que el Gobierno devaluase después de las PASO. En un escenario de reservas escasas, la extorsión rindió sus frutos.
El mercado financiero
En el plano internacional, los bonos argentinos se desplomaron. La jornada comenzó con una caída de los títulos de la deuda en dólares del 10%, el mayor derrumbe desde la crisis de junio de 2022, con la salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía.
Mientras que las acciones de las empresas argentinas que operan en el exterior se desplomaron 15% en Wall Street, aunque luego se moderaron y operaron al alza.
Distintos analistas plantearon que este lunes negro obedece a que el mercado financiero internacional apostaba a una buena elección de Juntos por el Cambio —el espacio donde tienen sus principales operadores—, que estuvo muy por debajo de lo esperado. Y a una derrota clara del oficialismo que, pese a haber hecho una mala elección, sigue vivo y con chances para octubre.
Por otro lado, el triunfo de Javier Milei, de naturaleza inestable e imprevisible, no fue bien vista por quienes manejan los hilos de las finanzas. En otras palabras, su nombre es asociado a la incertidumbre, lo que se traduce en mayor volatilidad. Y su propuesta de dolarización contribuye a ello.
Ilustración: Marcelo Spotti