Redacción Canal Abierto | En las jornadas de esta semana del juicio oral y público por el asesinato del joven mapuche Rafael Nahuel, ocurrido el 25 de noviembre de 2017 en la zona de Villa Mascardi, cerca de Bariloche, el aporte de varios testigos compromete y denuncia el accionar de los integrantes del grupo Albatros de la Prefectura Naval imputados, los suboficiales Sergio Guillermo Cavia, Juan Obregón, Sergio García, Carlos Sosa y Francisco Javier Pintos.
Tras nueve horas de audiencia este martes 5, quedó claro que:
- Nahuel murió víctima de un homicidio por un disparo letal que provino de un arma de la Prefectura Naval Argentina que ingresó por detrás y le produjo un shock hipovolémico.
- Que la tesis del enfrentamiento que sostienen los prefectos y sus defensas se cae a pedazos.
- Las pruebas apuntan a una persecución y que el disparo criminal por la espalda, “en huida”, se produjo cuando los prefectos iban tras el grupo mapuche.
- Se recogieron 31 vainas 9 mm servidas a lo largo de 100 metros en terreno.
La autopsia
El médico forense Leonardo Saccomanno a cargo de la autopsia del joven, realizada en una morgue provisoria montada en un garage del Hospital Zonal de Bariloche, sostuvo que “es un disparo que ingresa de abajo hacia arriba y de izquierda a derecha” y reiteró que la bala entró por la espalda.
“El orificio de ingreso del proyectil fue a nivel de la cadera izquierda por detrás de la línea axilar”, expresó el forense. El disparo atravesó el hueso ilíaco, intestinos, hígado y pulmón. El médico sostuvo que el joven murió por un shock hipovolémico provocado por la pérdida de por lo menos cuatro litros de sangre en cuestión de minutos lo que hace que el corazón sea incapaz de bombear suficiente líquido vital al cuerpo y colapse.
La primera pericia balística
El perito balístico Roberto Nigris explicó que las vainas servidas de proyectiles 9 milímetros que se encontraron durante la inspección ocular estaban regadas a lo largo de un trayecto de cien metros, lo que demuestra que existió una persecución por parte de los Albatros contra los miembros de la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu.
La declaración del experto contradice la versión de los uniformados, quienes sostienen haber sido emboscados y atacados en un lugar puntual y que desde allí iniciaron una carrera descendente de la montaña hacia la ruta 40.
Otro dato aportado por el experto, que desarma la teoría del enfrentamiento, es que en la inspección no se hallaron vainas correspondientes a disparos de otras armas que las utilizadas por los prefectos.
Nigris participó de la primera pericia balística que se realizó en el caso que dio como resultado que el disparo mortal provino de un subfusil MP5, denominada en el proceso judicial “arma B”. El experto armero peritó las armas de los 20 prefectos, el proyectil extraído del cuerpo de la víctima y las 31 vainas servidas encontradas en el lugar de los hechos, dos semanas después del crimen.
“No hubo discusión de que el arma B era de la que había salido el proyectil”, sostuvo la testigo Karina Uribe, que también declaró ayer y participó en enero de 2018 de la misma pericia balística. Sostuvo, además, que los cinco profesionales participantes en el estudio coincidieron en el resultado.
El arma B es un subfusil MP5 con número de serie 05-C335508 que pertenecía al equipo del cabo 1° Francisco Javier Pintos. De los cargadores de este prefecto se comprobó un faltante de 50 cartuchos 9 mm del subfusil MP5 y 22 proyectiles 9 mm de su pistola Beretta.
Otro dato aportado por Nigris es que, si bien en terreno se relevaron 31 vainas servidas, del registro de las cartucheras secuestradas a los Albatros se desprende que el número de proyectiles faltantes asciende a 150.
Nuevas pericias balísticas e irregularidades
Luego de este peritaje se ordenaron dos más: uno a Gendarmería Nacional en Buenos Aires y otro al Ministerio Público Fiscal de Salta. En ambas ocasiones, el perito Roberto Nigris no fue notificado ni participó en las nuevas pruebas que dieron resultados distintos.
Estas tres pericias sobre la bala extraída del cuerpo de Nahuel y las vainas servidas dieron distintos resultados y empantanaron la causa.
La maniobra de la Prefectura que responde al ministerio de Seguridad que entonces conducía Patricia Bullrich, consistió en no enviar peritos de parte a la primera pericia lo que luego le permitió objetarla y solicitar un nuevo peritaje. El juez Villanueva encargó este estudio a la Gendarmería, otra fuerza que respondía a la actual candidata a presidenta.
“No hay tiradores por fuera de las fuerzas”
Las querellas de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, de la APDH y la familia Nahuel sostienen que sólo dispararon los uniformados.
La perito de parte Silvia Bufalini, quien participó en representación de la familia de Nahuel de la inspección ocular realizada el 12 de diciembre de 2017 en el territorio e integró el equipo que realizó la primera pericia balística, sostuvo que “no hay tiradores por fuera de las fuerzas armadas”.
“La dispersión de las vainas 9 milímetros da la sensación que se dispararon en desplazamiento, no en un solo lugar”, agregó, volviendo a desarmar la hipótesis del enfrentamiento y sosteniendo la existencia de una persecución por parte de los uniformados.
Foto y material periodístico de Agencia Télam