Redacción Canal Abierto | “El martes iré a Michigan para unirme al piquete y solidarizarme con los hombres y mujeres de UAW (United Automobile Workers) que luchan por una parte justa del valor que ayudaron a crear. Es hora de lograr un acuerdo en el que todos ganen y que mantenga próspera la fabricación de automóviles estadounidense con empleos bien remunerados”, publicó el viernes pasado en su cuenta de la red social X (ex Twitter), @POTUS, el presidente de los Estados Unidos Joe Biden.
Por primera vez en la historia del gremio, nacido en los 30 del siglo XX, los trabajadores y trabajadoras de las tres grandes fabricantes de automóviles Ford, General Motors y Stellantis (anteriormente Chrysler, la nueva empresa fabrica vehículos de las marcas Chrysler, Jeep, Dodge, RAM en EE.UU. y en Europa explota las marcas Citröen, Alfa Romeo, Lancia, Fiat, Peugeot, Opel, entre otras) van a la huelga en forma conjunta. El 14 de septiembre venció el acuerdo marco del UAW con las tres firmas, convenio que cubre a cerca 145.000 trabajadores del sector. Sin alcanzar un arreglo satisfactorio, un día después se inició la huelga.
La metodología de la medida de fuerza, la “huelga de pie” (stand-up strike), implicó la huelga selectiva en tres plantas de Missouri, Michigan y Ohio, correspondientes una a cada uno de los Tres Grandes. Esta estrategia de la @UAW golpea a la industria sin ir al paro total que generaría mayores costos tanto al gremio, para sostener la medida de lucha tanto económica como políticamente, como a la actividad. De este modo, 13.000 miembros del sindicato abandonaron sus puestos de trabajo a las 0 horas del 15 de septiembre.
Las primeras plantas paralizadas son las de ensamblaje de Toledo (Ohio) de Stellantis; la de Wentzville, cerca de Saint Louis (Missouri), de General Motors; y la de ensamblaje final y pintura de Ford, en las afueras de Detroit (Michigan). Las tres fabrican camionetas de alta gama sumamente rentables. Pero la medida de fuerza no se detendrá allí.
“Aún es posible una huelga total”, sostuvo Shawn Fain, secretario general del gremio, quien explicó que la estrategia es de escalada: si las tres grandes empresas no cumplen con las demandas, las medidas directas arreciarán y no podrán predecir dónde será el próximo golpe.
“La gente está enojada”, declaró el operario Brandon Szcesniak a Labour Notes. “Quieren que compremos Ford, pero ¿cómo podemos comprar un Ford con este salario?”.
#UAW Local 2177 holding the line in Langhorne, PA. Thanks to Chris Raab, State Representative, and to Kirk Kelly, SAG-AFTRA member/Actor for coming out and walking with our GM CCA brothers and sisters and supporting the Big 3 striking workers. #StandUpUAW #solidarity #UAWStrike pic.twitter.com/dgSWYHBBrE
— UAW Region 9 (@UAWregion9) September 25, 2023
Nueva conducción
Durante décadas el gremio acompañó la destrucción del salario, la pérdida de condiciones laborales, la precarización y la multiplicación de las horas extras en detrimento de la calidad de vida.
La elección de Fain, en marzo pasado, con dos abuelos jubilados de la General Motor en Kokomo, Indiana, y uno en la Chrysler, marcó un cambio rotundo de rumbo. La nueva conducción ha iniciado este proceso de lucha con demandas más audaces y un plan de choque estratégico, golpeando selectivamente, cuando en amplios sectores de la base sindical se pretendía ir a la huelga total y masiva.
El pliego de demandas exige un aumento salarial del 40 por ciento y poner fin a los niveles salariales establecidos en 2007. En ese momento, frente a la crisis, el gremio aceptó que los nuevos trabajadores cobrarán la mitad del salario y con un convenio con menores beneficios tanto en pensiones como en salud. También entonces, se aceptaron dentro del convenio empleos de menor rango como los de los centros de distribución y almacenamiento, una suerte de trabajadores clase B dentro de la misma actividad.
También exigen una semana laboral más corta, el restablecimiento de los aumentos gatillados por el alza del costo de vida debido a la inflación y la reducción de la duración de los contratos temporales, estableciendo que cualquier trabajador o trabajadora después de 90 días, pase a ser permanente. Con el actual convenio, los trabajadores tardan ocho años en alcanzar el cobro del salario completo.
Otro temor, con argumentos, es el cambio que está produciendo en la industria la transición energética de vehículos propulsados por combustión a eléctricos, que implicará una necesidad menor de mano de obra. Frente a este hecho, los trabajadores exigen seguridad laboral y un Programa de Protección de la Familia Trabajadora para los trabajadores despedidos.
Apoyo político
Un día después de Biden, el candidato republicano a la presidencia y ex presidente Donald Trump también visitará a los huelguistas.
Este miércoles, el mismo día del segundo debate de las primarias republicanas, al que Trump no asistirá, el polémico ex presidente anunció que se reunirá con miembros actuales y anteriores del UAW de Detroit. “¡Están destruyendo nuestro país! Dentro de 3 años, todos estos autos se fabricarán en China. Eso es lo que quiere Sleepy Joe, porque China les paga a él y a su familia una FORTUNA”, publicó en la red social Truth, en referencia al cambio tecnológico, apoyado por la actual gestión de gobierno.
“Los precios se están disparando, no porque los trabajadores estén ganando una cantidad increíble, sino porque el exceso de los directores ejecutivos está en niveles increíbles que nunca antes habíamos visto”, sostuvo la congresista demócrata Alexandria Ocasio Cortez en un acto en el local de la UAW en Wentzville (Missouri) junto a su compañera por la representación local, Cori Bush. “Están exprimiendo a la clase trabajadora de este país”.
.@AOC joined @CoriBush in providing solidarity with striking @UAW workers at the Wentzville plant@stltoday pic.twitter.com/yuiVUtlDIk
— steph kukuljan (@StephKukuljan) September 24, 2023