Redacción Canal Abierto | “Los liberales en Argentina, hemos sido acusados de cosas verdaderamente aberrantes, como fachos, fascistas, nazis, cosas que no tienen nada que ver con nosotros. Por eso les quiero dar la definición de liberalismo de nuestro máximo prócer de la libertad, Alberto Benegas Lynch (h): ‘El liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión, en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad’. No hay lugar para esas acusaciones”, sostuvo anoche, en el Primer Debate Presidencial 2023, Javier Milei.
No es la primera vez que el candidato de La Libertad Avanza menciona a su mentor de doble apellido. De hecho, lo hace seguido, y lleva a su hijo, Alberto Tiburcio “Bertie” Benegas Lynch, como cabeza de su lista de diputados por la provincia de Buenos Aires.
VIVA LA LIBERTAD CARAJO pic.twitter.com/X3RnYzxq9n
— Javier Milei (@JMilei) October 2, 2023
Los Albertos Benegas Lynch son tres —padre, hijo y nieto— y se los conoce como los principales divulgadores de la ideología liberal en la Argentina. Pero también por sus cercanías a dictaduras diversas, aún cuando Milei sostenga que “no hay lugar para esas acusaciones”.
Y, por esas cosas de la ironía, son primos lejanos de Ernesto “Che” Guevara Lynch.
El primero de la dinastía, fallecido en 1999, creó en 1957 el Centro de Estudios sobre la Libertad, donde invitó a dar conferencias a dos referentes de la Escuela Austríaca: Ludwig von Mises y Friedrich Hayek. Sobre este último se sabe que defendió abiertamente al gobierno de facto de Augusto Pinochet en Chile y que pregonaba la conveniencia de una “dictadura liberal”. Y también, gracias a un hallazgo reciente del historiador Jorge Nuñez, que el 17 de febrero de 1983 —con la Guerra de Malvinas ya finalizada y el camino hacia la transición democrática iniciado— escribió una carta al Times recomendando a los ingleses que bombardearan Buenos Aires.
El suceso no fue una triste coincidencia. En el libro De la refundación al ocaso: los intelectuales liberal-conservadores ante la última dictadura (UNLP-UNM-UNGS), Martín Vicente rescata que el abuelo Benegas Lynch trabajó en la Embajada de Argentina en Estados Unidos durante la autodenominada Revolución Libertadora, dictadura que derrocó a Juan Domingo Perón en 1955 y comenzó la proscripción del peronismo —olvidando “el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo”—, que duraría 18 años. Tiempo después no se privaría de apoyar también la dictadura de Jorge Rafael Videla, en 1976 (la cual, según Milei anoche, cometió “excesos”, parafraseando a la defensa utilizada por los propios represores).
El prócer
Pero el “prócer” de Milei no es tanto aquel Alberto sino el segundo. Alberto Benegas Lynch (h) tiene 83 años, es doctor en Economía por la Universidad Católica Argentina (UCA), doctor en Ciencias de Dirección por la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) y presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso, uno de los think tank liberales. Pese a descreer de la educación pública, fue profesor en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y director del Departamento de Doctorado en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
También es autor de veinte libros. Entre ellos La posverdad socialista, que se acaba de traducir al italiano. Además, es columnista regular, cada sábado, en Infobae, donde escribe ensayos en los que se pronuncia a favor de la venta de órganos, en contra del aborto (al que definió como “homicidio en el seno materno”), donde descree del calentamiento global, considera al ambientalismo un “ataque a la propiedad privada” que se basa “en datos erróneos”, y ataca la igualdad de género porque —asegura— “se opone a la diferencia biológica de la sexualidad entre hombre y mujer”.
Lejos de despegarse de su padre golpista, Benegas Lynch (h) ha reconocido que la elección de su ideología se debió a la influencia de su progenitor: “Si no hubiera sido por mi padre seguramente no sé si hubiese sido troskista, pero al menos keynesiano. Sólo debido a la inmensa paciencia y perseverancia de mi padre, que me mostró otros lados de la biblioteca, pude zafar de los climas habituales del estatismo en sus diversas variantes”, sostuvo en una entrevista rescatada por Página/12.
Anoche, luego del debate, tuiteó en la red X: “Como le expresé en mensaje privado a Javier Milei, estuvo ADMIRABLE su manejo del debate, incluyendo el aspecto gestual”.