Redacción Canal Abierto | La filósofa y especialista de geopolítica latinoamericana Isabel Rauber, compartió con Canal Abierto Radio su reflexión acerca del peso de Henry Kissinger, fgallecido ayer a los 101 años.
Rauber definió al ex Secretario de Estado -que cumple las funciones de un canciller- como “un trepador” y “un gran jugador en la arena política internacional para beneficio primero propio y después de Estados Unidos”.
Y recordó que se trató de un inmigrante de origen judío alemán nacido como Has Kissinger, pero que cambió por Henry tras llegar a Estados Unidos escapando de la persecución del régimen nazi. “Uno pensaría que con esa historia podría tener un tinte progresista. Pero de eso nada”, planteó Rauber.
También destacó que “terminó la secundaria una nocturna, fue brincando y brincando y se supo acercar a personalidades que le potenciaban en cada momento un peldaño más o saltar varios peldaños”.
La filósofa recordó que si bien su identificación política estaba del lado del Partido Republicano, sus primeros pasos en la política norteamericana los hizo con los demócratas: “trabajaba para Lyndon Johnson, pero cuando fueron las elecciones que va a ganar Nixon, Kissinger le pasa información súper clave a Nixon y Nixon gana las elecciones. El trabajó para él y no le importaba si era demócrata, olfateó que ganaba Nixon y le tiró toda la información secreta”, señaló.
“Estos personajes cuentan con una gran impunidad para hacer todo lo que hacen amparados en los secretos, en la seguridad nacional, en los títulos que se ponen. Y también tienen a su servicio a las grandes agencias de espionaje internacional y nacional. En realidad el logro es la manipulación de los títere, pero individualmente no hubiera logrado nada”, agregó Rauber.
Kissinger fue señalado como uno de los principales arquitectos del Plan Cóndor que coordinó el accionar represivo de las dictaduras que América Latina padeció en la década de los 70. En el mimo año 1973 en el que se produjo el derrocamiento de Salvador Allende en Chile, Kissinger era galardonado con el Premio Nóbel de la Paz por su participación en el fin de la Guerra de Vietnam.
“Eso se da en simultáneo. El tenía injerencia allá y acá. Y no solamente fue en Chile, también vino a nuestro país invitado por la dictadura para el Mundial del `78 y dio su aval a la dictadura, si bien eso cayó mal allá y dijeron que no era una política de estado. Nunca se va a saber si vino mandado”, remarcó Rauber.
Y sentenció que “el establishment de Estados Unidos siempre juega a dos, tres o cuatro aguas. El tipo viene y hace lo que tiene que hacer. Después no lo reconocen y dicen que vino sin misión y que fue una invitación que no cayó muy bien. Pero el tipo vino e hizo los deberes”
Rauber llamó la atención sobre una recomendación que Kissinger le hizo a la Junta Militar: “Lo que vayan a hacer, háganlo rápido”. “Es una frase bastante recurrente y que todos reconocemos. Ahí vemos donde está la escuela del librito que se repite”, apuntó.
La analista analizó que “la matriz de su capacidad de de soliviantar las realidades en América Latina y en el mundo es que para él no existen posibilidades, sino necesidades. Esto significa que vos te sentás a una mesa, ves qué necesitás, cuál es la correlación de fuerzas y si eso es posible. Bueno, el tipo no se para en eso, sino que su lema era `yo me guio por la necesidad, no por la posibilidad´. Así que lo que necesitaba lo hacía y esa es la base para la desestabilización, para subvertir los órdenes existentes”.
Su salida del elenco estatal norteamericano no significó una merma en el poder de influencia para Kissinger. Al resopecto, Rauber señaló que pudo hacerlo gracias a “las influencias y los manejos que nunca se dejan, a los contactos que nunca se pasan” y a “la influencia del Complejo Militar Industrial con todo el sector de inteligencia, siguió manipulando los hilos de la arena internacional al mejor postor”.
Con la muerte de Kissinger “el mundo ha ganado un respiro de paz”, sostuvo Rauber . Y concluyó: “ahora los sectores más reaccionarios muestran cierta inquietud y se preguntan quién va a ocupar este espacio. Una persona con un recorrido de 100 años y su consultora internacional mundial con tanto poder debe tener unos cuantos delfines”.
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