Redacción Canal Abierto | “Soy especialista en crecimiento económico, con y sin dinero. Sé cómo hacer crecer a una economía, sé cómo terminar con la pobreza y, sobre todo, sé cómo exterminar la inflación”. Esa fue la presentación que ensayó Javier Milei durante el debate presidencial.
Milei empezó mal
1. Que es esa pelotudez de «soy liberal libertario» ? solo lo entienden los twitteros que ya te están votando pelotudo
2. «Soy especialista en temas de crecimiento económico con y sin dinero» ?!?!?!?!? alguien me explica pic.twitter.com/lt1iCHxfjT
— P e d r o 🇦🇷 ⭐ ⭐ ⭐ 🇦🇷 (@MorenoVuelve) November 13, 2023
La definición es tan rotunda como la desmentida que haría de cada una de sus propuestas estrella, incluso antes de asumir el mandato el próximo 10 de diciembre. Y esto no sólo aplica a la ruidosa marcha atrás con el proyecto de “volar por los aires el Banco Central” (incluida la eyección anticipada de su ideólogo, Emilio Ocampo) y su consecuente dilación del plan dolarizador de la economía (alternativa que ni para el establishment ni para el mercado era idea seductora).
La eliminación del “cepo” cambiario el primer día de gobierno también fue otra de las ideas hoy descartadas por el flamante presidente. En definitiva, se impuso la realidad: la reducida cantidad de reservas en relación al stock de pesos del sistema financiero sirvió de barrera a cualquier intento de desregular la compra de divisas.
El informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), titulado “SHOCK ORTODOXO Y DEPREFLACIÓN: La previsible consecuencia del nuevo programa económico de Javier Milei”, plantea algunas claves del plan económico que se viene, y las consecuencias del mismo.
En principio, que el shock ortodoxo de ajuste fiscal y monetario, junto a la “corrección” de precios relativos, hacen prever un escenario de depreflación (o estanflación, como días atrás calificó el propio Milei). Es decir, caída de la actividad económica con aceleración de las tasas de inflación. A esto debemos sumar la promesa de ruptura de los acuerdos de precios y las expectativas de devaluación que ya se sienten en las góndolas con aumentos que llegan hasta el 40% en varios rubros.
“El plan “motosierra” también fue recortado. La baja original del gasto público de 15 p.p. (puntos porcentuales) del PBI ahora es del 5 p.p. Milei promete hacerlo a partir de un recorte en el gasto de “la política”, una reforma del Estado y la eliminación de la obra pública”, explican desde el CESO, y a la vez advierten que “la eliminación del gasto en capital (entre otras cosas, obra pública) podría generar una caída más que proporcional en la actividad económica y, por tanto, en la recaudación”.
Aunque parezca redundante aclararlo: un escenario de mayor recesión, pérdida de puestos laborales producto del ajuste y reducción del poder adquisitivo del salario redundaría en un salto en los índices de pobreza.
Milei insiste en que uno de los principales y más urgentes problemas es la “bomba” de las Leliqs. Para “resolverlo”, convocó a uno de los padres de la criatura y ex ministro de Finanzas de Mauricio Macri, Luis “Toto” Caputo.
El potencial riesgo es que esta creciente masa de liquidez se vuelque masivamente a la demanda de dólares, presionando aún más las cotizaciones de la divisa estadounidense. Desde el centro que dirige el economista Andrés Asiain explican que “una solución posible es contraer deuda en dólares para cancelar estos pasivos. La otra un canje por bonos del Tesoro”.
🟣 Milei expresó que la inflación seguirá por 24 meses y que habrá una estanflación 👇 pic.twitter.com/mB2Pu1kWsA
— LETRA P (@Letra_P) November 29, 2023
El informe plantea que, de optar por esta segunda vía, “la `bomba de las Leliqs´ se transformaría en la `bomba de los bonos del tesoro´, en el sentido de que seguiría existiendo una gran masa de liquidez invertida en activos en pesos de corto plazo, siempre dispuesta a pegar el salto al dólar tensionando el mercado cambiario”.
Según los especialistas, el gobierno entrante debería pensar en robustecer las reservas internacionales antes de lanzar un programa de estabilización. De esta manera, lograría anclar expectativas inflacionarias, a la vez que desactivaría el problema de las Leliqs.