Redacción Canal Abierto | Hace poco menos de un mes, el anuncio del arribo de Daniel Tillard -experimentado liquidador de empresas estatales durante el menemismo- al frente del Banco de la Nación Argentina (BNA) anticipaba lo que acaba de hacer público: su intención de privatizar la entidad financiera estatal.
Al igual que en la década del 90, quien fuera exfuncionario de Domingo Cavallo inició su embestida con críticas a una supuesta “ineficiencia” como única excusa para avanzar en su transformación en Sociedad Anónima, y así generar las condiciones para luego rifar el paquete accionario.
Entre otras cosas, Tillard aseguró en la red social X (ex Twitter) que “en los últimos años el BNA no priorizó su objeto de canalizar los depósitos y transformarlos en préstamos a favor de las Pymes y las familias argentinas”. Entre los argumentos, según información del Balance a Septiembre del 2023, planteó que mientras los créditos para ambos sectores se redujeron a sólo un 21,20% del activo total, la inversión en LELIQS y títulos públicos representó el 88,03% de su cartera de préstamos.
En la misma línea, advirtió que la banca estatal “registra indicadores de mora muy negativos. Los préstamos en situación irregular son el 7,40% del total y en los préstamos a las empresas la irregularidad es peor, alcanza el 11,70% del total”.
El hilo de publicaciones críticas cierra con el verdadero objetivo para el que fue designado el ex titular del Banco de Córdoba y una de las ofrendas del pacto postelectoral sellado entre Javier Milei y Juan Schiaretti: “La transformación en Sociedad Anónima es central para crecer, alcanzar eficiencia y mejorar la transparencia en la gestión del BNA”.
Como sucedió con tantos otros especialistas a lo largo del último mes, el economista y ex director del BNA, Claudio Lozano, salió a cruzar la avanzada privatizadora: “la situación que en escasos 6 tweets señala el nuevo presidente de la institución, es deliberadamente parcial y tendenciosa”.
“Es absolutamente falso que esta imagen del BNA se corresponde con la de la gestión que se inicia en Enero del 2020, bajo la presidencia del Lic. Hecker, y de la que fui parte como Director, hasta mediados del 2022: en este lapso los créditos al sector privado del BNA no sólo no se redujeron, sino que se incrementaron, y lo hicieron en el contexto adverso de un BNA que la gestión de Cambiemos había descapitalizado y que se enfrentaba con una inédita e incierta pandemia por el COVID a nivel mundial”, aseguró el presidente de Unidad Popular.
En concreto, los informes de gestión a junio de 2022 reflejan que el financiamiento a las empresas aumentó un 250% respecto a diciembre del 2019 (descontada la inflación del período, supone un incremento del 140% en término reales).
En este sentido, Lozano agregó que “en el contexto de la pandemia, a tasas 0 en muchos casos y en otros con tasas de interés por debajo de las que ofrecían las eficientes sociedades anónimas que tanto parece deleitar el nuevo presidente, la prioridad la tuvo el sector productivo: los préstamos se multiplicaron por 7”.
A su vez, la información oficial revela que, a mediados del 2022, los préstamos comerciales del BNA equivalían al 67% del total de su cartera, cuando a finales del 2019 era de apenas el 33%. El 89 % de estos créditos se dirigieron a PYMES, obviamente del sector privado.
“De todo lo cual resulta que en el período 2020 – 2022 consiguió 4,5 millones de nuevos clientes, entre nuevas empresas y nuevas familias, a las que la decidida política de asistencia financiera que llevó el Gobierno del Frente de Todos durante la pandemia, y con el sacrificio y la predisposición de los trabajadores del Banco Nación desplegados en todo el territorio del país con su red de más de 750 sucursales, fue la que permitió incrementar, y no disminuir, en un contexto sumamente adverso y delicado la asistencia financiera del Banco hacia el sector privado, que no es otro que hacia los propios argentinos”, explicó Lozano, quien al mismo tiempo valoró iniciativas de “modernización llevada adelante por el BNA en esta etapa, que se tradujeron en iniciativas y productos concretos, líderes del mercado, como son el caso de la Billetera Digital BNA+, TIENDA BNA y BNA CONECTA”.
Por último, quien entre 2020 y 2022 ocupó una silla en la mesa que dirigía los destinos del banco centenario reconoció: “Si bien es cierto que lejos está de detentar un funcionamiento óptimo, la solución no puede ser de ninguna manera transformarla en un negocio privado”.
Quién es Tillard
Licenciado en Economía de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Daniel Tillard ocupaba desde hace ocho años el cargo de titular del Banco de Córdoba. Previamente, y durante la gestión de Daniel Scioli (2007-2015), fue gerente del Banco Provincia de Buenos Aires, coincidiendo con el actual ministro del Interior, Guillermo Francos, ex presidente de la entidad (2007-2011).
Fue liquidador de Obras Sanitarias de la Nación hasta 1997 y funcionario de Domingo Cavallo, quien en 2001 lo nombró como subsecretario de Normalización Patrimonial del Ministerio de Economía nacional.
El año pasado, su hijo Ignacio Tillard, titular de Max Capital, fue acusado de promover una corrida cambiaria. En abril, junto a su socio Juan Rodríguez Braun -familiar del dos ex funcionarios de Cambiemos durante el gobierno de Mauricio Macri-, habrían hecho circular información falsa sobre una inminente devaluación del 50 por ciento, lo que llevó a una disparada del dólar blue.
Su esposa, por otra parte, Julia Couzo Peñaloza de Tillard, estuvo involucrada en una causa por malversación de fondos del PAMI y la ex DGI durante la década del 90. Por este hecho, estuvo prófuga y con pedido de captura nacional e internacional hasta que fuera beneficiaria con la eximición de prisión por parte de la Corte Suprema menemista.