Redacción Canal Abierto | Moderado y lejos del radical y virulento perfil que hasta hace unos días presentaba en sus redes sociales, así se presenta hoy el nuevo secretario de Culto de la Nación Francisco Sánchez. ¿Dónde? En una entrevista con el medio oficialista La Nación. ¿Cómo? Con “disculpas” al Vaticano y el compromiso de “trabajar para lograr la visita del Papa a la Argentina”, además de la siempre util apelación a supuestos “malentendidos”. ¿Por qué? No sólo por su insólito historial de ataques a los principales credos de nuestro país, también por el rechazo que varias instituciones religiosas le hicieron llegar al Gobierno por este “sorpresivo” e “inconsulto” nombreamiento.
El polémico funcionario designado por la Canciller Diana Mondino es un ex diputado neuquino del PRO, hombre cercano a Patricia Bullrich y -según sus palabras- “con buena relación con el presidente Milei y Victoria Villarruel”. Conservador duro y activo militante anti derechos, durante el debate sobre el aborto consideró que se estaba “aprobando la pena de muerte”.
Entre otras cosas, logró cierta notoriedad por impulsar “la flexibilización del uso domiciliario de armas” en manos de “los ciudadanos decentes” como una forma de “hacer frente a la inseguridad”. Sin embargo, alcanzó verdadera “fama” en agosto de 2022: consultado sobre el juicio Vialidad y una inminente condena contra Cristina Fernández, recordó un proyecto de su autoría que proponía la pena de muerte para los delitos de corrupción.
“12 años por robar impunemente es casi nada. El año pasado presenté un proyecto para que este tipo de delitos sean considerados traición a la patria. Merecen la pena de muerte, no una liviana prisión domiciliaria”, excribió en su cuenta de twitter (hoy X) pocos días antes del intento de magnicidio contra la entonces Vicepresidenta.
Volviendo a su historial de desafortunados comentarios religiosos, en agosto de 2023 cargó en duros términos contra el Vaticano por la designación de Raúl Eugenio Zaffaroni, ex juez de la Corte Suprema, en la Junta Académica Fundadora del Instituto para la investigación y promoción de los Derechos Sociales “Fray Bartolomé de las Casas”.
“Caso para estudiosos encontrar un Papa que haya hecho tanto daño”, lanzó hace tan sólo cinco meses.
Otra polémica protagonizada por Sánchez se dio durante una reciente entrevista con la influencer Delfina Meza -la nacionalista de derecha que se hace llamar “Delfina Wagner”, convocaba a movilizaciones de Revolución Federal y mantenía vínculos estrechos con Sabag Montiel y Brenda Uliarte-. Allí, ambos apuntaron contra el “sionismo internacional”, avalando una teoría conspirativa funcional al antisemitismo que suele identificar una linealidad directa entre poder económico global y judaismo.
Este hombre (Francisco Sanchez) es el nuevo secretario de culto.
No se pierdan la entrevista con Delfina Wagner hablando de conspiraciones Judías. pic.twitter.com/6TTNTtC1EB— Silvio Cruz (@SilvioC06260057) January 15, 2024
Entre otras cosas, la charla mete en la misma bolsa a “Soros, Kissinger, Rotschild, Rockefeller, etc” y “organizaciones nefastas como Amnistía Internacional”: «gente muy poderosa alrededor del mundo, tomando decisiones sobre la soberanía de los Estados y los derechos individuales».
Si bien la DAIA aún no se pronunció al respecto, la Agencia Judía de Noticias tituló en las últimas horas: “La designación del nuevo secretario de Culto generó molestia en parte de la comunidad judía argentina”.
Quienes si plantearon públicamente su descontento son los integrantes del Llamamiento Argentino-Judío, que en un comunicado de prensa se preguntaron: “¿Cómo se le puede ocurrir nombrar en la Secretaria de Culto a un personaje del que ya sabe de antemano que odia a dos de los cultos mas importantes de la Argentina?”.
“Recurrir a la expresión del “sionismo internacional” es un viejo recurso del fascismo para hacer referencia a la supuesta confabulación internacional judía para dominar el mundo, y disimular así un discurso antisemita”, remtaron desde la organización que pretende representar a sectores progresistas de la comunidad en nuestro país.
Por último, pero no por eso menos importante, destaca una publicación reciente en la que Sánchez destaca una efeméride: “hoy se cumplen 452 años en que las fuerzas católicas vencieron a los Otomanos en la batalla de Lepanto. Buen día para recordar la gesta que salvó a la cristiandad y a Occidente todo de las hordas islámicas”.
No es este el lugar ni el momento oportuno para un análisis crítico sobre las supuestas bondades de aquella victoria cristiana y occidental -sobre cuyas espaldas carga la colonización de casi todo el planeta, el genocidio americano, la Caza de Brujas y la “Santa” Inquisición, por citar sólo algunos hitos-. Sí resulta indiscutible que esta caracterización belicosa y ofensiva no pareciera propia de quien estará a cargo de entablar relaciones amistosas con las distintas colectividades musulmanas en nuestro país.
Este es otro de los muchos “malentendidos” de los que Sánchez se intenta excusar en en diálogo con La Nación, donde ensaya una mezcolanza entre aquella histórica batalla de 1571 y el reciente ataque de Hamas que derivaría en la invasión israelí sobre Palestina. Piadoso de su entrevistado o por simple estrechez editorial, el periodista Mariano De Vedia evita una repregunta al respecto que probablemente hubiera expuesto la insodable ignorancia que exhibe el secretario de Culto.
Hasta ahora, el único respaldo explícito que recibió fue de un sector de las comunidades evangélicas: la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera), con la que cimentó vínculos en la pelea en conjunto contra el aborto, ya le pidió una audiencia.