Por Federico Gimenez | Otra vez, el gobierno anarco libertario arremete contra la industria librera y editorial. Después de frustrarse la aprobación de su megaley de destrucción masiva para la Argentina, en donde incluía la derogación de la ley de defensa de la actividad librera, la Ministra de Capital Humano, Sandra Petovello, apareció con un jugoso contrato bajo el brazo para el Grupo Clarín, mediante la compra directa de manuales escolares para primaria y secundaria, por la suma de $9.612.452.855 de pesos. La adjudicación fue a través de la empresa Arte Gráfico Editorial Argentino SA que posee el multimedio.
La información surgió directamente del sitio web comprar.gob.ar, plataforma del Estado argentino para realizar compras y licitaciones para la adquisición de bienes y servicios con privados registrados como proveedores del Estado nacional. A través del Número de Proceso de Compra 82-0012-CDI24, se dio a conocer la «Adquisición de libros escolares para Primaria y Secundario ARTE GRÁFICO EDITORIAL ARGENTINO SA». Es decir, que la medida ya viene con nombre y apellido incluido.
Según detalla la información de la orden de compra, deberá ser ejecutada durante cien días «a partir del perfeccionamiento del documento contractual». Como se observa en el detalle de la contratación, sólo participó un solo oferente, por lo que hubo una sola oferta confirmada para concursar por semejante contrato: la del Grupo Clarín. Todo hecho a medida.
No hay plata… para el pueblo, sólo para los CEOS
Tanto en la campaña, como en los poco más de dos meses al frente del Ejecutivo nacional, Milei no se cansó de señalar los brutales ajustes contra el Estado que contiene su programa de gobierno. Desde su intervención viral en las redes acerca de los recortes ministeriales que dejaron ¡afuera! áreas vitales y estratégicas, como Salud, Trabajo, o Educación, hasta su último cuestionamiento de dirigir fondos públicos para la realización de festivales y recitales gratuitos para disfrute de la comunidad, el Mandatario dejó muy en claro que su política es achicar el Estado a su mínima expresión. Incluso, advirtió la suspensión de la pauta publicitaria a los medios de comunicación por un año, al ritmo del coro oficial “no hay plata”, diagnóstico que requería de “medidas concretas”, tal como lo manifestó el vocero presidencial, Manuel Adorni.
Esta dirección fue celebrada desde el comienzo por la Asociación Empresaria Argentina (AEA), que en diciembre se pronunció a favor del monárquico DNU para desregular la economía en su totalidad, que lo calificaron como “una oportunidad histórica”, y destacaron el afán de alcanzar la meta de «reducir el déficit fiscal”, achicando “el tamaño excesivo del Estado en relación con el PBI”. Así mismo, la Cámara que reúne a los principales CEOS locales, cuyo directorio está integrado por Paolo Rocca, Héctor Magnetto, Sebastián Bagó y Alfredo Coto, entre otros, valoraron las medidas de libertad a favor del sector empresario, a fin de acabar con “injerencias estatales indebidas”, al referirse a los controles de precios, la presión tributaria, las restricciones al comercio exterior y la ley de abastecimiento.
No solo las grandes corporaciones apoyaron este programa ultraneoliberal, que arrancó su gestión con el 45% del país empobrecido. Las redes sociales son el principal ámbito de campaña, donde proliferaron mensajes como “no vuelven más”, “se les acabó el curro” y “chau planeros”, en referencia a las políticas sociales. Sin embargo, en dos meses de brutal ajuste, la inflación escaló más del 50% y el último informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica (UCA) detalla que la pobreza subió a más del 57%, y afecta a unos 27 millones de argentinos. La proyección a marzo es que aumentará a más del 60%, de continuar este programa que sí tiene beneficiarios y ganadores: las empresas monopólicas y los principales conglomerados, formadores de precios, especuladores financieros y jugadores de divisas, para quienes la plata, sobra.
La casta somos todos, menos la casta
Con el anuncio oficial del posible ingreso al país de Starlink, la empresa satelital del magnate Elon Musk, el grupo Clarín deberá lidiar con nuevos competidores en el rentable y concentrado sector de las telecomunicaciones. El mes pasado, la empresa del grupo en ese sector, Telecom, cayó 14 puntos en la Bolsa de Valores de Buenos Aires, en un contexto de aumento de alta competencia y caída del ingreso familiar, debido a la contracción económica, la quita de subsidios, baja de salarios, jubilaciones y otros recortes del plan motosierra de Milei, que hace imposible recomponer los ingresos reales.
Sin embargo, el lunes de esta semana, el gran diario argentino, fue beneficiado con la orden de compra de manuales escolares. Se trata de libros de texto para primaria y secundaria, adquiridos por el Estado Nacional de manera directa, sin ningún proceso de licitación, ni compulsa de precios. El argumento es muy sencillo: los títulos del catálogo de una empresa editorial son considerados productos únicos, ya que no hay otra empresa que los haga, como en el caso de Matetubers, o Yo Matías y la matemática, que pertenecen a AGEA SA, y no hay otro oferente que pueda ofrecer esos mismos productos, lo que hace que el contrato sea de exclusividad. Con esta maniobra, el Gobierno decidió unilateralmente favorecer a una única empresa, propietaria de Canal 13 y otros tantos canales privados, Radio Mitre, Personal-Telecom, Cablevisión-Flow, por mencionar sólo las principales empresas que posee el conglomerado que dirige Héctor Magnetto.
Clarín ya había sido beneficiado por Mauricio Macri al intervenir la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual con el DNU 267, el 4 de enero de 2016, y prosiguió con la aprobación de la fusión de Telecom y Cablevisión. En los Juegos Olímpicos para la Juventud de 2018, el macrismo le otorgó a Telecom el negocio de la provisión de tecnología para el evento, que incluyó una red de fibra óptica de más de 70 kilómetros, 120 pantallas grandes, puntos de acceso WiFi y más de 300 televisores, por más de 500 millones de pesos.
Esta nueva operación, casi escrita por la misma compañía y firmada por el Ejecutivo, por la cual Clarín será receptora de fondos para la provisión de manuales escolares, perjudica aún más al sector editorial, que ya atraviesa el problema de falta de insumos y aumentos indiscriminados en el precio del papel, agravado por la recesión económica. Ledesma, una de las dos empresas argentinas productoras de papel, ya anunció un próximo aumento de precios del 15% en sus productos, a partir del próximo lunes, 26 de febrero, lo que proyecta un nuevo derrumbe en las ventas y excesivos aumentos para el bolsillo lector.