Redacción Canal Abierto | El 27 de febrero de 1974 la Policía de la Provincia de Córdoba al mando de su jefe, Antonio Navarro, tomó la casa de Gobierno y destituyó a Ricardo Obregón Cano y Atilio López, la fórmula elegida por el pueblo cordobés un año antes. Tras un breve interinato del presidente de la Cámara de Diputados provincial, el Gobierno Nacional, comandado aún por Juan Domingo Perón, decidió la intervención de la provincia, que quedó a cargo de Duilio Brunello.
En el fragor de esos días el Centro de Investigaciones en Ciencias Sociales (CICSO) envió a una persona a recabar datos y testimonios in situ. Estos archivos fueron parte de distintos trabajos de la institución en formatos como artículos o ponencias, pero nunca hubo una investigación que trabajara de manera integral ese material.
En Herejía abierta. El Navarrazo, los investigadores de CICSO Héctor Santella y Matías Feito saldan esa deuda, aunque reconocen que no es una versión definitiva y que la materia prima elaborada por el Centro en 1974 es plausible de nuevos abordajes. El trabajo puede descargarse libremente desde el sitio de la entidad.
En la entrevista realizada por Canal Abierto a los autores, Feito define al hecho como “un punto de inflexión para el período 76-73 para verlo desde atrás. Hay algo de campo de ensayo, hay algo de laboratorio porque encontramos elementos de la reacción que vamos a ver más desarrollado, lamentablemente en una reproducción ampliada de la aniquilación a partir del 76, como el uso de comandos, por ejemplo. Un hecho donde tenemos esa forma de lucha desde ciertos sectores”.
Y destaca “desde el campo del movimiento obrero, de la clase obrera, vamos a tener algo muy importante como son los grados de fractura entre distintas corrientes políticas e ideológicas, dentro del peronismo y, también, fuera el peronismo, porque hay distintas estrategias en pugna. Es uno de los períodos tal vez más interesantes de nuestra historia, en el que los problemas del poder estuvieron a la hora del día”.
Obregón Cano y López habían sido protagonistas del Cordobazo y se habían impuesto sobre el binomio Julio Antún – Alejo Simó, representantes del sindicalismo más ortodoxo, en lo que fue una disputa no sólo al interior del peronismo, sino del movimiento obrero.
“El movimiento obrero transita momentos y diferentes fracciones. Está la particularidad local de Córdoba, que es específica a esa formación económica que se da ahí, y lo nacional. En el mismo hecho, en el movimiento obrero estaban quienes apoyaban a Navarro y quienes no lo apoyaban. El sector denominado legalista estaba en la alianza con Obregón Cano y López”, explica Santella.
Lo más distintivo del llamado Navarrazo es que el asalto al gobierno se da en condiciones de democracia, esa es la diferencia con el 76”, agrega el sociólogo.
Córdoba, una zona de enfrentamiento
Su colega señala que “a partir de 1969 Córdoba es parte de esos procesos de combate de masas en el cual caracterizamos a Córdoba como una zona de enfrentamiento. Hay una fuerza de masas constituida por organizaciones del campo del pueblo, con la columna vertebral en el proletario industrial, donde esa fuerza social en formación, de un modo redefine el espacio social y hace a una zona de enfrentamientos”.
Y prosigue: “A partir del Navarrazo se conforma una zona de resistencia. Fueron desalojados aquellos que habían construido fuerza y habían logrado por medios legales y legítimos, por vía electoral asumir el uso del orgánico el uso del gobierno y luego pasan a una baja política. Perder un instrumento de poder es una baja política. Esas lecturas son un poco las que nos permite también dimensionar la base de apoyo también de la navarristas y nuestra visita tiene una propuesta conceptual que es la herejía, que es de un modo nuestra maldad conceptual para la hora de esta visita”.
Santella recuerda que “el contexto del Navarrazo se da en un momento donde había un ascenso de masas muy importante que logran por ejemplo, en el caso de Córdoba, constituir fuerza social por eso terminan siendo gobierno ahí. Pero lo que vos tenés alrededor de eso es la política nacional que era la obligación del Pacto Social, que es el contexto donde surge todo esto”.
“El pacto social es una necesidad de la burguesía que se le impone para la salida democrática, o sea, la necesidad de establecer un pacto social donde la burguesía trata de conceder algo pero también de reordenar algunas cosas”, explica.
En este contexto “Córdoba rompe el pacto social. Empiezan a demandar aumentos de salarios que no se podían otorgar por la firma del pacto. Se produce entonces un lock out patronal porque no podían permitir que se rompa el pacto porque sobre esas condiciones se había organizado esa salida democrática”, señala Santella.
Y advierte que “al desalojar y asaltar el Gobierno de Córdoba se rompe el pacto democrático. Eso se produce también en Córdoba, en ese momento, en muchos municipios, que fueron asaltados por la policía para desalojar a los intendentes de la Tendencia (Revolucionaria). Una de las cosas más importantes que se daba en el Navarrazo eran las denuncias por marxista. Hay algo de depuración ideológica de los que proponían cosas que se corrían un poco del programa preestablecido por la fuerza social que gana en la Nación”.
Golpe de Estado y golpe de mano
Los autores destacan como un aporte del libro la introducción de los conceptos golpe de Estado y golpe de mano. “El golpe de Estado es un cambio en las relaciones de fuerza, el golpe de mano es sacar un funcionario y poner otro. Una cosa es instrumental, puede haber cambios en las relaciones de fuerza sin golpe de mano. Hay un golpe de Estado pero no cambian las autoridades y se reacomoda todo. Cuando tenés un golpe de mano, se retira a los funcionarios que están ahí y se arma todo el combo. Puede haber una cosa sin la otra. No puede haber un golpe de mano sin golpe de Estado, pero puede haber un golpe de estado sin golpe de mano”, desarrolla Santella
También subrayan su intención de sacar al suceso no sólo del ámbito territorial, sino también del político. En tal sentido, Feito cuenta que “en en el libro incorporamos un capítulo donde vemos los alineamientos políticos de todo el campo de organizaciones y ahí podemos hacer observables que el hecho involucra a todos. Porque cuando se dice que es una interna entre peronistas, lo que pasa es que el resto es prescindible de participar en un hecho y de un modo se autoaíslan”.
“El sistema expulsa un gobierno, legítimamente constituido. Eso es lo peor. Y lo soporta, porque todo el sistema institucional de la República avala todo eso. Voten que sí o voten que no, dentro del Parlamento Nacional, termina siendo intervenida una provincia y no es repuesto un gobierno legítimamente constituido. Se hace una ruptura de la legalidad en la misma legalidad gruesa de un momento democrático”, aporta Santella.
Entrevista: Manuel Rodríguez