Redacción Canal Abierto | La llegada de La Libertad Avanza, en un acuerdo con Juntos por el Cambio, a la presidencia argentina ha significado —en términos de correlación de fuerzas— un cambio mucho más profundo del que se puede percibir en la superficie.
“La primera vez que vino Larry Fink, el CEO de BlackRock, fue en octubre de 2016. Fue directamente a la Casa Rosada a verlo al presidente Mauricio Macri. Después vino dos veces más. Ahora va a hacer un Zoom con Milei porque quiere quedarse con el Banco de la Nación Argentina”.
De esta manera, Horacio Rovelli, economista, docente universitario y especialista en sistema financiero y tributario, sintetiza hasta dónde llega la influencia del fondo de inversión más grande del mundo en el gobierno nacional.
En una recorrida que va desde la veracidad o no de la expresión preferida del presidente Javier Milei, “no hay plata”, hasta la subordinación de la política local a los designios del FMI, el experto analiza cuáles son los verdaderos intereses que manejan los hilos de la gestión anarcocapitalista.
“¿Quién está detrás de todo esto? Porque Milei es un desequilibrado mental fosforescente: a tres cuadras te das cuenta de que tiene problemas mentales. El verdadero poder económico es BlackRock y los fondos de cobertura”, afirma en diálogo con Canal Abierto.
Luego detalla: “BlackRock es el fondo más grande. Tiene US$ 10,3 billones (millones de millones), 23 veces lo que produce la Argentina por año. Si fuese un país, sería el tercer PBI del mundo, detrás de Estados Unidos y China. Esta situación hace que, así como aprovecha la guerra en Ucrania para quedarse con las usinas eléctricas, fábricas y los mejores campos, acá quiere hacer lo mismo sin guerra: la guerra la hacen contra nosotros. Cuando menos consumamos y menos ahorro tengamos mejor para ellos, porque aumentan los saldos exportables”.
Los huevos de la serpiente
“Los capitales trasnacionales se han afincado en la Argentina y han clavado las garras en el cuello de nuestra patria: en Vaca Muerta tienen a Chevron y a Pampa Energía, cuyo principal aportante es BlackRock y Joe Lewis, el empresario británico que tiene Lago Escondido como si fuera su propia pileta de natación”, asegura el docente universitario y especialista en mercado financiero y sistema tributario.
La primera vez que vino Larry Fink, el CEO de BlackRock, fue en octubre de 2016. Fue directamente a la Casa Rosada a verlo al presidente Mauricio Macri. Después vino dos veces más. Ahora va a hacer un Zoom con Milei porque quiere quedarse con el Banco de la Nación Argentina”.
De igual manera, explica que en la explotación de litio en la puna argentina BlackRock opera con su empresa NewCo, junto con sus socios Vanguard, JPMorgan y HSBC, empresas donde el fondo de inversión también tiene acciones.
Finalmente, en el mundo del agro, BlackRock opera a través de Glencore, una empresa minera de origen suizo, que en Argentina se dedicó al acopio y comercialización de granos. “Ahora se fusiona con Bunge y se transforman en Viterra Argentina SA, la acopiadora y comercializadora más grande del planeta”, sentencia.
Caputo, el hombre de las corporaciones
El lunes 4 de marzo, el ministro de Economía Luis Caputo se reunió con los CEOS de las nueve empresas que tienen el mercado de comercio exterior argentino de granos y sus derivados. “Y les dijo que no podíamos devaluar porque iban a aumentar más los precios de los alimentos y estábamos al borde del estallido social”, narra Rovelli.
“Por ahora el dólar no se movió. Hasta acá, viene ganando el Gobierno, Caputo, y BlackRock y los fondos de cobertura que no quieren que haya un conflicto social inminente como estamos al borde en la Argentina. El poder de Caputo es el que le da BlackRock. Se ha subordinado completamente, es como si fuera un gerente de la colonia”, agrega.
BlackRock es el fondo más grande. Tiene US$ 10,3 billones (millones de millones), 23 veces lo que produce la Argentina por año. Si fuese un país, sería el tercer PBI del mundo, detrás de Estados Unidos y China. Esta situación hace que, así como aprovecha la guerra en Ucrania para quedarse con las usinas eléctricas, fábricas y los mejores campos, acá quiere hacer lo mismo sin guerra: la guerra la hacen contra nosotros. Cuando menos consumamos y menos ahorro tengamos mejor para ellos, porque aumentan los saldos exportables”.
En igual sentido, asegura que el sector industrial sufre la embestida y, en mientras se rematan empresas cada semana, las grandes analizan si seguirán en el país.
“Si Acindar, una empresa de la India que es la tercera acería del mundo, se quiere ir de la Argentina, quiere decir que ellos están apostando a que el modelo de BlackRock va a salir bien. Que el modelo extractivista, agropecuario, financiero exportador, le va a salir bien. Lo único que puede frenar esto es un estallido social, una huelga por tiempo indeterminado”, plantea.
Luego opina: “Tenemos que defendernos haciendo un proyecto nacional que defienda el mercado interno trabajo y la producción nacional. Eso lo hizo muchas veces el viejo peronismo, y el viejo radicalismo”.
Los antecedentes históricos, el Rodrigazo, el rol de los sindicatos, los BRICS y las posibilidades en un mundo multipolar. Todo, en esta entrevista.
Entrevistadora: Gladys Stagno