El 7 de marzo, la Administración General de Puertos dio a conocer la firma de un acuerdo para dar inicio a “actividades conjuntas” en puertos y vías navegables de nuestro país con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos.
Del acto, aparentemente celebrado a bordo de un buque en el puerto de Buenos Aires, participaron el Secretario de Empresas y Sociedades del Estado de la Jefatura de Gabinete de la Nación, Mauricio Gonzalez Botto, el Embajador de los Estados Unidos de América, Marc Stanley, el Interventor de AGP Gastón Benvenuto y el representante del Cuerpo de Ingenieros de Estados Unidos, Adriel McConnell.
Sin dar demasiadas precisiones, a través de un comunicado, la AGP señaló que el convenio permitirá “profundizar el intercambio de información” así como el desarrollo de “capacitaciones en aspectos de gestión de puertos y vías navegables, mantenimiento de la navegación y equilibrio ambiental, así como desarrollo de infraestructura, entre otras áreas”.
El anuncio encendió las alarmas en el gobierno de la provincia de Buenos Aires, y su ministro de Gobierno, Carlos Bianco, realizó un pedido de acceso a la información para que la AGP explique en qué consiste y cuáles son los alcances de convenio. Cabe recordar que la provincia integra el Consejo del Ente Nacional de Control y Gestión de la Vía Navegable, junto a Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Misiones y Santa Fe.
En diálogo con Canal Abierto, Luciano Orellano, miembro del Encuentro Federal por la Soberanía y del Foro por la Recuperación del Paraná dio algunas claves para entender la relevancia del asunto. “Lo que sí sabemos es que el Cuerpo de Ingenieros está integrado por 37.000 hombres y que tienen como objetivo colonizar las vías fluviales de todos los países que puedan del mundo”, afirmó.
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En esa línea, agregó que los mares y vías fluviales son, en primer término, un tema de defensa, no de comercio ni de costos. “De los vikingos para acá te conquistan por los mares y los ríos. Si sabremos los argentinos con las Malvinas”, señaló.
A esta cuestión hay que sumarle el contexto: vivimos en un mundo en plena disputa entre el eje Estados Unidos-OTAN, por un lado, y el de China-Rusia por otro, con guerras a nivel local y regional, y la amenaza latente de un conflicto global. En ese marco, los alimentos tienen un rol central porque “son mercancía y arma por excelencia. No hay posibilidad de ganar de guerra si no controla primero los alimentos”, apunta Orellano.
Por lo mismo, la cuenca del Plata tiene un rol estratégico, porque de ella depende el “40% de la seguridad alimentaria del mundo”, dice. Lo que se comercializa a través de sus vías fluviales cubre 250 de las 600 millones de toneladas de déficit de proteína vegetal requerido, precisa el especialista.
Injerencia siglo XXI
La cuenca del Plata abarca territorios de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, y comprende los cursos de los ríos Paraná y Uruguay, que vierten sus aguas en el Río de la Plata y finalmente desembocan en el océano Atlántico Sur. En ella se ubica la llamada hidrovía del Paraná-Paraguay.
Por eso, aporta Orellano, hay que mirar el problema desde “una perspectiva de cuenca”, donde Estados Unidos busca “constituir un cogobierno”.
Así, por ejemplo, “Montevideo se ha convertido en un protectorado, con presencia estadounidense, de ingleses y de la OTAN”. La zona, en la que también hay presencia finlandesa, española y china, es además zona franca y tiene puertos libres de tasas de impuestos. “Todo esto conjuga un panorama que los convierte en plataformas de saqueo”, sintetiza.
En el caso de Paraguay: sobre 53 empresas fluviales radicadas, 46 son extranjeras, y dos tercios de esas son estadounidense. Pero además, “han convertido a Paraguay en un paraíso fiscal”.
La hidrovía, Rosario y el narcotráfico
La extranjerización y la pérdida de soberanía no es un fenómeno aislado de la escalada de la violencia narco en Rosario. “Nada de lo que sucede en Rosario se puede explicar al margen de un fenómeno único a nivel mundial. En tan solo 70km y a vera del río Paraná se ha conformado el complejo agroexportador más grande del mundo”, señala un informe del portal especializado, Infosoberana.
Y añade que con 21 terminales portuarias, 16 en manos extranjeras, el complejo concentra el 80% de exportaciones de Argentina, que este año alcanzarán la cifra récord de 35.000 millones de dólares. Sin embargo, “la pérdida total de soberanía de Argentina respecto de su comercio exterior y el sistemático debilitamiento de los mecanismos de control del Estado han convertido a los puertos en escenarios propicios para el tráfico de estupefacientes y el lavado de activos”, denuncia.
Luciano Orellano, que además es autor del libro “Argentina sangra por las barrancas del río Paraná”, agrega que la privatización de los puertos es un factor más del descontrol respecto de lo que entra y sale del país. El proceso se inició en la dictadura y se reforzó con el menemismo, y derivó en que hoy –como dice el integrante de Encuentro Federal por la Soberanía- “la propia provincia de Santa Fe no sabe cuántos puertos hay, ni cuánto tributan”.
En ese marco y a pesar de las imágenes “a lo Bukele” difundidas por el gobernador Maximiliano Pullaro y las promesas de “compromiso inclaudicable de luchar contra el narcotráfico”, que comparte con la ministra de Seguridad nacional, Patricia Bullrich, y con el presidente Javier Milei, como remata el informe de Infosoberana, “ningún funcionario ha propuesto recuperar control de comercio exterior”.
Por el contrario, al posible desembarco del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos, en el marco del regreso a las relaciones carnales con Estados Unidos, en los últimos días el vocero presidencial, Manuel Adorni, celebró la creación de un nuevo puerto privado en Timbúes, sobre el río Paraná, en la provincia de Santa Fe.
Según versiones mediáticas, al frente de la inversión de 550 millones de dólares estaría Juan Manuel Ondarcuhu, titular del grupo Servicios Portuarios (Sepor), que tiene la concesión de dos muelles de Rosario, además de San Nicolás y San Pedro.
“En octubre pasado –informó la Nación- Ondarcuhu fue sobreseído por el juez Daniel Rafecas en una causa en la que se investigaba un presunto contrabando y lavado de dinero; había sido procesado en 2019 por Rodolfo Canicoba Corral junto al exjefe del Sindicato Obreros Marítimos Unidos (SOMU) Omar “Caballo” Suárez. Ondarcuhu es directivo de la marítima Maruba (vinculada en la causa judicial con el SOMU)”.
Preocupación
Por todo esta serie de cuestiones, en relación al acuerdo con el Cuerpo de Ingenieros, Orellano expresa: “Si fuera solamente un memorándum que ni siquiera conocemos no tendría mucha importancia”. Pero, si se considera el contexto actual, “controlar los recursos estratégicos, controlar el Río de la Plata, controlar los pasos bioceánicos y controlar el Mar Argentino es un tema importante. Y por eso el gobernador reclama cuál va a ser el contenido, porque hay tremenda preocupación”, subraya.