Redacción Canal Abierto | Si bien el DNU 70/2023 invitaba a privatizar 41 empresas públicas, la nueva Ley Bases ha recortado ese número. Sin embargo, se mantienen como privatizables importantísimas empresas estatales, entre ellas una que, en el séptimo país más grande del mundo, resulta estratégica: Aerolíneas Argentinas S.A.
Esta bandera noventista es la que el Gobierno se esmera en izar en redes de la mano de una aguerrida campaña de trolls que insisten en su déficit y su inutilidad cuando seis de cada diez chicos pasan hambre.
Pero un informe reciente elaborado por el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP) echa un poco de luz sobre el por qué sostener la aerolínea de bandera está muy lejos de ser un gasto.
Valor estratégico
Aerolíneas Argentinas fue creada en 1950, privatizada a finales de los noventa y, debido al vaciamiento que ocurrió a manos del sector privado, recuperada por el Estado Nacional el 24 de diciembre de 2008. Ese día se expropiaron Aerolíneas Argentinas y Austral Líneas Aéreas y todas las empresas del grupo para garantizar el servicio y 9.000 puestos de trabajo.
Al año siguiente se firmó un contrato con la compañía estatal brasileña Embraer por la compra de 20 aviones para recapitalizarla.
Hoy, la línea aérea cuenta con una flota de 78 aviones (muchos con una antigüedad menor a cinco años), vuela a 37 destinos dentro del país y cuenta con una red de intertramos y corredores federales que conectan distintas provincias sin la necesidad de pasar por Buenos Aires. También opera 20 destinos internacionales dentro de América y Europa. Forma parte de la “Alianza SkyTeam” junto a 19 aerolíneas del mundo y es la única compañía miembro de la región, a través de esta alianza ofrece conectividad a más de 1036 destinos en más de 170 países.
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También tiene un simulador de vuelo de Boeing 737-MAX que le permite formar a los pilotos del país y la región y lograr un ahorro anual promedio estimado en más de US$ 7.500.000 en viáticos, hoteles, transportes y el pago de simuladores en el extranjero; a la vez que ingresan divisas por la formación de pilotos de otros países.
“Además de tratarse de una firma comercial que brinda el servicio de aeronavegación, la compañía es una herramienta fundamental para el desarrollo económico, social y cultural de nuestro país. Garantiza la conexión entre zonas alejadas (turísticas o no) en un país excesivamente extenso como la Argentina; así como contribuye a una rápida respuesta en caso de enfermedades, epidemias o catástrofes. Asimismo, contribuye al desarrollo del turismo y las actividades conexas”, destaca el informe.
Hablemos de números
En una cuenta rápida de ventas y egresos, el resultado negativo de 2022 (último disponible) fue de $ 45.445 millones.
“El resultado negativo ha sido una constante desde la reestatización, explicada por el proceso de vaciamiento al que fue sometida la empresa durante la gestión privada y su recuperación a partir de 2009 fue de la mano de fuertes reinversiones. La retracción de la economía argentina a partir de 2012 y luego la pandemia impactaron negativamente en los resultados contables de la firma —sostienen desde el IPyPP—. Sin embargo, Aerolíneas viene reduciendo el déficit desde que en 2019 alcanzara los 667 millones de dólares: durante 2020 y 2021, los dos años de pandemia, se situó en 654 y 439 millones respectivamente, mientras que en 2022 se redujo a 246 millones. En agosto de 2023, se presentó un balance semestral con un déficit de 48 millones de dólares, lo que significó una reducción del 61% comparado con el mismo período de 2022 y, a su vez, una reducción del 80% respecto al mismo período de 2019”.
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Sin embargo, la medición contable no el único modo de evaluar la relevancia económica de una compañía como Aerolíneas Argentinas. El transporte aéreo es un componente fundamental de la economía mundial y sus beneficios también deben ser evaluados por su aporte a la cohesión territorial.
La medición de los beneficios socioeconómicos que aporta el transporte aéreo es realizada anualmente por organizaciones internacionales que evalúan la aeronavegación (IATA, Oxford Economics, OACI y ATAG) y definen cuatro tipos de impactos de la actividad en el tipo de empleo que genera: directos (relacionados con la operación en los aeropuertos y su entorno inmediato); indirectos (asociados a la cadena de proveedores); inducidos (generados por el consumo correspondiente al proceso de reproducción social del personal incluido en el impacto directo e indirecto); y catalíticos (vinculados con la atracción, retención y expansión de la actividad económica del territorio como resultado de la accesibilidad a los mercados provista por el transporte aéreo).
Cada año, Aerolíneas presenta los resultados en cada uno de estos segmentos para la economía argentina. En 2022, la suma de resultados en dólares es de US$ 5.172,4 millones, donde el turismo receptivo aporta más de tres millones, el producto bruto aeroportuarios más de dos millones, además de los beneficios económicos a los pasajeros.
El gran ganador
El Capítulo 2 de la Ley Bases, sobre privatización de empresas públicas, obtuvo la media sanción de Diputados con 138 votos a favor, 111 en contra y dos abstenciones y aún debe pasar por el Senado. En el proyecto que salió de Diputados se las dividió en dos grupos: las sujetas a privatización total (Aerolíneas Argentinas, Enarsa, Radio y Televisión Argentina e Intercargo) y las que pueden ser privatizadas o concesionadas (Aysa, Correo Argentino, Belgrano Cargas, Corredores Viales y Sociedad Operadora Ferroviaria). Nucleoeléctrica Argentina SA (NASA), empresa que opera las centrales nucleares, y Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) podrán incorporar inversiones privadas pero conservarán la mayoría de su paquete accionario en manos del Estado.
El DNU 70/2023 afecta la aeronavegación al reinstalar la política de cielos abiertos, la desregulación de los servicios de rampa en los aeropuertos, la liberalización de las tarifas y la eliminación de los impedimentos a la privatización de Aerolíneas Argentinas.
Aeropuertos Argentina 2000 es controlada por la Corporación América propiedad (intermediado por varias empresas cáscaras) de Eduardo Eurnekian, exempleador y mentor político de Javier Milei. Actualmente, con la incorporación al Grupo de los aeropuertos de El Palomar y Río Hondo, la compañía tiene los derechos de concesión para la explotación, administración y funcionamiento de 35 aeropuertos en el país.
“Con la concesión vigente hasta 2038 y la capacidad de disponer libremente y sin controles de aumentos en los costos de uso de los aeropuertos que le concede el DNU, el aumento de la rentabilidad del grupo Eurnekian está asegurado”, plantean desde el IPyPP.