Redacción Canal Abierto | “En el último mes los salarios empezaron a ganarle a la inflación”, aseguró Javier Milei en una entrevista con el medio británico BBC, la primera con un medio no abiertamente oficialista desde que asumió el Gobierno.
Fue la salida que encontró el mandatario para evitar responder una simple pregunta: ¿cuánto cuesta el litro de leche? “Usted no hace economía desde lo que cuesta un producto en especial”, se excusó el Presidente.
La evasiva resulta lógica en un momento en el que la reducción del déficit fiscal y la desaceleración de la inflación son las únicas dos épicas que ofrece el oficialismo. La realidad, en cambio, es otra.
Un relevamiento de Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) comparó precios de pañales, carne picada común, aceite de girasol, pan de mesa, arroz pollo, mate, leche, cebolla, sal fina entre noviembre de 2023 y en abril de 2024, y los resultados fueron alarmantes.
Un estudio reciente del mismo instituto fue más allá y analizó la inflación de Milei con la de los primeros tramos de los gobiernos de Cristina Fernández y Alberto Fernández. El resultado fue demoledor, y más curiosa aún si se lo confronta con escaladas en los precios de otros países.
¿Y los salarios? Las cifras oficiales muestran que su poder adquisitivo registró una caída real del 17% con respecto a noviembre de 2023 (último mes antes de la asunción de Javier Milei) y del 24% interanual.
Los números corresponden al reporte de Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE), que elabora la Secretaría de Trabajo sobre la base de los salarios formales. Por lo tanto, se descuenta que la situación es aún más grave para el resto, precarizados y autónomos, que se calcula alcanza a al menos la mitad de los asalariados.