Redacción Canal Abierto | Científicos de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) implementaron experimentalmente un método de control biológico de las chinches plaga, insectos que afectan los cultivos frutihortícolas y de soja: con moscas y avispas eliminan la plaga y, en consecuencia, logran reducir el uso de pesticidas comerciales.
El control biológico es un método de reducción de plagas, enfermedades y malezas consistente en utilizar organismos vivos para controlar las poblaciones de otra especie dañina para la producción o el ambiente. Para ello es necesario conocer a los enemigos naturales de las plagas que frecuentemente se encuentran de manera natural en cada ecosistema.
“En el CEPAVE (Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores, UNLP – CONICET) estudiamos insectos que producen problemas a la agricultura o vectores de enfermedades que causan algún daño a los cultivos y, también, otros organismos vivos que pueden utilizarse para controlarlos tratando de minimizar el uso de sustancias químicas, los llamados agrotóxicos. Yo trabajo en el grupo de Ecología de Plagas y Control Biológico en el cual estudiamos insectos que son plaga para la agricultura y otros insectos que de alguna forma las eliminan, las matan; insectos que las depredan u otros que las parasitan”, explica en diálogo con Canal Abierto Fernanda Cingolani, bióloga, investigadora del Conicet y docente de la UNLP. “Aprovechando esas interacciones naturales logramos diseñar pautas de manejo de plagas en los agroecosistemas, que minimicen el uso de los pesticidas”.
Las chinches son una familia de insectos con especies herbívoras y otras que son predadoras. Las primeras pueden alcanzar el estatus de plaga en muchos cultivos. “Lo que hacen es picar con su aparato picador las semillas o los frutos, haciendo disminuir el rendimiento y la calidad del fruto para su comercialización. Las chinches, particularmente son plagas muy importantes del cultivo de soja y también del tomate, el pimiento, la berenjena y de un montón de cultivos hortícolas”, explica la bióloga.
“Nosotros estudiamos la diversidad de enemigos naturales que atacan a estas chinches. Por ejemplo, los huevitos de este insecto pueden ser depredados por hormigas, arañas y otros depredadores, pero los principales enemigos naturales de las chinches son los parasitoides, insectos que necesitan desarrollarse dentro o sobre otro insecto. En el caso de las chinches hay varias especies de mosca y otras de avispas que cumplen su ciclo reproductivo como parasitoide de las chinches: la mosca hembra coloca un huevo sobre el cuerpo de la chinche; de este huevo nace una larva que ingresa al cuerpo de la chinche y se la empieza a comer. De esa forma la termina matando. Esto hace que el daño que la chinche pueda causar como plaga sea menor”.
Estas moscas no hacen nada a las personas, no generan otro perjuicio y, además, se alimentan de polen, por lo tanto sirven como agente polinizador. Por otro lado, sólo parasitan a su hospedador, la chinche.
“El otro gremio, como le decimos, de parasitoides que atacan las chinches son las avispas, unas avispas particulares muy chiquititas que parasitan los huevos de las chinches. Estas avispas no tienen veneno, no pican, no hacen nada a las personas”, concluye Cingolani.
En conclusión, estos parasitoides ayudan a combatir las plagas minimizando el uso de pesticidas, aprovechando un “servicio ecosistémico” que la naturaleza nos regala, aprovechando la relación natural que hay en el ambiente entre los distintos niveles tróficos, es decir, entre los herbívoros que se comen el cultivo y los enemigos naturales de esos herbívoros.
Del laboratorio al campo
Fernanda, ¿este sistema se puede utilizar en escala?, ¿se está utilizando? ¿están investigando como replicarlo?
-En muchos países se utilizan estas moscas y avispas como biocontroladores. En lugar de fumigar con un agroquímico se liberan estas avispas con drones y distintos desarrollos tecnológicos. En muchos lugares del mundo se pueden comprar esas avispas, se producen a escala masiva en lo que se denominan biofábricas.
Particularmente, en Argentina esto no ocurre porque todavía no está legislado, está en proceso de legislación y de formalización el uso de lo que llamamos macroorganismos para el control de plagas. Sí se utilizan en Argentina microorganismos, muchos hongos y bacterias que se pueden usar en el campo para combatir plagas y son sustitutos de los pesticidas químicos.
Los macroorganismos en Argentina todavía no tienen desarrollo comercial pero sí se comercializan en Brasil y en muchos países de Europa.
Resumiendo, cuáles son los beneficios y las potencialidades de este desarrollo.
-El uso de estos enemigos naturales nos permite minimizar el uso de pesticidas y de esta manera se reduce el impacto negativo que tenemos sobre la salud y sobre el ambiente.
También contribuye al equilibrio de todo el ecosistema; son muy complejas las interacciones que ocurren entre los distintos niveles tróficos del ecosistema y si nosotros estamos todo el tiempo poniendo químicos rompemos ese equilibrio natural y se desacopla el control de plagas o la polinización o muchos otros de los de los servicios ecosistémicos que nos brinda la biodiversidad que se ve afectada. Entonces, el uso de estos enemigos naturales para minimizar el impacto es muy beneficioso.
Es importante estudiar las distintas especies y los parasitoides que las atacan y es importante conocer la diversidad a nivel regional, de cada país e incluso de cada provincia y región para aprovechar el uso de la fauna propia sin necesidad de introducir especies desde otros lugares y propiciar medidas que ayuden a que el mismo ecosistema haga naturalmente su control biológico. Conocer la biodiversidad y utilizar la fauna local en control biológico de plagas es súper trascendente para los productores.
¿Ustedes están aplicando esto en campo, se puede aplicar en el país?
-Como te decía, aún no hay una instancia comercial pero sí pueden hacerse acciones a nivel de predio, en el mismo campo. El productor puede tomar algunas acciones para favorecer la presencia de estos enemigos naturales. Por ejemplo, dependiendo de las especies de chinche y las especies de avispas, a veces es fácil darse cuenta cuando encuentro una postura de chinche que está parasitada, por el color que tiene, por algunas características. Si esas posturas están parasitadas o encuentro una gran cantidad de chinches adultas parasitadas por las moscas, lo aconsejable sería no realizar una fumigación en ese momento porque voy a matar a las chinches pero también a su enemigo natural que ya las estaba regulando.
Más allá del uso comercial masivo que se hace liberando individuos enemigos naturales, hay otras estrategias que llamamos control biológico por conservación que implican realizar distintos tipos de acciones en el campo para favorecer el establecimiento y la permanencia del propio enemigo natural que está naturalmente en el ecosistema.
¿Ustedes están interactuando con productores?
-Dentro del grupo de Ecología de Plagas y Control Biológico se están haciendo algunas pruebas con plagas de otros cultivos porque trabajamos con varias líneas de investigación, cada cual abarca una plaga particular importante para cada región. Con el caso de chinches estamos empezando a hacer algunas acciones involucrando al productor. Las chinches son el principal problema en el cultivo de soja, un cultivo extensivo y con una dinámica de trabajo, de laboreo del campo y de tenencia de la tierra distinta a la de las producciones hortícolas del cinturón del gran La Plata, por ejemplo.
La idea es ir proyectando, escalando y pasando la información de la investigación básica en el laboratorio hacia cuestiones aplicadas y que el propio productor sea quien pueda utilizar estas cosas que nosotros conocemos. Es una función importante de cualquier investigador dar a conocer y aplicar sus conocimientos para aportar soluciones a lo que el conjunto de la sociedad esté requiriendo.
*Con algunos datos, fotos y la colaboración de Investiga, la agencia de noticias de ciencia y tecnología de la UNLP.
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