Redacción Canal Abierto | En la última semana, los medios especializados dieron cuenta del fracaso de taquilla de la película que se esperaba como el “tanque”.
Se trata de Furiosa, el film de la saga de ciencia ficción creada por George Miller en 1979, Mad Max —protagonizada por Anya Taylor-Joy, Chris Hemsworth y Tom Burke—, que no obtuvo el éxito esperado al punto que pone en peligro que la continuidad de la secuela, que ya está escrita, vea la luz.
La película desembarcó en la Argentina la semana pasada y vendió sólo 132.073 entradas en las 252 salas donde se estrenó. Sin embargo, ese número en este suelo, más que reflejar la poca convocatoria que tuvo la propuesta en todo el globo, se suma a la tendencia que aqueja a las boleterías nacionales desde que la motosierra libertaria comenzó a aserrar los bolsillos.
El primer cuatrimestre de 2024 fue lapidario para los cines argentinos: la asistencia a las salas disminuyó un 31,3% respecto del año pasado. Y en lo que va del año ya se perdieron 4 millones de espectadores.
En números
Abril fue el mes con menos asistencia del año y la cifra es la más baja desde 2021, cuando las salas aún no terminaban de salir de la pandemia.
En entradas, entre el 1 y el 30 de abril de 2024 se vendieron 1.754.655. En el mismo período, en 2023 se habían cortado 3.893.849 tickets, según cifras difundidas por Ultracine. Frente a igual mes del año pasado, la caída fue de casi el 56%.
Los números no parecen haberse recuperado en mayo. Según anticipó el periodista y crítico de cine Diego Batlle en su cuenta de X (ex Twitter), “la concurrencia a los cines de Argentina en mayo terminará 56% por debajo de la del mismo mes del año pasado. El consumo por el subsuelo. El negocio en ruinas. Catastrófico”.
Sobre el hecho, aclaró que si bien la caída en la venta de entradas es un fenómeno global “en ningún otro país cae 56% en la comparación interanual. Semejante derrumbe se explica por la crisis económica argentina”.
La industria
En paralelo, la producción nacional de cine también se derrumbó luego de que el presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), Carlos Pirovano, anunciara hace un mes, mediante la Resolución 62/2024, la modificación del organigrama del ente público no estatal y el cierre temporal de sus puertas.
Según trascendió, ya hay un nuevo organigrama que espera la firma del presidente Javier Milei, y que reduce a su mínima expresión la capacidad del INCAA para cumplir las funciones de fomento de la actividad cinematográfica establecidas en la Ley de Cine.
Se trata de un nuevo esquema de concursos y créditos a tasa subsidiada, pero desaparece el sistema de subsidios, que era la base del plan anterior. Desde el sitio OtrosCines.com plantean que se trata de “una evidente involución respecto de los apoyos de los que el cine argentino gozaba hasta la gestión anterior” y que “se vienen tiempos duros para la industria audiovisual nacional”.