Redacción Canal Abierto | De la mano de la licuadora y la motosierra, el gobierno de Javier Milei apuntó y gatilló sobre el consumo para frenar la inflación. Como podía preverse, un plan de esas características para domar esa variable, que está aún muy lejos de ser controlada, sacrificó todas las demás. La principal: el poder adquisitivo de los trabajadores.
Durante los primeros cinco meses de Milei, la caída del poder de compra implicó una pérdida, en promedio, de casi $500.000 por trabajador.
El número surge de un informe de coyuntura publicado esta semana por el Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE) que comparó los primeros cinco meses de los últimos seis presidentes en relación a la evolución de los salarios.
Según el estudio, durante la gestión de Néstor Kirchner los trabajadores acumularon una ganancia de $160.470 en pesos constantes durante su primer quinquemestre. En el mismo período del primer gobierno de Cristina Fernández, el salario ganó $99.344; y en su segundo gobierno otros $93.239.
La tendencia se revirtió con Mauricio Macri, en cuyos primeros cinco meses el salario acumuló una pérdida de $341.596. El primer quinquemestre de Alberto Fernández continuó en signo negativo, en gran parte gracias a la pandemia, y sumó al salario una pérdida de $38.974 en moneda actual.
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Sin COVID-19, Javier Milei batió todos los récords: en sus primeros cinco meses, la pérdida del poder adquisitivo fue de $486.193 por trabajador, doce veces mayor que la de la pandemia.
Tomando la evolución histórica, desde MATE dan cuenta de que el salario privado está el nivel de 2003, cuando apenas comenzaba a reponerse tras las crisis de 2001. Es decir, perdió todo lo ganado. Al salario público le va aún peor y las jubilaciones, pese a los anuncios de Luis “Toto” Caputo, están a la mitad de su valor en mayo de 2015.
Luego advierten que tras la fuerte caída de su poder de compra en diciembre por la inflación sería imaginable una parcial recuperación pero “hay dificultades para que esto ocurra” debido al “contexto recesivo, el aumento del desempleo y la resistencia de la Secretaría de Trabajo a firmar acuerdos paritarios por encima de la evolución de los precios”.
Todo para abajo
Al igual que los salarios, los demás indicadores económicos también van en picada.
La actividad económica, consigna MATE, sigue en caída “y no aparece ningún signo de recuperación”: industria, comercio y construcción, que son los que mayor cantidad de empleo generan y bajaron más de 3 puntos porcentuales en cinco meses.
El PBI, por su parte, ha bajado 5 puntos “un hecho que ocurre pocas veces en economía”, aseguran. Lejos de generar inversiones, ese fue el componente del Producto que más cayó: 23,4%.
La situación se explica dado que “las expectativas de las empresas están por el piso”. “Sólo el 2,2% de las firmas dicen que proyectan aumentar la cantidad de trabajadores en los próximos meses”, plantea el informe.
El correlato es que también subió el desempleo a 7,7%, dos puntos más que en diciembre, sobre todo en el sector informal y entre los menores de 30 años.
Asimismo, la desigualdad creció: el 10% de la población con mejores ingresos gana 23 veces más que el 10% de la población más pobre. Un año atrás, es diferencia era de 19 veces.
Y es que la transferencia de ingresos de los bolsillos de los asalariados a los sectores más concentrados fue de -$8.8 billones (millones de millones). El Estado dejó de percibir -2,7 billones en recaudación de la seguridad social, las obras sociales perdieron $757 mil millones de ingresos, y los sindicatos cerca de $170 mil millones.
El supuesto “éxito”
Por otro lado, desde MATE señalan que si bien la inflación amainó, algo esperable gracias a la recesión, el “éxito” de tenerla controlada “es tan frágil como la situación del sector externo que presiona sobre el dólar”. En otras palabras, la escasez de divisas está presionando sobre el tipo de cambio y, de perpetuarse el aumento del dólar, se trasladará a precios tarde o temprano.
La acumulación de reservas, por su parte, es el otro caballito de la propaganda oficial. Pero desde MATE aseguran que “no caen porque no se pagan las importaciones”. En detalle, las reservas del Banco Central crecieron más de US$ 7 mil millones desde que asumió Milei, pero “si no se hubiera postergado el pago de las importaciones realizadas en el período, el resultado habría sido parecido pero de signo opuesto”, aseguran los economistas.