Redacción Canal Abierto | “Si AFA se opone a las Sociedades Anónimas Deportivas ¿por qué motivo permite que el plantel titular provenga de estas sociedades? ¿Acaso será que los resultados son importantes y las SADs tienen a los mejores? No más socialismo pobrista en el fútbol. VLLC”.
El tuit de Javier Milei del viernes pasado aprovechó el imparable triunfo de la Scaloneta, que terminó esta madrugada en campeonato, para insistir en un negocio que La Libertad Avanza propagandiza desde la campaña: la privatización de los clubes.
La respuesta a su posteo vino de las redes sociales de Diego Armando Maradona, que regentean sus hijos. “No hubieras llegado nunca a Primera, mucho menos a la Selección, sin un club de barrio que te diera la posibilidad de jugar con otros chicos. Algunos eran pibes de la villa, como vos. Otros eran de clase media. Pero de la mano de Francis Cornejo, que laburaba gratis, formaron un equipo casi invencible. Eso es lo que hacen los clubes de barrio, los clubes de pueblo. Enseñan a chicos y a chicas a trabajar en equipo, sin importar de dónde vengan. Eso no es ‘socialismo pobrista’, pobres son los argumentos para defender las privatizaciones de los clubes”, asegura el copy de un carrete de fotos en Instagram de la cuenta @maradona que muestran un Dieguito muy pequeño, escuchando a Cornejo, fallecido en 2008, su director técnico en los recordados Cebollitas y su mentor.
Pero la historia con un club de barrio del más grande no es la única. Gran parte de los jugadores que integran la Selección dieron sus primeros pasos en uno, y a ellos le deben la oportunidad de ser quienes son ahora.
Uno por uno
En un pequeño repaso, los inicios de los principales jugadores del Seleccionado Nacional.
Emiliano “Dibu” Martínez comenzó en el Club Atlético General Urquiza, de Mar del Plata, Nicolás Otamendi en el Club Villa Real, del barrio porteño que lleva su nombre y Nahuel Molina en el Club Náutico Fitz Simón, de la ciudad de Embalse, Córdoba.
Lo mismo ocurrió con Rodrigo De Paul en Deportivo Belgrano de Sarandí, Avellaneda, y con el goleador de la Copa América, Lautaro Martínez, quien arrancó en el Club Atlético Liniers, de su Bahía Blanca natal.
Cristian “Cuti” Romero comenzó en el Club Atlético San Lorenzo de Córdoba, entidad que ya había sacado otros jugadores de selección como Luis Antonio Ludueña, “el Hacha”, en 1978, y José Luis Villarreal, en 1992.
El héroe que con su triunfo en la final de la Copa América se retiró del fútbol, Ángel “Fideo” Di María, comenzó en el club El Torito, que se encontraba a pocas cuadras de la casa donde vivía de niño, en Rosario.
La joven promesa Julián Álvarez, comenzó en el Club Atlético Calchín, de su ciudad cordobesa natal y Lisando Martínez —uno de los jugadores que se ha pronunciado en contra del proyecto de las SADs— dio sus primeros pasos en el Club Atlético Urquiza y en el Club Atlético Libertad, ambos de Gualeguay, Entre Ríos, de donde es oriundo.
La lista abarca a la mayoría del plantel, tanto, que incluye al 10, Lionel Messi: con apenas 4 años, el pequeño crack comenzaría a practicar en el Club Abanderado Grandoli, del barrio Grandoli, en el distrito sur de Rosario, que quedaba a pocas cuadras de su casa de infancia.