Redacción Canal Abierto | De la mano del último dato del INDEC, que registró en mayo un aumento de los ingresos de los trabajadores registrados del 7,7% (privados) y 8,3% (públicos), el Gobierno salió a festejar lo que consideró un triunfo: que finalmente los salarios le ganaron a la inflación.
El dato no es erróneo, ya que el último Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue del 4,2%, pero su interpretación requiere una operación un poco más compleja que una simple cuenta de restar. Y hacerla podría explicar por qué el supuesto triunfo no se siente en los bolsillos.
Según un informe del Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma (IEF-CTA), si la situación se analiza correctamente, la conclusión es la contraria a la que agita la administración de Javier Milei: los ingresos están muy bajos en niveles históricos. La explicación radica en las paritarias, que ajustan por inflación pasada.
“Frente a un salto inflacionario muy fuerte en diciembre, los acuerdos salariales de enero empezaron a mirar el espejo retrovisor, lo que les permitió ir recuperando algo de la caída. Ello fue mucho más notorio en el sector privado registrado que en el sector público —plantea el estudio—. Sin embargo, este crecimiento de los salarios reales todavía está lejos de haber regresado a los niveles predevaluación de diciembre de 2023. En el sector privado registrado, en julio posiblemente estemos con una caída marginal. En el sector público falta mucho aún”.
El futuro inmediato
De acuerdo al análisis, el aumento de los ingresos no sólo era esperable, sino que es posible que los números de junio y julio se comporten de forma similar.
Sin embargo, estas recomposiciones no alcanzan para salvar la pérdida que se viene sucediendo desde noviembre de 2023, cuando el salario real ya estaba en niveles históricamente muy bajos: un 21,1% por debajo de noviembre de 2017 en el sector privado registrado y un 24,1% en el sector público.
En este marco, “la recuperación salarial de este mes es una gota de agua en una tendencia general de mediano plazo y se da a la par de una caída muy fuerte en el empleo formal. Entre diciembre y abril se perdieron casi 150.000 puestos de trabajo”, detalla el IEF.
¿Qué puede pasar para adelante? Los expertos analizan que, en el corto plazo, “el Gobierno se juega todo a no devaluar y a evitar un nuevo salto inflacionario. Si tiene éxito, el salario real no va a volver a caer, el ajuste lo vamos a ver en el empleo. Si fracasa, el escenario se va a poner mucho más feo aún”.
Luego agregan: “En el mediano plazo, no va a haber aumentos sostenidos del empleo ni de los salarios si la economía argentina no revierte su estancamiento secular. El PBI per cápita hoy está un 10% debajo de 2011. Sin producción, no hay margen para mejoras en el empleo y los salarios”.
Ilustración: Marcelo Spotti