Redacción Canal Abierto | Motosierra, licuación de ingresos vía inflación, la mega devaluación de diciembre del año pasado, ajuste sobre las jubilaciones, tarifazos y políticas recesivas fue el coctel que en estos últimos meses elevó la pobreza al 54,9%, que pasó de afectar a 19,4 millones de personas en el segundo semestre de 2023 a las actuales 25 millones, según el Observatorio de Deuda Social de la UCA (ODSA).
Más graves aún son los números de indigencia, es decir: del 11,9% (5,5 millones) medido ocho meses atrás a este 20,3% (9 millones). Así, hoy en día uno de cada cinco argentinos no logran satisfacer sus necesidades alimentarias.
Son los niveles más altos desde 2002 y afectan de forma desigual según la región: las estimaciones de la UCA ubican a la región de Gran Resistencia, Chaco, como la más pobre del país con una tasa del 79,5%. La indigencia alcanza al 38,6% de la población. Le sigue Formosa con un 72% de pobres y Santiago del Estero- La Banda con casi 30% de indigentes. Pero la mayoría de las regiones tienen niveles de pobreza por encima del 50% y del 15%, en el caso de la indigencia.
“Las tasas de indigencia y de pobreza infantil habrían alcanzado niveles casi récord: 7 de cada 10 niños viven en un hogar pobre, mientras que 3 de cada 10 lo hacen en un hogar indigente, es decir, con ingresos que no cubren el valor de una Canasta Básica Alimentaria”, explicó Agustín Salvia, director del ODSA.
Mientras tanto, desde el Gobierno de Javier Milei se impulsa un corte total en las ayudas a los comedores que día a día alimentan a cientos de miles de familias.