Redacción Canal Abierto | “Se llevan el oro a Londres, literal” fue la respuesta de varios usuarios de la red X en respuesta a los nuevos videos de camiones de caudales del Banco Central camino a Ezeiza, tal como sucediera con los dólares en la previa al estallido social de diciembre del 2001.
Según trascendió, se trataría del cuarto embarque por 250 millones de dólares en lingotes de oro con destino a Londres. Sin embargo, ni la entidad monetaria ni el Ministerio de Economía precisaron detalles al respecto.
Recién luego de que el gremio presentara un pedido de informes sobre las primeras partidas -el 7 y el 28 de junio pasado-, Luis “Toto” Caputo decidió abandonar el hermetismo y declaró que se trataba de “una movida muy positiva, porque hoy tenés oro en el BCRA que es como si tuvieras un inmueble adentro que no se puede usar para nada. Si lo tenés afuera podes obtener retornos”.
Es decir, lo que mejor sabe hacer a quien el macrismo vendió como “el Messi de las finanzas”: la timba financiera.
“En qué cantidad, por qué monto y en qué moneda, bajo qué características comerciales o de otra índole y a qué destino” son las preguntas que continúa sin responder el Gobierno.
El 29 de julio, un grupo de senadores también presentó un pedido de información pública exigiendo explicaciones sobre el traslado del patrimonio al exterior. Aún no obtuvieron respuesta de parte de la cartera de Economía ni del Central.
Al igual que un mes atrás, no son pocos los especialistas que advierten los riesgos sobre futuros embargos a bienes nacionales que puedan resultar en jurisdicciones extranjeras, como el que hace más de una década recayó sobre la Fragata Libertad.
Por citar otros ejemplos, Venezuela también sufrió un bloqueo similar –pero de sus divisas y oro- a pedido del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Lo mismo que Islandia, tras la crisis financiera de 2008, y tantas otras naciones que se supeditan a tribunales fronteras afuera.